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Elecciones autonómicas y municipales 2023

Elecciones municipales Siete focos de interés de las elecciones municipales en clave catalana

Los comicios locales del día 26 servirán para constatar si ERC se consolida como partido central de Catalunya, además de hegemónico dentro del independentismo, si el PSC resiste e incluso avanza en sus bastiones metropolitanos, si JxCat aguanta en los históricos feudos convergentes y si las alcaldías del cambio pueden consolidarse.

Colau en la presentación de su lema de campaña. EFE

Marc Font

947 municipios catalanes escogerán el próximo día 26 sus representantes en los respectivos ayuntamientos. Cada pueblo representa una historia diferente, una pugna particular -siempre que haya más de una candidatura-. Pero hay una serie de elementos que, en buena medida, acapararán los titulares cuando se conozcan los resultados. ¿Quién habrá sido la fuerza más votada? ¿ERC consolidará su sorpasso sobre la postconvergencia en el campo independentista? ¿Resistirán las alcaldías del cambio? ¿Qué pasará en Barcelona? ¿La CUP será capaz de continuar su progreso municipalista? Ciudadanos, PP y Vox podrán revertir los malos resultados del pasado 28 de abril en unos comicios tradicionalmente menos favorables para la derecha española?

Los comicios de 2015 supusieron una importante sacudida en el mapa político catalán, con la victoria de Barcelona en Comú en la capital, el notable progreso de ERC y la CUP y el retroceso de las dos fuerzas que tradicionalmente habían copado las principales alcaldías: CiU y PSC. Con todo, continuaron como las más votadas, con el 21,5% y el 17,1% de los votos, respectivamente, seguidas por ERC (16,4%) y el espacio de los Comuns (12,0%). La CUP (7,6%), PP (7,5%) y Cs (7,4%) completaban la lista de formaciones más votadas. Cuatro años de aceleración política han cambiado muchas cosas, así que hay un puñado de incógnitas que no se resolverán hasta la noche del 26 de mayo, cuando se complete el escrutinio electoral. ¿Cuáles son, sin embargo, los principales focos de interés de las municipales en Catalunya?

La batalla por Barcelona

La capital acaparará buena parte de la atención mediática y política de la campaña electoral y, obviamente, del mismo 26 de mayo. Por proyección, por presupuesto y porque ha sido una de las principales -sino la que más- banderas de los llamados ayuntamiento del cambio. Lo que pase en Barcelona determinará, en gran parte, si el proyecto político de los Comuns resiste o, directamente, se encamina hacia una acelerada pérdida de influencia. Las últimas encuestas prevén una batalla, mano a mano, entre ERC y Barcelona en Comú, con una ligera ventaja para la candidatura que encabeza Ernest Maragall.

A pesar de las críticas recurrentes del establishment político y mediático y los sectores de orden, el gobierno de Ada Colau ha conseguido cambiar la agenda e introducir con fuerza elementos como la regulación -y el decrecimiento- del turismo, la limitación del precio de los alquileres, la municipalización de los servicios públicos o la recuperación de la memoria histórica. Y la capital es el gran bastión de los Comuns. A pesar del desgaste, no hay ninguna encuesta que vea inviable la victoria de Colau, que en 2015 alcanzó la alcaldía gracias a los 176.000 votos (25,2% del total), que le dieron 11 concejales. En las generales del 28 de abril, la formación recibió casi 143.000, si bien se vio superada por ERC (primera fuerza) y PSC.

Los socialistas, que tuvieron la alcaldía desde 1979 hasta 2011, aparecen precisamente como tercera opción. Tras el batacazo de 2015, cuando apenas sumaron cuatro concejales, la lista que encabeza Jaume Collboni aspira a doblar resultados y a luchar por ser la más votada.

Desde su aterrizaje a bombo y platillo, el ex primer ministro francés Manuel Valls, que se presenta con el apoyo de Cs, ha ido perdiendo fuerza en las encuestas y los medios. Con un programa claramente punitivo con los más débiles y complaciente con los poderes económicos, parece complicado que la aritmética pueda hacer jugar a Valls un papel decisivo en la ciudad. Tras encabezar la oposición a Colau, los comicios llegan en un momento complicado para la derecha independentista, que el 28-A se vio doblada en votos por ERC, también en Barcelona. Un preso político como Joaquim Forn encabeza una candidatura que tendrá como cara visible la exconsellera Elsa Artadi y que intenta situar el mantra de una posible alianza postelectoral entre Bcomú y ERC para retener votos.

A partir de aquí, el resto de fuerzas no tienen garantizada la presencia en el consistorio. Ni el PP, que ya sólo cuenta con tres concejales y acumula varias elecciones en caída libre en Catalunya y presenta al extravagante Josep Bou, ni la CUP, que aspira a mantener los tres representantes con una candidatura muy autocentrada y sin rostros conocidos. La formación se ha caracterizado por protagonizar una oposición dura a Colau desde la izquierda, no siempre compartida desde determinados movimientos sociales de la ciudad.

Es una incógnita lo que pasará con la ultraderecha de Vox, que casi obtuvo 30.000 votos el 28-A -necesitaría más para superar el umbral del 5% de las municipales y sumar algún concejal- y con Barcelona es Capital, la lista que encabeza el filósofo Jordi Graupera y que representa al independentismo más inflamado, si bien alejado del carácter transformador a nivel económico y social de la CUP.

Ernest Maragall con otros candidatos de ERC para las municipales o las europeas. EFE

Ernest Maragall con otros candidatos de ERC para las municipales o las europeas. EFE

El PSC y sus bastiones metropolitanos

Desde hace décadas, la primera corona metropolitana de Barcelona ha sido uno de los grandes bastiones del PSC. Fuertemente debilitado en las municipales 2015 -perdió ocho puntos de apoyo respecto al 2011-, el partido fue capaz de mantener buena parte de sus alcaldías históricas en esta zona, como las de l'Hospitalet (segunda ciudad más poblada de Catalunya), Santa Coloma de Gramenet, Cornellà, Rubí, Sant Boi o Sant Adrià de Besòs, entre otras. Hace unos meses, también se hizo con la alcaldía de Badalona, a pesar de tener sólo tres concejales, gracias a una moción de censura con los votos de PP y Cs.

Después de ver como las elecciones al Parlament del 21 de diciembre del 2017, Ciudadanos se imponía en esta área, las generales de hace unas semanas volvieron a teñirse las de rojo. Y ahora el reto de la formación liderada por Miquel Iceta es mantener sus feudos y, si puede ser, ganar presencia a pesar del desgaste de décadas y décadas de gobierno. Ciudadanos debe confirmar si los resultados del 21-D fueron fruto de la coyuntura o realmente tiene opciones de aspirar a alcaldías del área metropolitana, mientras que el PP tiene sobre todo como objetivo reeditar antiguos resultados en sus feudos de Castelldefels y Badalona, donde ostentó las alcaldías de 2011 a 2015.

JxCat acumula resultados pésimos en toda el área metropolitana, con la excepción de Sant Cugat del Vallès (90.000 habitantes), donde tiene la alcaldía, mientras que ERC quiere confirmar su consolidación en un territorio históricamente difícil, pero donde tanto en 2017 en el Parlament como en 2019 en el Congreso ha obtenido resultados destacables. En este sentido, el partido quiere mantener la emblemática alcaldía de Sant Vicenç dels Horts -la patria pequeña de su líder, Oriol Junqueras- y recuperar el gobierno de Badalona, donde se presenta en coalición con Guanyem Badalona en Comú, bajo el liderazgo de la ex alcaldesa Dolores Sabater.

¿Se consolidarán las alcaldías del cambio?

Barcelona y Badalona eran los principales ejemplos de las alcaldías del cambio en Catalunya, aquellas ciudades donde confluencias de izquierdas -o gobiernos de coalición de fuerzas de izquierdas- habían llegado al poder, normalmente en detrimento del PSC o la antigua CiU. Pero había más: Sabadell -gobierno formado por la Crida, donde participa la CUP, ERC y los Comuns-, Barberà del Vall+as, Cerdanyola, Ripollet, Castelldefels... Mantener estos bastiones, que han hecho bandera y han aplicado -o lo han intentado- políticas de izquierdas en ámbitos como el feminismo, la memoria, la transparencia o la vivienda -a pesar de las limitaciones-, marcará en parte si estos movimientos han venido para quedarse o, simplemente, han sido un capítulo esporádico.

En la mayoría de casos son movimientos con la participación de la CUP o los Comuns -o de ambos, como Ripollet-, una experiencia que también se dio en Santa Coloma de Gramenet o Cornellà, entre otros, donde se convirtieron en la primera fuerza de la oposición en el PSC. Algunas rupturas -fundamentalmente en las confluencias entre CUP y Podem- harán difícil repetir los resultados en territorios donde ERC aspira a avanzar, el PSC a recuperar terreno y alcaldías y JxCat a sobrevivir.

La pugna independentista a tres bandas en Girona

La antigua CiU logró la alcaldía de Girona en 2011, con Carles Puigdemont, tras 32 años de gobiernos encabezados por el PSC. Ahora, sin embargo, no está nada claro que la capital provincial mantenga este color político. Si bien sigue siendo la demarcación donde JxCat obtiene mejores resultados, hay expectación por ver hasta qué punto funciona la apuesta de Guanyem Girona, la candidatura de confluencia de izquierdas que encabeza el concejal de la CUP Lluc Salellas y que ha recibido el apoyo de sectores soberanistas de los Comuns y de antiguos dirigentes del PSC. ERC aparece como la tercera en discordia, en una demarcación que puede vivir pugnas similares en Figueres, ahora también en manos de la postconvergencia. Los socialistas aspiran a mantener feudos como Blanes, mientras que ERC quiere consolidar alcaldías como Salt (30.600 habitantes) o Palafrugell (22.900). Con alguna excepción, Girona es un territorio especialmente hostil para la derecha españolista de PP y Cs.

¿El final de los pactos del PSC con Cs o PP en Lleida y Tarragona?

Las otras dos capitales provinciales de Catalunya, Tarragona y Lleida, viven situaciones paralelas. En las dos, que superan en cada caso los 130.000 habitantes, el PSC ha gobernado el último mandato con una formación de derechas -Cs en Lleida, PP en Tarragona-, a la que las encuestas pronostican un retroceso. Las dinámicas nacionales, sin embargo, pueden favorecer a un Partido Socialista que aspira a mantener la hegemonía, mientras que ERC parte de una buena posición para convertirse en la segunda fuerza, si bien difícilmente pueda trazar alianzas para desbancar al PSC, ya sea por el retroceso de JxCat o porque ni la CUP ni los Comuns llegan en dinámica ascendentes. Siempre, claro, que los pronósticos no salten por los aires.

La antigua Convergencia aspira a mantener su feudo de Reus -más de 100.000 habitantes-, mientras que en las ciudades de la Costa Daurada -como Cambrils o Salou, entre otras- es donde más fuerza puede tener Cs. El partido de Albert Rivera, sin embargo, parece llegar en una dinámica de retroceso en Catalunya, si bien en cada municipio la realidad local hace que las opciones no sean del todo comparables.

El duelo entre ERC y JxCat en la Catalunya interior y las Terres de l'Ebre

Las municipales, junto con las europeas, son el segundo round de la particular pugna por la hegemonía independentista que mantienen JxCat y ERC. El partido de Oriol Junqueras es, por primera vez, el que más candidaturas presenta, más de 800, por delante de JxCat, tradicionalmente la formación con mayor implantación. En 2015, la antigua CiU perdió más de cinco puntos de apoyo en las municipales, a pesar de mantenerse como fuerza más votada, mientras que ERC casi dobló porcentaje de votos y fue segunda en número de concejales.

En muchas comarcas, sobre todo del interior de Catalunya pero también en las Terres de l'Ebre, ya hace unos años que la pugna es fundamentalmente entre estas dos fuerzas, con algunas incursiones de la CUP. De hecho, en 31 de las 42 comarcas catalanas fueron las dos opciones más votadas en 2015. Hablamos de capitales comarcales y municipios como Olot, Ripoll, Banyoles, Amposta, Tortosa, Manresa, Igualada, Valls, Solsona, Vic, Manlleu, Sant Carles de la Ràpita... Tradicionalmente convergentes, si bien en algunos casos ya con varios mandatos de ERC y con casos, como las Terres de l'Ebre, donde los republicanos arrasaron -con más del 30% de los votos en muchos municipios y en algunos casos por encima del 40%- el pasado 28 de abril. Lo que pase en poco más de dos semanas determinará si, realmente, el sorpasso de ERC es sólido o JxCat es capaz de mantener una parte importante de los antiguos barones municipales de Convergència.

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