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EMERGENCIA DEL CORONAVIRUS La marea pensionista vasca lleva su lucha a los balcones

Tras abandonar temporalmente las plazas por la emergencia del coronavirus, el movimiento llama ahora a colgar pañuelos y otros distintivos desde las ventanas de sus casas. "Usemos los medios técnicos que están a nuestro alcance para estar en contacto y apoyarnos mutuamente", reivindican.

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El pañuelo rojo del Movimiento de Pensionistas de Bizkaia en uno de los balcones. PÚBLICO

El desafío es aún más grande que ayer. Cuando la vida transcurría con normalidad, el movimiento de pensionistas vascos peleaba por mantener sus reivindicaciones en la calle. Hoy, en plena emergencia del coronavirus, busca sencillamente que la lucha por unas pensiones dignas no se apague en las casas y que se refleje, sobre todo, en el nuevo corazón de las movilizaciones: los balcones.

Vaciadas las plazas por razones de fuerza mayor, la marea pensionista vasca se resiste a abandonar una pelea en la que llevan ya más de dos años, un tiempo en el que sus integrantes se han convertido en referentes de este movimiento a nivel de todo el Estado. Ahora, también, quieren abrir un nuevo hueco de movilización. Intentan hacerlo justo al otro lado de la ventana, sin salir ni un segundo del confinamiento.

La iniciativa ha partido formalmente desde el Movimiento de Pensionistas de Bizkaia (MPB). Según anunciaron a través de un comunicado, desde ahora y hasta nuevo aviso se plantea colocar todos los lunes de 12.00 a 13.00 "los pañuelos y distintivos" de esta marea "en todas las ventanas y balcones".

También quieren hacerse sentir en las redes sociales, ese otro escenario de expresión ciudadana en tiempos de confinamiento. Para ello, invitan a los pensionistas a difundir carteles e imágenes en las que se reivindiquen pensiones dignas.

"Como siempre, somos las personas las protagonistas que deben hacer frente a estas situaciones y nos alegramos de constituir una sociedad viva, comprometida y solidaria", destaca el MPB, que ha transmitido además un mensaje de ánimo y "solidaridad activa" hacia "miles de personas, especialmente mayores y pensionistas que están confinados en sus domicilios, muchas de ellas mujeres mayores solas, con necesidades tanto físicas como anímicas".

"Que nadie con necesidades las sufra en silencio; ésta no es sólo una pelea personal es una batalla colectiva. Usemos los medios técnicos que están a nuestro alcance para estar en contacto y apoyarnos mutuamente", remarcan.

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Otro de los pañuelos colgados este lunes para reivindicar unas pensiones dignas. PÚBLICO

Jon Fano, uno de los portavoces habituales del MPB, ya tiene puesto el pañuelo rojo en su balcón. "Hoy más que nunca hay que tener en cuenta la situación de muchas personas con pensiones de miseria que difícilmente pueden afrontar esta situación", afirma desde casa.

Hasta al menos el 20 de abril, Fano y el resto de integrantes de esta marea protestarán desde casa. "Es una forma nueva, condicionada por las circunstancias", señala Jesús García, integrante del movimiento de pensionistas de Portugalete. Poco después de colgar el pañuelo, confía en que "según se vaya corriendo la voz, irá en aumento" el número de participantes. "Es nuestra concentración virtual de los lunes a las 12.00", apunta García. 

"Improvisación"

No en vano, en el MPB creen que hay abundantes motivos para mantenerse firmes. "Esta crisis sanitaria deja en evidencia la improvisación de los responsables políticos y la autoridad sanitaria que, primero, minusvaloraron la infección, después eligieron la estrategia errónea de atender solo los casos manifiestos, posibilitando su expansión, y ahora, ni tan siquiera tienen recursos mínimos (medicamentos, mascarillas etc.) ni infraestructura para posibilitar una atención generalizada", destaca ese colectivo en un comunicado. 

Por ello, consideran que "quedan dramáticamente al descubierto las carencias de servicios públicos, en este caso sanitarios, que durante años, desde la crisis de 2008, han sido recortados". Aluden especialmente a "camas disponibles, ratios de personal, investigación, dotación de medios e inversiones".

Pensión mínima de 1080 euros

A su juicio, "en estas situaciones es donde se ve más crudamente que si las necesidades de las personas aumentan y los recursos disponibles no son suficientes, las condiciones de vida empeoran". Precisamente por eso, la marea pensionista vasca considera que ahora mismo es "un objetivo básico imprescindible" disponer de una pensión mínima de 1080 euros, una de sus principales reivindicaciones en estos dos años de protestas. Si hasta hace algo más de una semana lo defendían en las plazas, ahora lo harán desde los balcones.

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