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El endiablado escenario que tiene Pedro Sánchez

Las cuatro opciones por las que puede decantarse en líder socialista, inicialmente, tendrían un alto coste para su partido y condicionarán el futuro del PSOE.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en rueda de prensa. EFE/Sergio Barrenechea

MANUEL SÁNCHEZ

MADRID.- A Pedro Sánchez el destino o las circunstancias le han vuelto a colocar en un cruce de caminos más que complicado. Se enfrenta a un escenario endiablado y sea cual sea la decisión que tome se antoja que, al menos inicialmente, tendrá un alto coste para su partido.

A falta de abrir negociaciones con Pablo Iglesias que, como dijo el líder de Podemos, sólo pasan por la formación de un Gobierno conjunto, el líder del PSOE tiene poco margen de maniobra, poco tiempo tras el paso atrás de Mariano Rajoy, y sólo tiene cuatro opciones encima de la mesa.

En principio, todavía se mantiene el Comité Federal el día 30 de enero según aseguraron este sábado fuentes de Ferraz, porque no es descartable que la decisión que Sánchez tome –y para ese día, la debe ya casi haber tomado- deba ser consultada y respaldada por la dirección socialista.

Gusten más o gusten menos, Sánchez tiene que optar sobre uno de estas cuatro posibilidades. Y estas son sus ventajas e inconvenientes.

1.- Presidir un Gobierno con Podemos e IU

La oferta de Pablo Iglesias no deja de ser tentadora, porque coloca a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Sin más, sólo tiene que firmar. Y es que se da por hecho que los 161 diputados que sumarían junto con IU tendrían la complicidad de otros grupos parlamentarios para hacerse con la mayoría simple en la Cámara Baja si fuera necesario en la segunda investidura, frente a un posible voto en contra de PP y Ciudadanos (163).

El problema de esta decisión radica en el mismo PSOE, porque la mayoría de los dirigentes territoriales están totalmente en contra de que entren en un Gobierno los hasta hace poco “populistas” de Podemos. A Sánchez le costaría mucho convencer a los suyos y encontrar su apoyo para pactar con Podemos, y mucho más con Pablo Iglesias como vicepresidente. Curiosamente, esta opción tendrían mucho menos coste entre su militancia.

2.- Quedarse en la oposición o ir a nuevas elecciones

Si finalmente el líder del PSOE o su partido deciden que no hay acuerdo con Podemos para formar un Gobierno conjunto, a Sánchez sólo le queda irse a la oposición y esperar, o no, un adelanto electoral. Posiblemente, no habría investidura. Para los socialistas esto también tendría un coste político más alto del que se piensa. Pablo Iglesias tendría la campaña hecha con el mensaje de que el PSOE no ha querido “un Gobierno de izquierdas, ni de cambio”, un talón de Aquiles que el PSOE lleva arrastrando durante años al ser equiparado con el PP.

Ir a unos nuevos comicios frente a Podemos con este mensaje a la espalda a buen seguro llevaría al PSOE a dejar de ser la primera fuerza política de la izquierda. Aquí cabría la posibilidad de que Sánchez intente la investidura intentando poner en evidencia que Podemos es quien no quiere un Gobierno de izquierdas porque sólo “busca sillones”. Pero Iglesias ha dejado muy claro que el pacto es sólo si hay un Gobierno conjunto.

3.- Alternativa con Ciudadanos y confiar en la abstención del PP

Lo que la vieja guardia del PSOE desea es que Pedro Sánchez busque una alternativa con Ciudadanos. A los “mayores” del partido les gusta Albert Rivera. Pero aquí no salen las cuentas para la investidura, salvo una hipotética y prácticamente inviable abstención del Partido Popular para que gobernase Pedro Sánchez.

PSOE y Ciudadanos suman sólo 130 escaños, y no contarían con ninguna complicidad de los partidos nacionalistas ni de izquierda de la Cámara. Sánchez sí quiere a Ciudadanos pero en su soñado acuerdo tripartito con Podemos. Ése pacto sí que podría ser del agrado de los barones socialistas.

4.- Dejar gobernar al PP en minoría

La última decisión que podría tomar Pedro Sánchez si fracasa el pacto con Podemos y, finalmente, Mariano Rajoy decide presentarse a la investidura es abstenerse y dejar al PP gobernar en minoría. También esta opción la abrazan algunos dirigentes veteranos del partido, que creen que Rajoy estaría maniatado en el Congreso, y Sánchez podría hacer una dura oposición.

Pero tampoco parece factible. Primero porque el PSOE ya ha dicho en su Comité Federal que no apoyaría al PP en ninguna circunstancia y, en segundo lugar, porque también tendría un alto coste entre el electorado socialista, quien no entendería que se dejara gobernar al partido de la reforma laboral, la LOMCE o la llamada “ley mordaza”. Lo que está totalmente descartado es la propuesta de Mariano Rajoy de gobernar junto al PP y Ciudadanos.

Con estos mimbres, Pedro Sánchez se enfrenta a un complejo panorama del que a buen seguro se dejará jirones por el camino, pero no son pocos los dirigentes que piensan de que la decisión que ahora se tome, como no sea bien explicada a la ciudadanía y que su electorado la entienda, puede llevarse al partido por delante.

Conversación con Rivera

Durante la mañana de este sábado, el secretario general del PSOE ha reconocido a través de su cuenta de Twitter que ha mantenido una conversación con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en la que asegura que "coincidimos en que España necesita diálogo.

Sánchez ha concluido asegurando que mantendrá las conversaciones con Rivera más adelante: "Seguiremos en contacto los próximos días".

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