Este artículo se publicó hace 3 años.
Elecciones en CataluñaERC abre juego para la investidura con apelaciones a las fuerzas de "la autodeterminación y la amnistía"
El presidenciable republicano, Pere Aragonès, empieza los contactos preliminares con JxCat, la CUP y En Comú Podem para formar un "Govern amplio" y cierra la puerta a compartir Ejecutivo con el PSC. Illa ratifica su intención de presentarse.
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La noche electoral ha dejado en Cataluña un amplio y delicado equilibrio de fuerzas para la constitución del nuevo Govern. Y la incógnita más relevante es cuál será el Govern que se podrá formar con la complicada aritmética surgida en el nuevo Parlament que se constituirá en 20 días con la cifra récord de ocho grupos parlamentarios. En cualquiera de los casos, la victoria de Salvador Illa al frente del PSC con 33 diputados y con solo un pequeño margen de votos respecto a ERC no parece garantizarle de ninguna manera la presidencia. Al menos si se cumple el veto de los independentistas explicitado en campaña.
Aunque aritméticamente posible, parece totalmente descartado, según apuntan fuentes de Junts per Catalunya, que Laura Borràs lidere una operación como la que dio a los socialistas la Diputación de Barcelona con el apoyo del grupo de Carles Puigdemont. La presidencia de la Generalitat tiene un alto simbolismo y las bases independentistas no entenderían que se le entregue a los que ellos llaman un "candidato del 155". Con todo, Illa insiste en cumplir su compromiso electoral de presentarse a la investidura si ganaba las elecciones como así ha sido, a diferencia de lo que hizo Inés Arrimadas con la victoria de Ciudadanos en 2017. Según Illa "tengo la obligación de intentarlo2. Y en un tono más sosegado que en campaña electoral se muestra dispuesto al diálogo: "hablaré con todos", asegura, incluyendo a ERC. "No es momento para los reproches" ha añadido, en declaraciones a diversos medios. Fuentes del PSC consultadas se muestran escépticas que esta operación llegue a buen puerto, ya que ERC tiene muchas opciones para conseguir la presidencia, y lo enmarcan más en la necesidad de remarcar el perfil de alternativa de los socialistas.
Esquerra parte desde la centralidad total
Esquerra se sitúa en la centralidad más absoluta con las mejores cartas para negociar por parte de Aragonès
Con este escenario prefijado, Esquerra se sitúa en la centralidad más absoluta con las mejores cartas para negociar por parte de Aragonès. Está en el centro, y lidera, la mayoría independentista que suponen los 74 diputados que suman ERC, JxCat y la CUP. También es el eje central de esa mayoría autodeterminista que ha planteado Esquerra durante la campaña sumando los Comuns al independentismo y llegando a los 82 diputados. Y aún dispondría del comodín de un posible apoyo externo de los socialistas en un semitripartito de izquierdas con los Comuns en el Govern y apoyo externo socialista de también 74 diputados que puede forzar gracias a su fuerza decisiva en el Congreso para la gobernabilidad del Estado y los apoyos al Gobierno de PSOE y UP.
Evidentemente, unos escenarios son incompatibles con otros, pero la virtud para ERC es que puede forzar la negociación con todos los actores y evitar maximalismos que no quiere asumir gracias a la maniobrabilidad que le dan sus opciones aritméticas con unos y con otros. Y al hecho de que en caso de bloquearse todas las opciones entre sí, ello podría comportar unas nuevas elecciones que nadie desea en Cataluña con la pandemia en cifras aún altas y con un operativo electoral que ha funcionado pero ha quedado exhausto. El terror a ser responsabilizado de la repetición atenaza a todas las fuerzas políticas y eso puede provocar que se vean forzados a aceptar las condiciones de los republicanos.
Govern de "vía amplia", de salida
Para Aragonès, "el PSC y ERC representan proyectos de país antagónicos. Nosotros no estamos dispuestos a pasar página de nada"
En estas condiciones Pere Aragonès tiene la iniciativa y abre hoy el juego para la investidura con las mejores cartas y una primera apelación en unos primeros contactos preliminares a lo que él llama la "mayoría por la amnistía y la autodeterminación". El "Govern de vía amplia" en el que quiere encajar polos opuestos como JxCat y En Comú Podem. O la CUP que se muestra poco dispuesta a entrar en el Ejecutivo. Para Aragonès, "el PSC y ERC representan proyectos de país antagónicos. Nosotros no estamos dispuestos a pasar página de nada. Y hay una mayoría clara de izquierdas pero sobre todo favorable al referéndum de autodeterminación y a la amnistía que hay que hacer viable. Eso es lo que prometimos en campaña y es lo que queremos hacer".
El presidenciable republicano también pone en valor que el independentismo haya superado el 50% de los votos como "una prueba de fuerza". Según fuentes de Esquerra consultadas se pondrán dos condiciones básicas. Por un lado la aprobación en el Parlament de una propuesta de ley para la amnistía que sea tramitada al Congreso de los Diputados y un compromiso explícito para avanzar en la reivindicación de un referéndum acordado con el Estado. Y en paralelo, un acuerdo de presupuestos con marcado acento de izquierdas para hacer frente a la crisis económica y sanitaria provocada por la pandemia desde el minuto uno de la nueva legislatura. Estas mismas fuentes recuerdan que ya fue posible un acuerdo presupuestario con los Comuns que aprobaron las cuentas del Govern con JxCat a la presidencia. "Más se tendría que dar ahora el acuerdo con una presidencia de Esquerra" enfatizan las fuentes del partido de Junqueras.
Ejecutivo independentista en el primer descarte
A pesar de los objetivos de Aragonès, no parece viable que los Comuns entren en un Govern con JxCat que consideran ideológicamente en las antípodas. Por lo que una primera posibilidad, y no necesariamente por este orden, sería el acuerdo entre independentistas. Esto supondría la reedición de un Govern como el actual pero con presidencia de Esquerra. JxCat no descarta esta posibilidad, y según su candidata, Laura Borràs: "Somos escrupulosamente obedientes al mandato de las urnas. ERC tiene un escaño más y le corresponde afrontar esta negociación". Pero no hay que olvidar dos factores que complican la operación.
Una primera posibilidad sería el acuerdo entre independentistas. Esto supondría la reedición de un Govern como el actual pero con presidencia de Esquerra
El primero, las malas relaciones que mantienen ERC y JxCAT desde el inicio de la anterior legislatura y que han envenenado la relación entre los dos socios del Ejecutivo catalán con extenuantes fricciones y choques. Para ERC esta no es una opción repetible y aseguran que podrán como condición unas nuevas bases de relación claras y diáfanas y el compromiso de evitar las tensiones. Pero para completar la investidura faltaría la tercera pata de la mesa con una siempre impredecible CUP, que ha doblado representación, plantea unas exigencias de unilateralidad y desobediencia poco acorde con la vía que plantea Esquerra y que tienen un complejo sistema de decisión asamblearia que puede dar al traste con cualquier acuerdo preestablecido.
Desde ERC son cautos y rechazan apuntar ninguna opción. Quieren mantenerse en el centro del tablero de juego y que sean el resto de negociadores los que se vayan descartando, o no, a partir de las conversaciones. Pero sí aspiran a que, en caso de tener que gobernar en solitario o solo con Junts, los Comuns y la CUP jueguen un papel de apoyo exterior que visualice al menos una mayoría parlamentaria de izquierdas para aprobar los principales ejes de gobierno.
Govern con En Comú Podem y apoyos del PSC
La segunda opción viraría hacia la izquierda en caso de fracasar la vía independentista en el caso de que JxCat decida plantar a Aragonès o plantee pretensiones inasumibles para los republicanos. O en el caso que la CUP vete la investidura de Aragonès, aunque en un principio los anticapitalistas se sienten más cómodos con un candidato republicano que con una candidata como Borràs, del sector postconvergente y con una imputación por presuntas irregularidades. Esta segunda opción supondría la formación de un Govern en clara minoría con los Comuns, que sumaría 41 diputados. Y que necesitaría el apoyo externo del PSC, no solo para la investidura, sino para aprobar presupuestos y dar estabilidad en los principales proyectos de la legislatura.
La segunda opción viraría hacia la izquierda en caso de fracasar la vía independentista en el caso de que JxCat decida plantar a Aragonès
Una operación que a priori seria poco probable porque el partido ganador no acostumbra a dar la presidencia a su principal adversario. Pero cabe recordar que las opciones de Illa a la presidencia son próximas a cero y que ERC puede hacer valer sus votos en el Congreso de los que depende el Gobierno de Pedro Sánchez. Un Sánchez que a estas horas del lunes postelectoral aún no había llamado a Aragonès, según fuentes republicanas, pero que ya habría recibido el mensaje con las garantías que ERC no variará, en principio, su posición en Madrid.
Eso sí, incrementando sus exigencias de reactivación de la mesa de diálogo, de pasos para solucionar el problema de los presos comenzando con los indultos y para negociar un mayor grueso de recursos que el Govern de la Generalitat pueda utilizar para la salida de la crisis económica provocada por la pandemia. De momento solo se han repartido las cartas y los jugadores ya las han visto. Ahora empieza una compleja negociación en que no todo es posible, pero hay múltiples opciones en juego. Aragonès reclama "una constitución rápida del Govern para hacer frente a las urgencias del país" camino de los cinco meses de provisionalidad con un Ejecutivo en funciones por la inhabilitación de Quim Torra. Pero las fuentes consultadas de los principales partidos en liza auguran que no será ni fácil, ni rápido.
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