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ERC, la CUP y Podem comparten escenario pero muestran sus
distintos horizontes nacionales

La conmemoración de la histórica movilización del 11 de septiembre de 1976, la primera masiva tras la muerte del dictador, une al soberanismo y al independentismo de izquierdas, aunque también sirve para dejar claro que sus apuestas políticas no son las mismas.

El líder de ERC, Oriol Junqueras durante su discurso en un acto político conjunto protagonizado por ERC, CUP y Podemos. - EFE

MARC FONT

SANT BOI DE LLOBREGAT.- Alrededor de 1.500 personas se han congregado este viernes en la plaza Catalunya de Sant Boi de Llobregat en un acto de gran simbolismo político que ha reunido a una amplia representación de las formaciones de izquierda y de los sindicatos catalanes. Desde el soberanismo de Podem hasta el independentismo de ERC y la CUP. Lo que empezó como algo impulsado por las secciones locales de estos tres partidos, acabó cogiendo una dimensión nacional ante la participación de algunos de los principales dirigentes de las tres formaciones y ha servido para comprobar las coincidencias y las diferencias entre los tres partidos.

Bajo el lema "Que la prudència no ens faci traïdors" (Que la prudencia no nos haga traidores), el acto se convocó para conmemorar la histórica concentración del 11 de septiembre de 1976, la primera celebración masiva de la Diada nacional de Catalunya tras cuatro décadas de dictadura, que se hizo en el mismo lugar. El simbolismo de la ciudad y de aquella movilización es transversal en el soberanismo, como demuestra que En Comú Podem también la haya escogido como escenario del acto que hará el domingo. La cita ha puesto de manifiesto que el derecho a decidir de los catalanes y la reivindicación del referéndum se mantienen como puntos de encuentro de los protagonistas, a la vez que ha dejado claro los distintos horizontes nacionales entre Podem y ERC y la CUP.

El acto venía precedido de cierta polémica generada por el Partit Demòcrata Català (PDC), la antigua CDC, después de que no fuera invitado a participar. La coordinadora general de la formación, Marta Pascal, acusó hace unos días a ERC ─su socio dentro de Junts pel Sí─ de pensar en la configuración de un “futuro tripartido de izquierdas” y de utilizar la Diada con fines partidistas. Aunque la diputada de la CUP Anna Gabriel ha proclamado que “no tenemos en el horizonte ningún tripartito ni cálculos electorales”, el de este viernes ha sido el primer encuentro destacado de carácter nacional en el que coinciden las tres formaciones de izquierdas, en lo que desde varios sectores se ha interpretado como un gesto significativo.

“No se puede ser de izquierdas y negar el derecho a decidir”

A nivel de partidos, además de Gabriel han intervenido el secretario general de Podem, Albano Dante Fachín, y el presidente de ERC y vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras. De sus palabras se interpretaba una clara enmienda a la Transición, pero sin duda el discurso más crítico ha sido el de la diputada de la CUP, de claro contenido anticapitalista. “La ruptura fue más bien reforma, la democracia real que se pedía [en 1976] se convirtió en una democracia formal, la Constitución se hizo a golpe de amenaza y renuncia y no hubo ningún Estatuto que nos hiciera libre, la amnistía fue sólo para los verdugos”, ha enumerado Gabriel.

La diputada ha afirmado que “estamos aquí para reivindicar de nuevo la ruptura. Hoy también es difícil enfrentarse con el Estado, pero nosotros estamos para luchar y para el ejercicio real del derecho a la autodeterminación ante un Estado que lo niega y lo negará. Y la ruptura se llama referéndum de autodeterminación vinculante, que es la vía democrática hacia la independencia”. Finalmente, Gabriel ha afirmado que “no se puede continuar siendo de izquierdas y negar este derecho”.

Albano Dante Fachín, secretario general de Podem desde hace un mes y medio, ha empezado su intervención con un guiño a las otras formaciones y a la lucha desde abajo: “Que el acto se haya promovido a nivel local demuestra que, con todo, nos encontramos en la calle”. Fachín ha proclamado que “es el momento de continuar abriendo proceso constituyentes” y ha reconocido la existencia de “diferencias estratégicas con ERC y la CUP”, para subrayar que “estamos aquí para intentar entendernos”. El líder de Podem ha rechazado la vía unilateral que propugnan ERC y la CUP, aunque considera que los catalanes tienen que “decidir” su futuro “con valentía, pero sin atajos y sin depender de algunas hojas de ruta que parecen diseñadas para apuntalar cierto poder pero no para conseguir la soberanía real”.

El también diputado autonómico ha mostrado su preferencia por la continuidad de Catalunya en un Estado español, eso sí, distinto, recordando los “deseos de soberanía” que también tienen otros pueblos de España. Fachín, que se ha referido en diversas ocasiones a Salvador Allende, víctima de un golpe de estado también un 11 de septiembre ─de 1973─, ha sido muy crítico con las “políticas neoliberales que se abren paso en las instituciones catalanas”.

Oriol Junqueras ha sido el último en intervenir, se ha desmarcado de la vía de Fachín y ha querido reivindicar que no hay fractura en la sociedad catalana: “A pesar de todas las diferencias de lengua, creencia y origen, [los catalanes] somos un solo pueblo”. Y, como no podía faltar, ha hecho una clara proclama independentista: “Somos un solo pueblo afortunadamente diverso y plural, compartimos sed de justicia y hambre de libertad y no nos conformaremos con nada que no sea la victoria”. El vicepresidente del gobierno ha concluido afirmando que “nunca pediremos permiso para poder decidir nuestro futuro”.

La primera gran movilización tras la muerte del dictador

Impulsada por la Assemblea de Catalunya ─la plataforma unitaria del antifranquismo que agrupaba la oposición política social contra la dictadura─ la de 1976 se convirtió en la primera gran manifestación democrática en Catalunya tras la muerte de Franco, con la presencia de cerca de 30.000 personas. La intención de sus organizadores era celebrarla en el parque de la Ciutadella de Barcelona, pero la negativa del entonces ministro de Gobernación, Rodolfo Martín Villa, y del gobernador civil de Barcelona, Salvador Sánchez Terán, provocó su traslado a esta localidad metropolitana, a escasos kilómetros de la capital catalana. El lema de la movilización, reflejo de la época, fue “llibertat, amnistia i Estatut d'autonomia” (“libertad, amnistía y Estatuto de autonomía”), que se repetiría un año después, esta vez ya en Barcelona, en la mucho más masiva manifestación del 11 de septiembre de 1977.

Si en esta ocasión los protagonistas del acto han sido las fuerzas soberanistas de izquierda, hace 40 años el espectro ideológico era más amplio. Los tres ponientes fueron Miquel Roca ─posteriormente secretario general de CDC y durante años el hombre fuerte de CiU en Madrid─ en nombre del Consell de Forces Polítiques de Catalunya, creado tras la muerte de Franco y que agrupaba a varios partidos catalanes; el independentista Jordi Carbonell ─años más tarde presidente de ERC y fallecido recientemente─, en representación de la Assemblea de Catalunya; y Octavi Saltor, que era militante de la Lliga, el histórico partido conservador del primer tercio del siglo XX que durante años estuvo liderado por Francesc Cambó. Sin duda, la frase que más se recuerda de aquel acto fue “que la prudència no ens faci traïdors” (“que la prudencia no nos haga traidores”) pronunciada por Carbonell.)

Obviamente las cosas han cambiado significativamente desde 1976 y el de hoy era un público mayoritariamente independentista. Los representantes sindicales han sido los encargados de abrir fuego. En todos los casos han reivindicado las conquistas obreras, pero en la cuestión nacional se ha notado las diferencias entre UGT y CCOO, que defienden el derecho a decidir y han defendido el referéndum de autodeterminación, y la Intersindical-CSC y la COS, partidarios claramente de la independencia de Catalunya.

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