Desde que Alberto Núñez Feijóo tomó las riendas del PP, el todavía presidente en funciones de la Xunta de Galicia entona un discurso que choca frontalmente con la realidad de su partido. Su primera contradicción llegó incluso antes de ser oficialmente elegido para presidir el Partido Popular, aunque de facto ya lo hacía, y fue el pacto con la extrema derecha en Castilla y León. Al mismo tiempo, vimos a Núñez Feijóo reivindicar la "moderación" y el "centro", y a Mañueco darse la mano con Vox abriéndole las puertas del primer gobierno autonómico en España.

Ese pacto llegó después de que el presidente popular de Castilla y León rompiera la coalición con Ciudadanos y convocase elecciones anticipadas justificándose en una amenaza de "traición" por parte de su socio de gobierno. Como ya sucedió antes en Murcia y en la Comunidad de Madrid, el PP repetía estrategia en Castilla y León. El dato es que ninguno de sus gobiernos en coalición ha completado la legislatura. Pero Feijóo ataca al Gobierno por su falta de "estabilidad" política y se ofrece como garante de la misma.

"Vengo a reclamar, a defender y a ofrecer estabilidad". Con esta declaración de intenciones, Feijóo se ha presentado a los empresarios catalanes este viernes en Barcelona. Es la última de las muchas referencias recientes del presidente del PP a la "estabilidad" política que, a su juicio, ha dinamitado Pedro Sánchez. "Nuestro país está sufriendo inestabilidad política y económica y, en ambos casos, cada vez con mayor virulencia", continuó Núñez Feijóo.

Elecciones anticipadas

Días antes, en un desayuno informativo de El Debate en el que estuvo acompañado, entre otros dirigentes populares, por Isabel Díaz Ayuso, Feijóo volvió a cargar contra Sánchez, se ofreció abiertamente como garantía de "estabilidad" y colocó en el debate político, de forma velada, las elecciones anticipadas. El presidente del PP aseguró que sería "lógico" que se anticipasen las elecciones generales para revertir el "caos" que, según si criterio, ha provocado el Gobierno. "Lo lógico sería pensar si podemos seguir así en esta situación", afirmó Núñez Feijóo. Para el líder popular, tanto las tensiones con Unidas Podemos dentro del Consejo de Ministros, como las que se viven con las alianzas parlamentarias, son suficientes para alentar a una llamada prematura a las urnas. 

Lo cierto es que en los tres años de legislatura los tira y afloja entre el PSOE y Unidas Podemos no han sido pocos, pero la cuerda entre los dos socios de la coalición, aunque tensa, no se ha roto. Y lo mismo sucede con los aliados del Gobierno en el Congreso. A pesar de los escollos, de las negociaciones y de los reproches en diferido que han protagonizado la legislatura, el Ejecutivo ha logrado sacar adelante sus leyes más importantes. 

No así en los gobiernos autonómicos en los que el PP se coaligó con Ciudadanos. Ninguno ha completado la legislatura y, salvo en Andalucía, todos se rompieron por traiciones políticas entre los socios. Si Fernando López Miras es presidente de la Comunidad de Murcia es gracias a los tránsfugas de Ciudadanos que, en el último momento, no se sumaron a la moción de censura presentada por su partido junto al PSOE. López Miras llevaba entonces menos de dos años gobernando en Murcia. 

Con lo sucedido en Murcia como excusa, Díaz Ayuso también pausó la legislatura a la mitad en la Comunidad de Madrid y rompió con Ciudadanos. "Su capricho es lo primero", dijo entonces Ignacio Aguado (Cs), vicepresidente del gobierno regional. En esa convocatoria electoral, el 4 de mayo de 2021, Ayuso cosechó un éxito sin contestación pero no logró la mayoría absoluta y tiene que apoyarse en Vox para gobernar. 

Casi un año después el presidente de Castilla y León soñó con replicar el éxito de Díaz Ayuso. De nuevo, un presidente del Partido Popular deshizo un gobierno, convocó elecciones anticipadas y justificó su decisión en la inestabilidad parlamentaria con sus socios y en el "riesgo" a una moción de censura. El resultado: Mañueco cambió a Ciudadanos por Vox.

El único Ejecutivo que resistía era el de Juanma Moreno y Juan Marín en Andalucía, pero el presidente andaluz también adelantó la convocatoria electoral al próximo 19 de junio. Aunque en este caso la relación entre PP y Ciudadanos ha sido, y es, buena. El argumentario oficial de los populares es que celebrar los comicios en junio permitirá constituir el Parlamento y formar gobierno antes de que acabe el verano, con el objetivo puesto en la aprobación de un nuevo presupuesto para 2023. Pero, sin duda, Moreno, animado por las encuestas, también  ha querido aprovechar el impulso electoral que el aterrizaje de Feijóo le ha dado al partido.

Esta es la fotografía de los gobiernos en coalición del PP: no ha logrado agotar los cuatro años completos de mandato en ninguna Comunidad Autónoma y, salvo en Andalucía, las relaciones con su socio, Ciudadanos, han terminado en cruces de acusaciones por traición.