Público
Público

"El feminismo es la mejor garantía para no repetirlo": memoria histórica en homenaje a las represaliadas por la dictadura

La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha participado en el acto 'Feminismo y memoria democrática. Sin memoria no hay futuro', junto a mujeres represaliadas y víctimas del franquismo y la dictadura argentina.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, participa en el acto 'Feminismo y memoria democrática. Sin Memoria no hay Futuro' celebrado en Madrid junto a Taty Almeida, Ana Pomares, María José Picó, Justa Montero, Consuelo García del Cid Guerra y Nati Camacho
Irene Montero participa en el acto 'Feminismo y memoria democrática. Sin memoria no hay futuro' junto a Taty Almeida, Ana Pomares, María José Picó, Justa Montero, Consuelo García del Cid Guerra y Nati Camacho, en Madrid a 24 de marzo de 2023. Mariscal / EFE

"Feminismo y memoria democrática. Sin memoria no hay futuro". Bajo este lema, el Círculo de Bellas Artes de Madrid ha acogido un emotivo acto comandado por el Instituto de las Mujeres, un evento cargado de reivindicación, homenaje y recuerdo porque, como bien ha apuntado la dirigente histórica de Comisiones Obreras (CCOO) en la clandestinidad Nati Camacho, "sin memoria tampoco hay un presente digno". 

"Toda esta memoria, todo esto, ha sucedido porque el feminismo y el sindicalismo conseguimos entender que el patriarcado era transversal, que el capitalismo era despiadado, que la explotación la llevaban a sus últimas consecuencias", ha añadido.

Silencio ante los relatos de las ponentes y aplausos desde las butacas se han intercalado con calidez en las más de dos horas de sororidad compartida en las que también han intervenido Taty Almeida, activista e integrante de las argentinas Madres de Plaza de Mayo; la presidenta de la Asociación de Víctimas de Alicante: Bebés Robados y Adopciones Irregulares (AVA) María José Picó; la superviviente de La Desbandá Ana Pomares; Justa Montero, activista feminista y Consuelo García del Cid Guerra, superviviente de los reformatorios franquistas.

El broche al acto lo ha puesto la ministra de Igualdad, Irene Montero, que ha reconocido que España tiene una "deuda pendiente muy grande" con la memoria democrática de las mujeres.

"El Estado tiene una deuda pendiente para que todos nuestros compatriotas salgan de una vez de las fosas comunes, pero también tiene la obligación de identificar a los torturadores, a los victimarios y a los asesinos", ha asegurado.

"Es la única garantía de que cuando vengan otra vez con fuerza quienes quieren que retrocedamos en derechos, sepamos que la única forma que tenemos de hacerles frente es estar juntas codo con codo, avanzando en derechos", ha zanjado visiblemente emocionada.

Una confesión que la ministra ha hecho tras escuchar historias como la de Ana Pomares, que ha relatado cómo cuando tenía tan solo nueve años sintió en sus propias carnes el miedo en la carretera Málaga-Almería. La Desbandá fue un "crimen de guerra, porque se atacó a personas indefensas, mujeres y niños, porque los hombres estaban en la guerra".

Pomares ha recordado que aquella fue una "época de hambre y de miseria, muy mala" y no se ha olvidado del responsable de tanto sufrimiento, el general franquista Queipo de Llano, para recordar que, aunque "ha sido tarde, por fin salió de La Macarena", ha afirmado en alusión a su reciente exhumación. 

Ante las mujeres presentes en el Círculo de Bellas Artes, ha pedido que se saque a las víctimas de las cunetas y ha sentenciado: "Hemos estado 40 años callados, pero ahora no hay quien nos calle". 

En la misma línea y con la misma rebeldía, Consuelo García del Cid Guerra ha pronunciado otra frase lapidaria: "El país entero se va a enterar de lo que nos han hecho". Una promesa que les hizo a sus compañeras cuando estaban juntas recluidas en un reformatorio franquista.

La mismísima esposa del dictador, Carmen Polo, presidía el Patronato de Protección a la Mujer, la institución que pretendía obligar a las mujeres a entrar en el molde que el patriarcado más radical, el que asfixiaba durante el franquismo a tantas y tantas féminas.

La investigadora y activista ha recordado cómo las guardianas de la moral se paseaban por las calles y llamaban a la Policía cuando veían a mujeres en actitudes que ellas consideraban inmorales. Esas chicas eran conducidas a los cerca de 900 reformatorios que había por toda España. En ellos murieron muchísimas mujeres, muchas de las cuales optaron por suicidarse, y a otras les robaron sus hijos.

De bebés robados ha hablado también en este viernes de memoria María José Picó. La presidenta de la Asociación de Víctimas de Alicante: Bebés Robados y Adopciones Irregulares (AVA) lleva toda su vida buscando a su hermana melliza. Ambas nacieron en un hospital alicantino y, a las pocas horas de dar a luz, una de las pequeñas desapareció.

Su trabajo incansable fue el causante de la primera exhumación de un bebé robado ordenado por un fiscal en la Comunitat Valenciana. Su cuerpo no apareció, como tampoco lo ha hecho el de tantos y tantas niñas en su misma situación. Por ellos y sus familias, Picó ha solicitado con contundencia que se haga justicia para que "de una vez por todas lleguemos a saber la verdad".

"Quiero decir y pedir que no bajen los brazos, que sigan luchando por lo que creen que es justo y que hagan lo mismo que hacemos y decimos las Madres de Plaza de Mayo: "La única lucha que se pierde es la que se abandona". Un aliento de esperanza, el de Taty Almeida, que fue recibido por las espectadoras con una ovación cerrada. 

El acto de este viernes ha coincidido en fecha con el golpe de Estado de Argentina de 1976, una jornada que la lucha de las mujeres del país convirtió en el Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia. En homenaje a su trabajo, Toni Morillas, moderadora del acto y presidenta del Instituto de las Mujeres, ha recordado que "el feminismo es la mejor garantía de la no repetición y que, en un contexto de ofensiva reaccionaria como el que estamos sufriendo, es más necesario que nunca que feminismo y memoria democrática vayan juntos para seguir avanzando en derechos".

"¡Cuantísimos fragmentos de memoria hay repartidos por esta sala!", ha afirmado con una sonrisa de radiante felicidad en su rostro la activista feminista Justa Montero, en un evento en el que se ha homenajeado a todas esas mujeres que fueron reprimidas por las dictaduras por abanderar una "transgresión del modelo patriarcal de la época". Por ellas y por todas las que vendrán, un grito unánime ha resonado como un eco constante durante esta jornada: "Memoria, verdad y justicia", hoy y siempre.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias