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Francia entrega a un presunto yihadista relacionado con el 11-M

Said Rehou está acusado de formar parte de una célula de Al Quaeda en España

I. ADURIZ

Dos años y medio después del juicio del 11-M por el mayor atentado de la historia de España, la Policía mantiene la alerta en busca de presuntos colaboradores de los islamistas que perpetraron la matanza. Ayer, la colaboración con Francia permitió la entrega por parte del país vecino de Said Rehou, sobre quien pesa una orden de busca y captura desde 2005 por su relación con varios de los autores de los atentados y por su integración en la célula islamista de Al Quaeda en España, desmantelada por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.

En mayo de 2005, otro juez de la Audiencia, Fernando Grande-Marlaska, procesó por un delito de integración en la organización terrorista a trece islamistas en el sumario abierto tras la Operación Nova, desarrollada por Garzón en noviembre de 2004 contra el terrorismo yihadista.

Uno de los imputados era el propio Rehou que, desde entonces, se encontraba en paradero desconocido. Grande Marlaska acusó al joven marroquí de participar en la célula de Al Quaeda que Abdelaziz Mourafik Malek el Andalusí constituyó en Madrid en 2002. El magistrado llegó entonces a la conclusión de que los miembros del grupo 'acordaron que, como consecuencia de que España había entrado en la guerra de Irak, se había convertido en enemiga del Islam, y por ello había que atentar en este país'.En el grupo también participaron, según la Audiencia, Driss Chebli, Jamal Zougam y Rabei Osman El Sayed Mohammed el Egipcio, todos ellos procesados y condenados por los atentados contra los trenes de Madrid.

Fuentes de la Policía nacional explicaron ayer que, además de la actividad terrorista, los islamistas tenían como uno de sus principales objetivos reclutar mujahidines (guerreros por el Islam) con el fin de realizar la Yihad (la guerra por el Islam) en Marruecos, España y otros países europeos.

Asimismo, apuntaron que Said Rehou usaba su casa de Madrid para celebrar 'reuniones que duraban de seis a ocho horas en las que visionaban cintas de vídeo con sermones y escenas de la Yihad'.

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