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El Gobierno afronta un otoño caliente con el reto principal de los Presupuestos y en modo electoral de cara a 2023

PSOE y Unidas Podemos deberán negociar las cuentas públicas y también convencer a sus socios parlamentarios. En paralelo, ambas formaciones políticas preparan ya, de distinta manera, sus candidaturas para el año próximo. 

13/07/2022.- (i-d) El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante la
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, durante la segunda jornada del debate del estado de la nación en el Congreso. Kiko Huesca / EFE

"La actividad de septiembre va a ser frenética", reconocía un dirigente socialista el pasado 23 de julio al término del Comité Federal del PSOE. "Esto no va a parar", afirmaban días después en Moncloa. El ambiente en el seno del Gobierno de Pedro Sánchez de cara a la vuelta de las vacaciones es una mezcla de tensión y esperanza. Se avecina un "otoño caliente" por diferentes motivos. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023 serán una de los primeros temas a resolver por el Ejecutivo. En paralelo, PSOE y Unidas Podemos se encuentran ya en modo electoral de cara al próximo año.

El primer Consejo de Ministros del nuevo curso, que se celebrará este martes 23 de agosto y en el que se aprobará la creación de un nuevo Centro Estatal de Salud Pública, será el pistoletazo de salida. Inmediatamente después, Sánchez retomará su agenda internacional con una gira por América Latina en la que visitará Ecuador, Honduras y Colombia, donde se reunirá con el nuevo presidente del país, Gustavo Petro. Además, el jueves 25 se reunirá el pleno del Congreso a petición del Ejecutivo para votar las leyes de Ciencia, del plan de ahorro energético y del "sólo sí es sí.

En Ferraz acabaron el mes de julio con turbulencias. Tras los peores resultados de la historia del PSOE en Andalucía, la salida de Adriana Lastra como vicesecretaria general desencadenó una reestructuración en la cúpula del partido. Sánchez cesó en las portavocías de Ejecutiva y Congreso a Felipe Sicilia y Héctor Gómez respectivamente. Entraron perfiles de peso político como Pilar Alegría y Patxi López. Y María Jesús Montero se convertía en la nueva número dos. 

Un desembarco de Moncloa en la sede socialista en toda regla, con el objetivo de coordinar mejor ambos espacios. Para ello, también un comité de dirección formado casi en su totalidad por integrantes del Gobierno. Sánchez quiso activar al partido en modo electoral. "Vamos a por todas" o "toca meter una marcha más" son las consignas. El primer paso oficial para ello será el proceso de primarias que los socialistas inician este mes de septiembre para elegir las candidaturas municipales y autonómicas de 2023. 

Esa cita electoral será el preludio de las generales. Las encuestas, hasta ahora, para esa cita, no son nada favorables a los socialistas. La distancia que toma el PP de Alberto Núñez Feijóo aumenta. Pero en Moncloa insisten en que queda mucho tiempo. En Ferraz otorgan una relevancia máxima a lo que pueda suceder en mayo del año próximo. "Nuestras elecciones siempre han sido las municipales y autonómicas", repiten. 

El presidente Sánchez ya sentó las bases en el mencionado Comité Federal de los retos que debe afrontar el Gobierno en otoño. Aparte de los PGE, también mencionó el líder del Ejecutivo el "final de la guerra en Ucrania" y la solución a "un problema global pero también local" como la inflación. Este último asunto genera una obvia preocupación en Moncloa. "Si hay que tomar más medidas, se tomarán", destacan fuentes consultadas. 

La cuestión energética es otro de los asuntos espinosos de los que tendrá que estar pendiente el Gobierno. Los planes de Bruselas y los españoles para reducir el consumo coparon la actualidad de los últimos días de julio. Sánchez también le otorga una máxima importancia a la presidencia española de la Unión Europea (UE) del segundo semestre de 2023 y ya se están dando pasos para prepararla. 

Respecto a la agenda legislativa, Sánchez apuntó también una serie de cuestiones a tener en cuenta durante el debate del estado de la nación, celebrado a mediados de julio. Se incluyen aquí las próximas aprobaciones de la ley de movilidad sostenible y las nuevas leyes de industria y de mecenazgo. También aprobar la ley de protección del informante, la ley integral contra la trata y explotación de seres humanos, la ley contra la discriminación racial, la ley de secretos oficiales o la ley de regulación de los lobbies. 

Reforma fiscal en los PGE y tensión en la izquierda

La agenda de Unidas Podemos a partir de septiembre discurre de forma paralela, pero distinta, a la de los socialistas en el septiembre y el otoño "calientes" que se iniciarán tras reanudarse el curso político. En lo que respecta a la coalición de Gobierno, todos los esfuerzos del espacio confederal estarán centrados en los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año y en las medidas pendientes del acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias que siguen bloqueadas.

En este sentido, buena parte de los dos ámbitos (el presupuestario y el de medidas pendientes) se mezclará, ya que Unidas Podemos pedirá en el marco de la negociación de PGE desbloquear e impulsar normas como la ley de vivienda o la derogación de la ley mordaza, paralizadas ambas en el Congreso de los Diputados.

También se insistirá, sobre todo por parte del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, en la aprobación de la ley de familias para desplegar, entre otras medidas, una renta universal por crianza y la ampliación a seis meses de los permisos de maternidad y paternidad.

En lo que se refiere solo a los Presupuestos, el espacio confederal aspira a completar la reforma fiscal con modificaciones en el Impuesto de Sociedades para mejorar su eficacia recaudatoria, y con un impuesto que grave la riqueza, que se añadirán a los anunciados impuestos a las grandes eléctricas y a las entidades financieras.

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También es un objetivo prioritario para el espacio confederal abordar el refuerzo de la Sanidad pública a través de una inversión muy importante en los Presupuestos, después del impacto que los servicios públicos sanitarios recibieron a raíz de la pandemia del coronavirus.

De cara al ciclo electoral que se iniciará en mayo de 2023 con municipales y autonómicas, la izquierda parece tener un camino más convulso que el del PSOE, ya que se verá obligada a afrontar su reconfiguración en un tiempo récord. Con la desconfianza instalada entre Podemos e Izquierda Unida, y con la confluencia de Unidas Podemos sin garantías de continuidad, todos los partidos del espacio buscarán su papel en el escenario político de los próximos años, que estará marcado, fundamentalmente, por el proyecto de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

La propia Díaz ha avanzado que es muy poco probable que su proyecto esté listo para esas dos citas electorales, por lo que si su proceso de escucha termina teniendo una traducción en una plataforma de cara a las elecciones, no será hasta las generales (previstas para finales de 2023) cuando se despliegue en su totalidad.

Las municipales y autonómicas de mayo serán una prueba de fuego y un termómetro para medir la fortaleza de cada partido en los territorios y municipios, y para ir viendo cuáles son las fórmulas y las alianzas (si las hay) que se eligen en cada lugar. Este proceso tendrá su desenlace en las elecciones generales.

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