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Del 'Gobierno Frankenstein' a la legislatura estable: la investidura de Pedro Sánchez cumple dos años

El líder del PSOE fue elegido por el Congreso como presidente del Gobierno en enero de 2020 tras casi nueve meses en funciones y la celebración de dos elecciones generales. La coalición entre los socialistas y Unidas Podemos va camino de agotar la legislatura.

Investidura Pedro Sánchez
Pablo Iglesias saluda a Pedro Sánchez en el Congreso durante la investidura del socialista. Juan Carlos Hidalgo / EFE

Pedro Sánchez se convirtió en presidente del Gobierno de coalición el 7 de enero de 2020, un día después de Reyes, con solo dos votos más a favor que en contra en segunda votación, en un contexto de inestabilidad política y entre augurios que apuntaban a una legislatura corta e improductiva.

Dos años después, el bautizado por sus detractores como el Gobierno Frankenstein va camino de agotar la legislatura tras superar los peores momentos de una emergencia sanitaria sin precedentes.

Como el personaje de Mary Shelley, la estructura del Ejecutivo se sustentaba en la unión de diferentes partes: el PSOE y Unidas Podemos conformarían una coalición de gobierno en minoría sustentada en el Parlamento por otros partidos (ERC, PNV, EH Bildu, Más País o Compromís, entre otros).

Esta investidura se produjo en un momento en el que el final de las mayorías absolutas en 2015, tras la irrupción de Podemos y de Ciudadanos, había provocado una inestabilidad política importante y un ciclo electoral frenético. De hecho, para que Sánchez obtuviera los apoyos suficientes fueron necesarias dos convocatorias de elecciones generales en 2019, una en abril y otra en noviembre.

Además, en la anterior legislatura (en la que hubo dos gobiernos: uno presidido por Mariano Rajoy y, tras la moción de censura, otro presidido por el líder del PSOE) había tenido lugar una importante sequía legislativa en un Congreso que no lograba aglutinar mayorías suficientes para sacar adelante reformas.

Buena prueba de ello es que este periodo se desarrolló bajo el marco económico de los presupuestos de 2018, los más longevos de la democracia y los últimos que aprobó el Ministerio de Hacienda de Cristóbal Montoro.

Crisis y discrepancias, pero sin ruptura

Por todo ello la oposición auguró que la legislatura del Ejecutivo de coalición tendría un corto recorrido y no lograría sacar adelante medidas de calado. Sin embargo, a día de hoy no se esperan elecciones en el ámbito estatal hasta finales de 2023 y el Gobierno ha logrado aprobar importantes reformas, teniendo incluso unos Presupuestos Generales del Estado cada año.

Que la investidura de Sánchez costara tanto también se debió a los recelos que PSOE y Unidas Podemos mantenían en 2019. Los socialistas rechazaban de facto un Gobierno de coalición y, de hecho, acudieron a los comicios de noviembre de ese año reclamando su intención de gobernar en solitario.

En estos dos años de legislatura ambas formaciones han protagonizado importantes tensiones y diferencias en el seno del Ejecutivo, pero, al menos de momento, siempre han logrado salvar sus crisis y evitar una ruptura. Desde el Gobierno se apunta en este sentido a dos factores que han resultado ser claves en el refuerzo de la coalición.

El primero es la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus. En ambos partidos comparten que la experiencia de los peores momentos de la covid-19, entre marzo y junio de 2020, reforzó la unidad en el seno del Ejecutivo.

El segundo es la beligerancia de una oposición que se ha mostrado especialmente dura con la coalición en estos dos años de legislatura. Sus ataques, aseguran estas voces, han fortalecido la alianza entre ambos partidos. El 2022 podría suponer un cambio de ciclo en este sentido, habida cuenta de que, entre otras características, será un año de de preparación para el ciclo electoral que se avecina en 2023.

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