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Golpe de estado 23FEl Congreso recordará el 23F entre críticas de los grupos del bloque de la investidura por "blanquear la monarquía"
ERC, EH Bildu, Junts, PDeCAT, la CUP, Compromís, BNG y PNV no estarán presentes en este homenaje. Unidas Podemos sí acudirá, pero teme que Felipe VI, invitado al acto, intente "lavar la cara al emérito" en lugar de "lanzar un mensaje claro de condena del franquismo".
Pilar Araque Conde
Madrid-Actualizado a
El Congreso de los Diputados acogerá el próximo martes 23 de febrero un acto para conmemorar el 40 aniversario del intento de golpe de Estado de 1981. El evento contará con la presencia de Felipe VI; del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, otros miembros del Ejecutivo, representantes de la Cámara Baja, del Senado y de otros poderes del Estado. Sin embargo, varios grupos independentistas, nacionalistas y autonómicos han desestimado la invitación a un acto que "servirá de operación de marketing para blanquear la monarquía". Unidas Podemos sí acudirá, pero teme que el actual jefe de Estado intente "lavar la cara al emérito" en lugar de "lanzar un mensaje claro de condena del franquismo".
ERC, EH Bildu, Junts, PDeCAT, la CUP, Compromís, BNG y PNV no estarán presentes en dicho homenaje, pues consideran que será utilizado para "legitimar el régimen del 78 y, por lo tanto, a la monarquía". Desde el grupo republicano critican que el monarca acuda a la Cámara Baja para "reivindicar la figura de su padre". Y es que Juan Carlos I, considerado el "héroe de la Transición" por una parte de la población por su papel en aquella intentona golpista, no estará presente en este acto, ya que se encuentra huido en Abu Dabi (Emiratos Árabes) desde el pasado mes de agosto.
Felipe VI regresará a la Cámara Baja un año después de su última visita, cuando tuvo lugar la apertura de la XIV Legislatura, que se celebró el 4 de febrero de 2020. Precisamente, desde ese momento hasta ahora han sido muchas las informaciones y momentos que han puesto en entredicho la utilidad de la Casa Real, sumiendo a la actual monarquía española en una crisis sin precedentes. De hecho, el próximo martes se debatirá en el Congreso una proposición no de ley de ERC relativa a la eliminación de la inviolabilidad del rey y el aforamiento del emérito, que será rechazada previsiblemente.
La opacidad que envuelve a esta institución, así como la reiterada negativa del Congreso a investigar las presuntas acciones ilícitas de la Familia Real, tampoco ha ayudado a mejorar su imagen. Y, de fondo, los problemas judiciales y los escándalos económicos que señalan al emérito, investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo por el presunto uso fraudulento de tarjetas black, blanqueo de capitales y el supuesto cobro de comisiones en la construcción del AVE a La Meca.
Joan Baldoví, diputado de Compromís, está a favor de que el Congreso conmemore el 40 aniversario del golpe de Estado protagonizado por el entonces coronel Antonio Tejero, quien irrumpió acompañado de varios guardias civiles en el hemiciclo del Congreso mientras se votaba la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo al grito de "¡Quieto todo el mundo! ¡Al suelo! ¡Se sienten, coño!". Si bien, cree que el acto del próximo martes "debería circunscribirse al Parlamento", por lo que "no tendría por qué venir" Felipe VI: "Es una manera de meter al rey con calzador. Su presencia en un momento en el que una parte importante de la sociedad cuestiona la figura de la monarquía y su opacidad, no le hace ningún bien al Parlamento", apostilla.
El papel de Juan Carlos I en el 23F, también cuestionado
Néstor Rego, diputado del BNG, sostiene que es una "burla que se celebre un acto con Felipe de Borbón después de las evidencias históricas de la implicación de Juan Carlos de Borbón" en el golpe de Estado fallido. Y es que las sombras que todavía planean sobre el 23F han dado pie a multitud de teorías sobre una posible implicación del entonces rey en la intentona golpista o si su papel para frenarla fue de verdad tan crucial como se recuerda. Una cosa hay clara: en los momentos previos a ese día, la monarquía no gozaba de plena popularidad, ya que el jefe de Estado fue designado por el dictador Francisco Franco como su sucesor a título de rey, dando continuidad en cierta medida al régimen que se intentaba transformar en aquellos convulsos años.
A la diputada de la CUP Mireia Vehí también le parece una "falta de respeto" que se conmemore el 23F "sin haberse podido investigar todavía las implicaciones que parece que el rey tuvo" en aquella acción. Asimismo, hace hincapié en el actual clima de contestación social a raíz "de la imposibilidad de hablar con libertad de la corrupción de la monarquía". En este sentido, multitud de concentraciones se han sucedido en los últimos días en diferentes ciudades del España por la entrada en prisión del rapero Hasél, condenado a nueve meses de prisión por enaltecimiento del terrorismo a través de sus letras.
La extrema derecha, en la calle y en las instituciones
Por otro lado, estos grupos denuncian que mientras las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han cargado "de forma injustificada" contra los manifestantes de estas concentraciones, muchas de ellas pacíficas, se permiten otros actos de exaltación del fascismo e incitación al odio sin ningún tipo de reprimenda, como el homenaje de 300 neonazis a la División Azul que tuvo lugar la semana pasada en Madrid.
Asimismo, cabe recordar que el Congreso conmemorará el fallido golpe de Estado con la presencia de la extrema derecha en el hemiciclo —y en la mayoría de cámaras autonómicas—, la cual promulga a través de sus 52 diputados discursos cargados de machismo, xenofobia, homofobia y negacionismo sobre cuestiones como la pandemia del coronavirus o la crisis climática, sugiriendo además que el actual Gobierno, elegido democráticamente en las urnas, es "peor" que la propia dictadura de Franco.
A esto se le añade la presenta de facciones ultras en el seno de las Fuerzas Armadas, con militares retirados advirtiendo de que no son minoría y pidiendo a la ministra de Defensa, Margarita Robles, un "giro de timón", llegando a defender el fusilamiento de "26 millones de hijos de puta" en un chat privado. Por todo ello, Unidas Podemos reclama que Felipe VI utilice su discurso para "lanzar un mensaje claro de condena del franquismo, que ya toca hacer", en lugar de intentar "lavar la cara al emérito".
"No necesitamos ninguna celebración mítica del pasado, ni lavados de cara al rey emérito ni a la derecha golpista neofranquista; lo que necesitamos es un mensaje de futuro comprometido con la democracia", señaló el pasado miércoles el secretario primero de la Mesa del Congreso y diputado de En Comú Podem, Gerardo Pisarello, pues a su entender, "no puede ser que hayamos tenido ya dos reyes que no hayan condenado el franquismo".
En la retina, las polémicas palabras de Felipe VI en el último discurso de Navidad, en las que se refirió a la Guerra Civil y a la dictadura con eufemismos: "No olvidemos que los avances y el progreso conseguidos en democracia son el resultado del reencuentro y el pacto entre los españoles después de un largo período de enfrentamientos y divisiones. Son el resultado de querer mirar juntos hacia el futuro, unidos en los valores democráticos", pronunció en un discurso en el que no dio explicaciones sobre su padre ni mencionó la violencia de género, el drama de la inmigración o los militares ultras.
"Mostrar fortaleza de las instituciones"
La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, abrirá el acto de conmemoración de esta efeméride y, tras su intervención, tomará la palabra el rey. Según explicó Batet el pasado martes, este evento trata de "mostrar la fortaleza de las instituciones democráticas, la vigencia de los valores de nuestra Constitución y de nuestra democracia, y recordar cómo la sociedad española reaccionó en ese momento y cómo sigue defendiendo hoy la democracia en España".
Preguntada sobre el homenaje, la portavoz del PSOE en la Cámara Baja, Adriana Lastra, puso en valor la "necesidad" de celebrar un acto así en un momento de auge de la ultraderecha, que irrumpió también en el Parlament catalán tras las elecciones de este domingo.
Por su parte, Ciudadanos defiende que el evento supondrá un "reconocimiento a la democracia española que tanto nos costó alcanzar, especialmente a las generaciones de nuestros padres y abuelos". Este partido, que gobierna en algunas comunidades autónomas (Madrid, Andalucía y Murcia) gracias al apoyo de la ultraderecha, considera que "siempre es buen momento para recordar que nuestros derechos y libertades no pueden darse por descontados".
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