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Granados arremete contra Aguirre y González: "Estorbaba y me trataron como un kleenex"

El exsecretario general del PP de Madrid ha asegurado que "nunca ha cobrado comisiones" y que David Marjaliza jamás ha sido su socio.

Granados, González y Aguirre.- EFE

EUROPA PRESS

MADRID.- El exsecretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, arremete contra quienes fueron sus compañeros Esperanza Aguirre e Ignacio González. En una entrevista desde la cárcel al diario 'El Español' declara que "estorbaba y me trataron como un kleenex".

A lo largo de la entrevista habla de su relación con el expresidente de la Comunidad, Ignacio González, que "pasó por distintos fases a lo largo de los ocho años" en los que estuvo en el Gobierno. "Casi inexistente al principio y luego cordial, hasta que se frustraron sus aspiraciones a la Presidencia de Caja Madrid", indica.

Según Granados, Ignacio González "decidió que quería suceder a Esperanza Aguirre" y él "era un obstáculo". "Nunca fuimos grandes amigos, pero teníamos buena relación, supongo que les era útil", ha indicado Granados, que, por otro lado, niega haber "investigado" la vida de González. "No me interesa para nada", apostilla.

Sobre por qué rompió su relación con Esperanza Aguirre, Granados cuenta que le "costó mucho" dimitir como alcalde de Valdemoro para irse al Gobierno de la Comunidad de Madrid, pero que la entonces presidenta le "prometió que si me iba con ella construiría un hospital en Valdemoro" y aceptó.

La relación se rompe "definitivamente", continúa, cuando Esperanza Aguirre decide no mantenerle en el Gobierno en la tercera legislatura y siete meses después le destituye como secretario general del PP. "El único motivo fue que desde antes de las elecciones de 2011 ya tenían decidido que Esperanza dimitiría para dejar a González y yo entonces estorbaba. Me trataron como un kleenex. Ahí acabó la relación", asegura.

Además, añade que la "ruptura definitiva" se produjo durante la campaña para las elecciones generales de 2011. "Ella quería que la campaña en Madrid fuera lo más plana posible, con la menor movilización posible, para que Rajoy no tuviera un buen resultado en Madrid. Al menos, que fuera peor que el que ella había obtenido meses antes", explica.

Sin embargo, Granados dice que "no estaba de acuerdo" y que se empleó "muy a fondo", algo que no se "lo perdonó". "La gota que colmó el vaso fue un mitin que organicé en Valdemoro con Javier Arenas y Esteban González Pons. Se puso como una fiera y dijo que no se movilizara al partido para que fuera un fracaso. A partir de ese día dejó prácticamente de hablarme", relata.

Por otro lado, ha señalado que "Aguirre debe dimitir como presidenta del partido y dejar paso a Cristina Cifuentes". "No hay tiempo que perder. El motivo, el mismo que le llevó a quitar a Pío García Escudero", entiende Granados, que también tiene palabras para la actual presidenta de la Comunidad.

"La trama Púnica no existe"

Francisco Granados ha asegurado que la trama Púnica, por la que está en la cárcel desde hace más de un año, no existe, que nunca ha cobrado comisiones y que David Marjaliza, también en prisión considerado como uno de los cabecillas, jamás ha sido su socio.

El exconsejero madrileño explica que la única declaración que ha realizado ante el juez la hizo hace un año cuando le detuvieron y que no le han vuelto a citar. "Supongo que cuando no me citan, será porque después de un año de investigaciones, no habrán aparecido elementos nuevos que requieran aclaración por mi parte", dice.

En este sentido, añade que si hubieran aparecido pruebas o declaraciones contra él, "que desde luego no están en la parte del sumario que no es secreta", y que "lo lógico" hubiera sido citarle "para aclararlo", así que imagina "que no han surgido esas pruebas o declaraciones".

"La reciente decisión del juez de dividir en doce partes este caso viene a demostrar que no hay ninguna trama Púnica"

Además, asegura que la reciente decisión del juez de dividir en doce partes este caso "viene a demostrar que no hay ninguna "trama Púnica", ninguna organización para delinquir, sino que, como ahora se ha reconocido, lo que hay son hechos muy diferentes sin ninguna conexión entre sí".

"La mayoría de las partes en las que se ha dividido el sumario no tienen nada que ver conmigo. No se lo digo yo, también el sumario", defiende Granados, que es "consciente de que cuando alguien lleva un año en prisión, ya nadie cree en su inocencia". "La gente piensa que si llevas un año preso es porque las pruebas son abrumadoras y no existe la más mínima duda razonable de que no seas culpable de delitos muy graves", entiende.

En este punto, señala que "la situación de prisión preventiva es mucho más dura que la de una persona que ya ha sido juzgada y condenada" y que esto "también lo tendrían que tener en cuenta jueces y fiscales a la hora de mantener tanto tiempo esta situación tan extrema".

"Cuando se afecta tan gravemente la presunción de inocencia; cuando las consecuencias personales, familiares, sociales, económicas que se provocan son irreparables, sea cual sea el final del proceso; cuando no hay el más mínimo riesgo de fuga o de eludir la acción de la justicia, ¿qué sentido tiene mantenerme en prisión?", se pregunta.

Y es que, según señala, después de un año desde su detención "y a la vista del proceso nadie se cuestiona dónde queda" su presunción de inocencia y su derecho a la defensa. "Creo que muchos deberían reflexionar sobre esto y sobre si éste es el Estado de Derecho que queremos. Yo no creo que el legislador haya buscado nunca este objetivo pero el precio de la búsqueda de la justicia o del cumplimiento de la ley en términos de lesión de derechos individuales puede ser altísimo", considera.

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