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Los delirios geopolíticos de la derecha: Putin el comunista se llama Vladímir como Lenin
En un alarde del uso del principio de transposición, hemos visto y escuchado estos días que la derecha política y mediática, defensores y simpatizantes de Putin y su ideología, ahora reniegan de él y lo llaman "comunista" con la intención de demonizarlo y vincularlo con la izquierda.
Julián Macías
Madrid-
Cuando parecía agotado el debate sobre si Putin es comunista, llegó Antonio Naranjo –condenado por un delito de vulneración del derecho al honor tras inventarse una agresión por parte del periodista Máximo Pradera– con la prueba definitiva: "Es que es muy fácil, a ver, Putin se llama como Lenin, se llama Vladímir". Con esta frase, Naranjo pretendía dar por zanjado el debate en el programa de Risto Mejide Todo es mentira pero... ¿cómo hemos llegado a este dislate?
Durante los últimos días de febrero, y tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, miles de tuits inundaron las redes sociales con las palabras Putin y comunista. Pese a que la amplia mayoría de los más de 150.000 tuits analizados están publicados en clave de burla, entre los que se lo tomaron en serio volvemos a ver una vez más, en la matriz de difusión, a las mismas redes de bulos de siempre: Libertad digital, Rosa Díez, Toni Cantó, Estado de Alarma –canal de YouTube del varias veces condenado Javier Negre–etc.
Tras esta campaña en redes sociales, con las sanciones hacia Rusia en plena escalada y las discrepancias en el seno del Gobierno a cuenta del envío de armas a Ucrania, llegó el momento de los tertulianos, editoriales y titulares: "Putin es un señor Comunista" –Francisco Marhuenda, exdiputado del Partido Popular en Catalunya y director de La Razón–; "La falange de Putin (con foto de Pablo Iglesias y Ione Belarra)" –columna de opinión en El Mundo–; "El programa de Iglesias blanquea a Putin" –Ok Diario–; "La crisis de Ucrania destapa la campaña prorrusa de Podemos" –ABC–etc.
Alguno de ellos, como Antonio Caño –exdirector de El País– o David Alandete –exsubdirector de El País–, tuvieron incluso que bucear en las profundidades de la hemeroteca para encontrar unas declaraciones de Pablo Iglesias contra el gobierno ucraniano a cuenta del golpe del euromaidan –en el que participaron partidos abiertamente neonazis–, tratando de vincular estas con una supuesta postura putinista de Iglesias y Podemos. Esta manipulación de la realidad sorprende más aún cuando sabemos, por una investigación de eldiario.es, que El País estuvo obteniendo financiación del Kremlin, mientras ambos lo dirigían, para distribuir "propaganda rusa" de Russia Beyond.
Sin embargo, no parecen haber tenido tanto celo a la hora de buscar declaraciones de otros periodistas, políticos y organizaciones de derecha y ultraderecha alabando a Putin: "Las guerras son para luchar hasta el final. El único con valor es Putin" y "tanto Trump como Putin son dos personas muy inteligentes y patriotas que estamos menospreciando" –Francisco Marhuenda–; "Lo que sí pienso, espero y deseo es que esto se contagie a través de partidos. La única forma que tenemos es que Rusia tuviera sus caballos de Troya'' –Jordi de la Fuente, secretario de organización de Vox en Barcelona–; "Rusia es culpable de defender los intereses de Rusia con los servicios de inteligencia y músculo militar. Rusia es culpable de tener en el Kremlin a un líder patriota y al mayor genio geopolítico del presente" –Fundación DENAES, Vox–; "Los profamilia del mundo felicitarán a Putin y al Parlamento ruso por proteger la infancia" –CitizenGo y Hazte Oir–.
Finalmente, este asunto llegó al Congreso de los Diputados en su sesión de control al Gobierno: "Esos aliados de Putin están en su Gobierno" –Santiago Abascal, Vox–; "Podemos son los 'quintacolumnistas' de Putin" –Edmundo Bal, Ciudadanos–; "Lo que esconden es su beligerancia en favor de Putin"–Cuca Gamarra, Partido Popular–.
Pero... ¿es Putin comunista?
Desde que comenzó la invasión son muchos los que se han aventurado a etiquetar a Putin como –aparte de comunista– un nazi. Sin embargo, esto, politológicamente, no sería acertado. En realidad se trata de un ultranacionalista y ultraconservador muy influenciado por el filósofo Alexander Dugin, que defiende la vuelta de una Rusia imperialista a través del euroasianismo.
Precisamente por esta ideología ultranacionalista y ultraconservadora es por lo que durante años ha hecho tan buenas migas con toda la ultraderecha europea y latinoamericana: Abascal, Salvini, Bolsonaro, Orban, Le Pen… De hecho, durante las últimas semanas hemos visto cómo Vox y Abascal borraban decenas de tuits; cómo a Salvini le perseguía hasta la frontera con Polonia una foto en la que aparecía él mismo con una camiseta con la cara de Putin; también hemos asistido a la destrucción, por parte del equipo de campaña de Le Pen, de un millón de folletos electorales que incluían una foto de la candidata con Putin; o cómo el gobierno de Brasil se ha negado a condenar la invasión rusa.
Por el contrario, está de sobra documentada la animadversión de Putin por el Partido Comunista ruso –principal partido opositor en Rusia–, que ya cuenta con cientos, si no miles, de detenidos entre sus filas, por parte del presidente ruso. Una práctica que fue denunciada recientemente por el secretario general del Partido Comunista Ruso, Guenadi Zyuganov.
Pero quizás lo más llamativo es cómo desde el entorno del Kremlin se financian organizaciones ultracatólicas y anticomunistas como CitizenGo y Hazte Oír; que a su vez financian a partidos europeos de ultraderecha.
En un informe del European Parliamentary Forum, donde se recogen todas estas conexiones económicas entre el Kremlin, organizaciones utracatólicas y partidos de ultraderecha como Vox y sus socios internacionales La Lega –Italia–, PIS –Polonia– o FIDEZS –Hungría–; señalan directamente como nexo entre el Kremlin y estas organizaciones y partidos a los oligarcas rusos Yakunin y Malofeev y al diplomático ruso Alexei Komov. De hecho, Komov aparece como miembro del patronato de CitizenGo –marca internacional de Hazte Oír–. En otro informe del Parlamento Europeo se recogen también los acuerdos y alianzas firmadas entre estos partidos –socios internacionales de Vox– y el partido de Vladímir Putin –Rusia Unida–.
Cabe recordar que muchas de estas organizaciones ultracatólicas, financiadas por el Kremlin y que hacen campaña por Vox, forman parte a su vez de la estructura pública de la secta ultracatólica El Yunque, tal y como atestiguan innumerables investigaciones periodísticas y judiciales. Para el periodista mexicano Álvaro Delgado –uno de los mayores expertos a nivel mundial en El Yunque– no sólo es que exista una vinculación entre El Yunque, Hazte Oír y Vox; sino que El Yunque podría haber creado Vox para conseguir sus objetivos.
Tanto Álvaro Delgado como el periodista de investigación Francisco Quevedo señalan también la presencia de miembros de El Yunque en Vox, apuntando directamente a Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio. Por su parte, Santiago Mata, también experto en El Yunque, incide en que El Yunque es desde su fundación una organización anticomunista, a lo que Delgado añade: "Nació para oponerse a la conspiración de judíos, masones y comunistas".
Así pues, no parece que ni Putin ni los socios del Kremlin sean comunistas ni que Pablo Iglesias o Podemos sean tampoco putinistas; máxime aún cuando desde estas fundaciones tapadera de El Yunque –financiadas por el entorno del Kremlin– coordinaron y participaron en el acoso a la familia del exvicepresidente Iglesias y la ministra Montero sufrieron durante meses en su domicilio.
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