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Guerra por la sucesión de Rajoy Guerra de apoyos entre Santamaría y Casado en la recta final de la campaña del PP

Con la vista puesta en la votación que saldará el XIX Congreso del Partido Popular, ambos candidatos presumen de contar con más de un 60% de los compromisarios, y lanzan nuevas cargas de profundidad a su rival.

Fotografía facilitada por el Partido Popular de sus candidatos a la presidencia del partido, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado en una reciente cena del partido. (EFE)

Sube la temperatura en el PP, a escasos días de la votación de la que saldrá su nuevo líder. Soraya Saénz de Santamaría y Pablo Casado, los candidatos a la Presidencia del partido, apuran los días al máximo para lucir sus apoyos, y para venderse ya como indiscutibles ganadores del XIX Congreso, que se saldará este sábado con la votación de los compromisarios.

Este martes, en dos encuentros informales con periodistas en la sede de Génova 13, representantes de ambas candidaturas han presumido de contar con más de un 60% de los 3.082 compromisarios en liza.

Santamaría asegura que se quedarán con un 50% de los votos que iban a ser para  Cospedal; Casado afirma que esperan contar con 2.100 de los 3.082  compromisarios

El equipo de Santamaría aseguraba que se quedarán con un 50% de los votos que iban a ser para la secretaria general, María Dolores de Cospedal, antes de que quedara fuera de la carrera sucesoria, mientras el entorno de Casado afirmaba que esperan contar con 2.100 de los compromisarios, la misma cifra que vendían antes de que Cospedal les confirmara su apoyo.

Además, y mientras el equipo de la exvicepresidenta se jactaba de hacer cálculos "serios", "rigurosos" y "contrastados", la candidatura del vicesecretario de Comunicación presumía de "no hacer la cuenta de la vieja", y de recurrir al "análisis de big data". Los dos equipos despreciaban también las cuentas del rival, y los dos prometían imponerse en el Congreso.

Nuevos dardos entre los candidatos

Lo que a priori eran encuentros para aclarar dudas de los medios de comunicación y sacar pecho por los apoyos logrados se convertían, de nuevo, en los escenarios en los que ambos soltaban nuevas cargas de profundidad. En público sostienen que la campaña está siendo limpia; en privado se muestran mucho, mucho más duros.

La primera andanada la lanzaban desde la candidatura de Santamaría, al asegurar que percibirán parte de los votos que iban a ser para Cospedal, por el "rechazo" de la militancia al "pacto de perdedores" que promueve Casado. Éste se jacta de contar con los otros cuatro precandidatos a suceder a Rajoy, los mismos que no lograron pasar de la primera vuelta.

En la misma línea, en el entorno de la vicepresidenta presumían de los apoyos que, según su relato, obtendrán por el hecho de que Santamaría sea mejor candidata para ganar elecciones -quien lidera el PP le representa en las generales, según sus Estatutos-, y vendían haber logrado apoyos por su infructuoso esfuerzo para sellar una candidatura de unidad.

En última instancia, criticaban la "campaña tremendamente belicosa" de Casado con respecto a Cospedal, y afeaban que el rival de Santamaría pregone ahora "importantes reformas de carácter ideológico" que no defendió "cuando era número cuatro" del partido. "No puede ser creíble", aseguraban.

Por su parte, desde el entorno del vicesecretario de Comunicación negaban haber actuado de forma "agresiva" o "belicosa", e incidían en que, pese a que Santamaría se vende como "la candidata de las mujeres", según sus cifras un 48% les respalda a ellos, y sólo un 30% -a falta de contrastar el 22% restante- estaría a favor de Santamaría.

Además, el portavoz adjunto del PP en el Congreso de los Diputados y miembro de la candidatura de Casado, Teodoro García Egea, exigía "respeto" para los candidatos que no pasaron a la segunda vuelta, a los que desde el entorno de su rival se refirieron hoy como "perdedores": "Mis compañeros que no pasaron el corte en las elecciones al @PPopular no merecen que nadie les llame perdedores. Tienen nuestro respeto y admiración. Querer mejorar nuestro partido ya les hace ganadores. Los afiliados quieren un presidente que integre y respete a todos", sostenía García.

La reunión secreta que no dio frutos

Todo esto ocurría tras una reunión celebrada en secreto entre Santamaría, Casado y sus respectivos jefes de Gabinete, mantenida poco antes en la sede nacional del partido, en la que no lograron alcanzar siquiera algo parecido a un acuerdo. La "candidatura de unidad" ansiada por algunos dirigentes del PP y por el presidente de la Comisión Organizadora del Congreso (COC), Luis de Grandes, se da ya por imposible.

La subida de tensión es tan obvia que este martes, el portavoz del PP en la Cámara Baja, Rafael Hernando, pidió a ambos candidatos que no "frivolicen ni dividan más": "El PP ha sido un gran Partido cuando ha estado unido y no lo ha sido cuando se ha dividido", advertía Hernando en un mensaje publicado en Twitter. "Esto no es un partido de fútbol entre países distintos", incidía.

Visto lo visto hasta ahora, con reproches mutuos, vídeos anónimos y ausencia de reuniones hasta última hora, la confrontación se recrudecerá conforme se acerque la votación del sábado. Esta llamada a abrir una nueva era en el PP, y hasta que tenga lugar es imposible dar por seguro ningún escenario.

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