Este artículo se publicó hace 2 años.
El incendio de la izquierda en Andalucía instaura la desconfianza dentro de Unidas Podemos a nivel estatal
Podemos e Izquierda Unida no logran poner un cortafuegos a la brecha andaluza para que no afecte al grupo parlamentario del Congreso y a los ministerios, pero el ambiente y los reproches cruzados lo complican.
Madrid-Actualizado a
La brecha de la izquierda en Andalucía se produjo el pasado viernes como consecuencia del registro fallido, y a última hora, de una candidatura que aspiraba a aglutinar hasta a seis formaciones políticas. La desconfianza, los recelos y algunos reproches cruzados son anteriores.
Antes de la noche de autos, cuando el papel del registro omitió los nombres de Podemos y de Alianza Verde, excluyéndolos desde el punto de vista jurídico de la candidatura 'Por Andalucía', ya se podía intuir que la epopeya de la unidad de la izquierda tiende a dejarse por el camino sus tintes mitológicos cuando los dirigentes políticos se encierran en un despacho a negociar.
Tras constatarse el polémico registro, precedido de una negociación donde los faroles del póker se mantuvieron hasta la última jugada, la calma tensa de las semanas anteriores estalló en una explosión de acusaciones mutuas. El incendio parecía imparable y el primer "frente amplio" del ciclo electoral que se inicia en Andalucía iba camino de convertirse en el primer obstáculo que podría complicar el resto de procesos de unidad.
Cinco días después, el fuego sigue vivo y las llamas amenazan ya a la única estructura que parecía consolidada en todos los niveles: Unidas Podemos. La desconfianza entre las dos formaciones que la sostienen, Podemos e Izquierda Unida, es palpable y, aunque de momento no se ha producido un choque abierto, las tensiones van en aumento.
Este martes hubo un elemento diferencial con respecto a los días anteriores. Se trasladó la sensación de que había intención de bajar los decibelios, después de que ambas formaciones se culparan del registro fallido ante la Junta Electoral de Andalucía. Pablo Echenique, portavoz del grupo confederal en el Congreso, evitó posicionarse sobre este asunto y apeló a su condición de representante de todas las fuerzas que componen Unidas Podemos en la Cámara Baja. Sí que reconoció estar "triste" y que los últimos días no habían sido "fáciles" para él.
Los reproches entre ambas formaciones son distintos, aunque giran en torno a la misma cuestión. El primero se centró en el registro propiamente dicho, y en quién debería asumir la responsabilidad de haber entregado un papel que no incluía a Podemos y a Alianza Verde tras haberse alcanzado un acuerdo político entre todos los partidos.
Una única candidatura
El segundo se inició cuando la Junta Electoral de Andalucía rechazó la subsanación de este error y dejó a la formación morada sin opciones de formar parte de la candidatura desde el punto de vista jurídico. Se abrió entonces una negociación entre los seis partidos para ver cuál podía ser el encaje "informal" de Podemos en 'Por Andalucía', y empezaron a circular rumores de que los de Ione Belarra podrían estar pensando en concurrir en solitario.
Esta opción está, a día de hoy, completamente descartada por parte de Podemos. En el partido consideran que tras el "ejercicio de responsabilidad" que supuso "ceder" la candidatura a la propuesta de IU (Inma Nieto) ha quedado claro que su objetivo es, a toda costa, preservar la lista única. "Mi formación va a hacer lo de siempre, arrimar el hombro en la campaña e intentar que tengamos el mejor resultado en Andalucía", aseguró Echenique.
"Lo importante, en cualquier caso, es que por primera vez hemos alcanzado un acuerdo político firme para poner en marcha un frente amplio que aglutine a distintas organizaciones políticas e incorpore a actores de la sociedad civil. Un proyecto transformador que atraiga nuevos talentos y voluntades para cambiar nuestra tierra a mejor", recoge un mensaje enviado este martes por la Secretaría de Organización de Podemos Andalucía a su militancia.
En la misma base del proceso negociador andaluz ya se vislumbraba esta desconfianza entre ambos partidos que ha terminado por sacudir al espacio. El hecho de que concurrieran a la negociación por separado, como dos organizaciones distintas y no bajo el sello de Unidas Podemos, ya dio alguna pista de cuál podría ser el escenario.
Para algunas voces de IU este era el modo más "justo" para que ambas se mantuvieran en igualdad de condiciones en la negociación, sobre todo en un territorio, como es Andalucía, donde Izquierda Unida tiene un mayor peso institucional.
Para otras voces de Podemos, la decisión de no acudir unidos a las reuniones apuntaba a que la apuesta por este espacio de confluencia quizá ya no era la misma por parte de IU, y que probablemente se buscaba que las elecciones andaluzas fueran la primera parada de su disolución, al menos tal y como se conoce a día de hoy.
Cuando se cierren los flecos del acuerdo para tratar de subsanar el error del registro de la candidatura, empezará la precampaña electoral. La izquierda apenas tiene un mes para cerrar filas y ofrecer una unidad creíble tras la polémica de la pasada semana.
La fase siguiente tendrá que ver con el remiendo de las heridas entre Podemos e IU dentro de UP, aunque para eso hay que saber si hay voluntad política y si el escenario andaluz es solo la previa de una batalla a nivel estatal por las posiciones que surjan de la reconfiguración de la izquierda.
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