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Los independentistas vuelven a llenar las calles de Catalunya a favor del derecho a decidir

Cientos de miles de personas han vuelto a reunirse esta tarde en cinco localidades catalanas para reclamar un referéndum sobre la independencia de España.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont durante su asistencia a la manifestación que bajo el lema "A punt". EFE/Robin Townsend

ESPERANZA ESCRIBANO

SALT.— Cientos de miles de personas han vuelto a reunirse por quinto año consecutivo en diversos municipios de Catalunya para reclamar el derecho a decidir en un referéndum la independencia de Catalunya. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, en su enésima reinvención, habían convocado a los manifestantes en cinco puntos diferentes de la geografía catalana: Lleida, Salt, Berga, Tarragona y Barcelona, con el objetivo de descentralizar la protesta.

La iniciativa, que en principio servía también para disimular el descenso de las inscripciones de manifestantes -un 24% por debajo del año anterior, cuando se celebró la Via Catalana en la capital- se ha visto sobrepasada, al menos en Salt. Las entidades preveían una asistencia de algo más de 950.000 personas en el total de los 44 tramos que debían representar a las comarcas catalanas y expresar "ante el mundo que Catalunya es un país unido y vivo". Fuentes de la Guàrdia Urbana de Salt calculan que se han congregado 123.000 en el municipio gerundés, y los organizadores 70.000, cuando se preveía la asistencia de 60.000 personas.

La polémica de esta Diada se encontraba en la elección de Salt, un municipio de 30.000 habitantes en las afueras de Girona, accesible a pie desde la ciudad, como uno de los epicentros de sus reivindicaciones en sustitución de la capital de la provincia. Todo ello a pesar de que Carles Puigdemont fue su alcalde durante cinco años, hasta el 11 de enero de 2016, un día antes de ser nombrado president de la Generalitat. El motivo para la elección de Salt reside en su diversidad; con un 38% de inmigración, sobre todo árabe y africana, según datos del Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat), para la ANC representa uno de los valores de la “futura República Catalana”, la de la diversidad y la solidaridad.

El president de la Generalitat ha aparecido en Salt hacia las 17.00 horas, en camisa y vaqueros, acompañado de su mujer e hijas y del alcalde de Salt, Jordi Viñas. No han faltado los numerosos selfies que muchos ciudadanos han querido hacerse junto a él. En la primera Diada desde que el Parlament de Catalunya cuenta con una mayoría de fuerzas independentistas, Puigdemont ha querido participar como un ciudadano más en la manifestación, aunque ha accedido a hacer declaraciones a los medios.

“Una vez más, este país ha dado una lección a España y al resto del mundo y ha mandado el mensaje de que queremos ser lo que decidamos como pueblo”, ha empezado declarando el president. Ha destacado “la ausencia absoluta de actos violentos” de una “movilización extraordinaria, por la convivencia y transversal”. Con la manifestación de hoy, ha recordado que “hay razones muy profundas” para exigir una respuesta al “sistema político español que si no atiende las reclamaciones [de Catalunya] tendrá problemas para desencallar su situación”.

Puigdemont ha vuelto a exigir al Estado que esa respuesta sea “política, no judicial” y “una política dialogada y acordada con el gobierno de Catalunya, el Parlament y la gente que hay detrás de ellos”. En referencia a los votantes, ha querido recalcar que son ellos quienes demandan que los gobernantes sean “responsables y fieles al mandato popular” y ha dejado claro que obedecerán ese mandato: “Obviamente, es lo que los políticos responsables haremos”.

A las 17.14 horas, hora que conmemora la derrota catalana de 1714, las campanas de la Seu Vella de Lleida marcaban el inicio de la protesta, que los asistentes han seguido atentamente en cada punto del territorio gracias a las enormes pantallas dispuestas en ellos. A gritos de "independencia", Lleida, Berga, Salt, Tarragona y finalmente Barcelona han leído por partes un manifiesto por el derecho a decidir. Después, al ritmo de una canción instrumental, han simulado el latir de un corazón con unas cartulinas amarillas en forma de círculo y bajo el lema "a punt", queriendo manifestar que "la sociedad civil está lista para iniciar el camino a la independencia", asegura la ANC. Cada una de las ciudades representaba uno de los valores de “la República catalana del futuro”; donde Salt representa la diversidad y solidaridad, Lleida el equilibrio territorial, Berga la cultura, Tarragona el progreso y Barcelona las libertades.

"Estoy aquí porque quiero que España nos escuche de una vez", decía Margarita, una vecina de Girona que ha acudido a la manifestación, aunque creía que "ha habido problemas de comunicación y no se ha entendido que estamos en Salt porque queremos que los de fuera también formen parte de la República catalana". Entre los manifestantes no estaba representado el alto porcentaje de inmigración árabe y africana de un municipio donde el paro golpea al 36% de la población, según datos de Idescat. Josep, también vecino de Salt, reconocía la falta de extranjeros en la concentración: “Cada uno vive donde puede y hace lo que puede”. Presente para apoyar el gobierno independentista, Josep admitía que hace 10 años no era independentista, pero “la intolerancia de los gobernantes de España” le había llevado a hartarse.

Salt era aún más clave en la reivindicación de hoy, ya que el eje temático de la Diada de este año eran las migraciones. “La República que construimos cuenta con los nacidos aquí y con los que han elegido este como su país”, exclamaba Gerard Quintana, cantante de pop rock, encargado de leer la parte del manifiesto correspondiente a Salt. Su voz resonaba entre bloques de pisos característicos de los extrarradios de las ciudades, en contraste con el desierto que era hoy el centro de Girona, en domingo y día de fiesta nacional. Fue en Salt donde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca ocupó por primera vez un edificio vacío para realojar a familias desahuciadas.

Por su parte, el presentador del acto, el actor Quim Masferrer, hacía una foto a la concentración, que ha superado las expectativas, y después comentaba con sorna que se la enviaba al ministro José Manuel García-Margallo con el texto “contigo acabó todo”. Era su forma de contestar a las declaraciones del responsable de Exteriores, en las que mezclaba el terrorismo con el movimiento independentista. Durante el evento tampoco han faltado los homenajes a Muriel Casals, presidenta de Òmnium, que falleció el pasado febrero en un accidente.

Carme, Isa y Corinna se han acercado desde Girona a la manifestación para declararse “a favor de la independencia y de la democracia, porque las cosas se deciden en las urnas”. Las tres recalcaban el valor simbólico de celebrar la Diada en Salt, conocida también como la capital musulmana de Catalunya. Creen que Puigdemont “está por encima de cualquier polémica” sobre el lugar escogido por la ANC para la manifestación y desean que el proceso “continúe y culmine”.

La camiseta que este año han puesto a la venta Òmnium y la ANC para seguir financiando su actividad lleva en la espalda un 11 acompañado del lema "un once ganador". Jordi Carreras, vecino de Salt, lleva esta camiseta y se muestra indignado con una de las pancartas que cuelga en uno de los edificios con vistas a la rambla que acoge la manifestación y que reza "viva España". Está de acuerdo con la presencia de Puigdemont en la convocatoria: "Si le hemos votado como representante del movimiento por la independencia, tiene que estar".

Cuando las cinco ciudades habían leído el manifiesto, han vuelto a congregarse con las cartulinas amarillas que simulan “el latido de un corazón” y diversas collas de castellers han representado los famosos castells, que en la Diada de hoy simbolizan, según la ANC, “los valores de la república catalana”. Los actos han terminado con Els Segadors, entonado en los cinco puntos de la manifestación a la vez.

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