La política de dispersión aplicada por el Gobierno español contra los presos de ETA ha llegado a su fin. El Ministerio del Interior ha anunciado este viernes el traslado a Euskadi de los últimos cinco reclusos que permanecían en cárceles del resto del país. Con este acercamiento, todos los miembros de la organización terrorista terminarán de cumplir sus penas en prisiones vascas y de Navarra. La única que continúa de forma preventiva en un centro de  Madrid es Natividad Jáuregui, conocida como Pepona, que tiene una causa pendiente de resolución.

Los movimientos, que cuentan con la autorización de Instituciones Penitenciarias, suponen la reubicación de Irantzu Gallastegi (Amaia), pareja de Txapote, uno de los exdirigentes de la banda con mayor número de crímenes, y otros cuatro etarras. Los beneficiarios de este acuerdo son Asier Borrero, Gregorio Escudero, Garikoitz Etxeberria y Faustino Marcos. 

De este modo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez acaba con la dispersión tres décadas después de su puesta en marcha y cinco años más tarde de los primeros traslados. El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha mostrado su "alegría contenida" y ha defendido "un futuro de reconocimiento y reparación de todas las víctimas", además de "un horizonte sin presos".

El líder de la formación vasca ha convocado una rueda de prensa en San Sebastián para responder al anuncio de Interior. "Hoy se cierra un ciclo de la política penitenciaria. Queda camino para aliviar todos los sufrimientos padecidos. Desde EH Bildu seguiremos trabajando, seguiremos tejiendo consensos, construyendo puentes y no trincheras", ha explicado Otegi.

Crímenes de sangre

Irantzu Gallastegi, alias Amaia, se encuentra en el centro penitenciario de Madrid VII-Estremera a la espera de un nuevo destino. La pareja de Txapote fue autora del atentado que acabó con la vida de Miguel Ángel Blanco. Además, cumple otras dos condenas por haber preparado el golpe contra el político socialista Fernando Múgica Herzog y haber asesinado al popular José Ignacio Iruretagoyena. Por su parte, Gregorio Escudero, que hasta ahora permanecía en Dueñas (Palencia), cumple condena por haber sido cooperador necesario en el atentado en el que la banda terrorista mató a Juan Priede Pérez, así como por facilitar información en otro de los crímenes. Los otros tres acercados no tienen delitos de sangre. 

La AVT, crítica con los traslados

La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) se ha mostrado muy crítica con los acercamientos. "Ahora empieza la campaña para que salgan libres", ha lamentado la agrupación en un comunicado, en el que acusa al Gobierno central de "estar con los terroristas, no con sus víctimas". 

"Todo este plan de acercar al 100% de los presos de ETA estaba fríamente orquestado desde hace cinco años, a pesar de que el ministro del Interior nos lo negó mirándonos a los ojos", ha señalado el colectivo. Según la AVT, desde la transferencia de las competencias penitenciarias, en octubre de 2021, el Ejecutivo vasco ha aprobado un total de 40 progresiones al tercer grado en alguna de sus modalidades del régimen de semilibertad. De todas ellas, 26 han sido recurridas por la Fiscalía, diez se han revocado y cinco han sido inadmitidas.

176 etarras entre rejas 

Los acercamientos de presos comenzaron en 2018, con la llegada del primer Gobierno de coalición al Congreso de los Diputados. Fernando Grande-Marlaska, que desde entonces está al frente del Ministerio del Interior, sostiene que las decisiones han seguido únicamente las pautas de la legislación penitenciaria una vez disuelta ETA. A día de hoy, son 176 los etarras que continúan entre rejas.

Con estos últimos traslados, 164 de ellos permanecen en prisiones de Euskadi y los otros 11 en centros penitenciarios de Navarra. Natividad Jáuregui, alias Pepona, es la única que no ha sido reubicada porque, tras su extradición desde Bélgica, mantiene una causa pendiente y se encuentra de forma preventiva en Madrid. Otro miembro de la banda, Jon Gurtubay, fue excarcelado hace unos días al haber cumplido su condena.