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IU pelea en Andalucía por resistir en el nuevo tablero político tras el ascenso de Podemos

La formación que lidera Antonio Maíllo se juega este domingo frente a Ciudadanos ser la cuarta fuerza política según los sondeos, que colocan a la candidata de Podemos en la tercera posición con una brecha de más de diez escaños, aunque el 40% de indecisos puede cambiar las predicciones

El candidato de Izquierda Unida a la Presidencia de la Junta de Andalucia, Antonio Maíllo, durante el acto de cierre de campaña . EFE/Jose Manuel Vidal.

JAIRO VARGAS

SEVILLA.- De dos grandes partidos (PP y PSOE) y una fuerza menor como llave de Gobierno (Izquierda Unida), el escenario político andaluz ha pasado a sumar dos nuevos colores: el morado de Podemos y el naranja de Ciudadanos, a los que hay que añadir, con menores perspectivas, el magenta de UPyD.

Las encuestas han ido modificándose desde el arranque de la campaña electoral, pero más allá de los porcentajes, el ranking se ha mantenido más o menos estable, con un PSOE que obtendría la mayoría simple y un PP que acusa una gran caída respecto a los últimos comicios pero que se mantiene como segunda fuerza. La otra gran caída es la que sufriría Izquierda Unida, que en el 2012 dio su apoyo a Susana Díaz para impedir que el PP de Javier Arenas pudiera gobernar. La coalición de izquierdas se ve duramente desplaza por la irrupción de Podemos, que se ha asentado como tercera fuerza recogiendo muchos votantes socialistas pero también de los simpatizantes de IU que no estaban de acuerdo con el pacto de Gobierno. Eso, sumado a la pesca de sufragios de Ciudadanos en aguas del PP, coloca a la coalición de izquierdas en una pugna por ser cuarta fuerza en su región más importante, con una representación que oscila entre los 4 y los 7 escaños frente a los 12 de los comicios de 2012.

Antonio Maíllo, candidato de IULV-CA a la Presidencia de la Junta, se mostraba ayer, durante el mitin final, optimista tras una campaña electoral intensa en la que ha apelado a los principios y valores tradicionales de la izquierda –valga el ejemplo de la vuelta de Julio Anguita a los actos de campaña 14 años después—para mantener el pulso ante las nuevas formaciones, sobre todo frente a Podemos, que ha incorporado en su programa electoral muchas de las medidas que IU ha defendido desde las calles y, en la medida de sus posibilidades, desde las áreas que dirigió durante esta legislatura. Sobre todo ha destacado en la Consejería de Fomento y Vivienda, con la candidata por Córdoba, Elena Cortés, a la cabeza de la elaboración de la Ley de Función Social de la Vivienda que, según ha defendido la formación en cada mitin, consiguió parar 6.000 desahucios hasta que el Gobierno central la llevó ante el Tribunal Constitucional.

El candidato de IU a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Maíllo, junto al candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, durante un mitin en Málaga. EFE/Jorge Zapata

El candidato de IU a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Maíllo, junto al candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, durante un mitin en Málaga. EFE/Jorge Zapata

Frente a la “ambigüedad” que Maíllo afea a Podemos, IU sólo puede venderse como “la izquierda de verdad” que gobierna para “la mayoría social” aunque le haga perder votos moderados, destacaba el candidato de IU ayer en el Fuerte de Isla Mágica ante 2.000 personas. El de Sanlúcar de Barrameda no quiere hacer caso a las encuestas y todavía confía en el que parte del 40% de andaluces indecisos cambien los pronósticos y reconozcan la labor de su formación en un Gobierno que ha tenido sus más y sus menos con Susana Díaz. El problema es que, tras tres años de pacto, las grandes promesas de IU se quedaron en el cajón, como la banca pública andaluza o el banco público de tierras para paliar las consecuencias del latifundismo que recaen sobre los agricultores.

Estas elecciones también son una prueba de fuego para el candidato a la presidencia del Gobierno, el diputado por Málaga Alberto Garzón

Pero IU no se juega sólo mantener su espacio en Andalucía. Estas elecciones también son una prueba de fuego para el candidato a la presidencia del Gobierno, el diputado por Málaga Alberto Garzón. Maíllo encarnó en julio la primera muestra de renovación del partido tras las elecciones europeas. De hecho, el vicepresidente de la Junta, Diego Vaderas, también ha dado el relevo a las nuevas generaciones, que ocupan los primeros puestos en todas las provincias. Maíllo enseguida se convirtió en uno de los grandes apoyos para Garzón, la joven promesa de IU, que tras la salida de Tania Sánchez de IU Comunidad de Madrid ha perdido un gran contrapeso ante la vieja guardia madrileña (Gregorio Gordo y Ángel Pérez, recientemente expulsado de IU por la dirección federal por sus responsabilidades políticas en el escándalo de Caja Madrid).

Los ataques a Garzón, enfrentado a esa corriente que ve cómo el malagueño va adquiriendo las riendas de la organización, no han sido pocos en los últimos meses, y un mal resultado en Andalucía podría ser aprovechado por sus adversarios internos para frenar la renovación a nivel estatal.

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