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Las izquierdas soberanistas catalanas discrepan sobre el papel a jugar en Madrid

En un debate organizado por la publicación 'Crític', el candidato de ERC para las generales, Gabriel Rufián, opina que esperar que el Estado español cambie “es un acto de fe”, mientras que su homólogo de En Comú Podem, Xavier Domènech, defiende que ahora “se pueden cambiar las cosas”

Un momento de la charla entre Xavier Domènech (En Comú Podem), Gabriela Serra (CUP), Gabriel Rufián (ERC), organizado por 'Citric'.

MARC FONT

BARCELONA.- La idea es que no fuera el tema central del debate, pero el proceso independentista catalán y el papel que los partidos soberanistas jugarán en el Congreso tras el 20-D han acaparado gran parte de la presentación de la revista Vell/Nou (Viejo / Nuevo), editada por Crític y protagonizada por Gabriel Rufián (ERC), Xavier Domènech (En Comú Podem) y Gabriela Serra (CUP).

Alrededor de 200 personas se han congregado este lunes en el Casinet de Hostafrancs, en Barcelona, para asistir a un debate que tenia como intención principal confrontar ideas acerca de la nueva y la vieja política, pero como viene siendo norma en Catalunya en los últimos tiempos el proceso independentista ha acabado siendo el gran tema de la conversación entre los tres representantes de las izquierdas soberanistas.

Respondiendo la pregunta del periodista de Crític Sergi Picazo, moderador del debate, Gabriel Rufián -cabeza de lista de ERC para las elecciones al Congreso del 20 de diciembre- ha afirmado que su formación tiene que ir en Madrid a “defender lo que sucedió en Catalunya el 27 de septiembre” ya que, según él, “ya ganamos el plebiscito” sobre la independencia. Para Rufián, quién poco antes de su salto a la política institucional fue elegido directivo de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), ha afirmado que para los independentistas en el Estado español “no hay nada que hacer, y no lo decimos nosotros, sino que lo dice la demoscopia. Las encuestas indican que el PP volverá a ganar las elecciones, que la alternativa es el PSOE y que la gran esperanza es Ciudadanos. Esperar que el Estado cambie es un acto de fe”. Por todo ello, para Rufián su función en el próximo Congreso tiene que ser “transmitir a los pueblos de España que se puede ganar un cambio, como ya se ha hecho en Catalunya”.

Poco coincidente con estos planteamientos se ha mostrado Xavier Domènech, cabeza de lista de En Comú Podem -la confluencia de Barcelona en Comú, ICV, EUiA y Podem- para el 20-D. Domènech, que ha protagonizado algún intercambio dialéctico con Rufián, ha defendido que “vamos al Congreso porque creemos que podemos cambiar cosas. Evidentemente no todo se podrá cambiar allí, pero para ello hay otros frentes de lucha”. Ha defendido la necesidad que en Catalunya se abra un “proceso constituyente”, pero ha subrayado que es “tan importante” como que lo hagan también en Andalucía, Valencia o el País Vasco. Domènech ha argumentado que se debe aprovechar que PP y PSOE están “en su momento más bajo” para hacer más política que nunca en Madrid. Rebatiendo a Rufián ha apuntado que “decir que en España no hay nada que hacer, es querer ignorar los resultados del 24 de mayo y actuar como si no hubiera pasado nada. Evidentemente que hay voluntad de cambio, como demuestra que ni PP o PSOE gobiernen en Madrid, Valencia o Zaragoza, y no tiene sentido decir que no hay nada que hacer en el Estado y que aquí hemos hecho una revolución”.

“Toda esta gran revolución que supuestamente vive Catalunya y que va a gran velocidad no ha evitado que Boi Ruiz siga como conseller de Sanidad y Mas como president en funciones. Catalunya no está precisamente gobernada por una comuna libertaria”, ha ironizado Domènech. Rufián, por su parte, ha quitado peso a la propuesta de hacer un referéndum vinculante -que tanto En Comú Podem como Podemos llevan en su programa para el 20-D- preguntándose “¿con quién lo vamos a negociar” y ha declarado que no se le ocurre “nada más revolucionario que un proceso de autodeterminación y ya tenemos el mandato democrático para hacerlo”.

Alejada de la pugna electoral de los dos candidatos para las generales, la diputada de la CUP Gabriela Serra -qué al inicio del debate ha querido manifestar que hablaría a título personal y no en nombre de la organización- ha argumentado que el independentismo ha sido el movimiento “más masivo” que ha tenido Catalunya en los últimos años, pero ha subrayado que no se trata de una movilización “excluyente”. Para Serra, “tenemos a un montón de compañeros en el Estado que entienden este proceso”. La diputada de la CUP, formación que no concurre a las generales, sí que considera que existe una “desafección histórica de los gobernantes del Estado español hacia Catalunya” y sobre el proceso ha afirmado que en la construcción de la independencia “hay unos pasos que ya son irreversibles” y de lo que se trata es de buscar “como ampliar la mayoría”.

“Ciudadanos chuparán la sangre a las clases populares”

Con todo, el debate sí que ha empezado con una serie de intervenciones alrededor de la nueva y la vieja política. Serra considera que “no pueda haber nueva política sino cuestionamos los fundamentos de la vieja y como se ha ejercido el poder”. En su opinión, a la izquierda europea le falta una “capacidad de riesgo” que sí encuentra en la latinoamericana. La diputada de la CUP, con una trayectoria de más de 40 años de activismo social, ha citado al expresidente uruguayo Pepe Múgica para proclamar que “la finalidad no es la revolución, sino la felicidad de la gente”. Para Rufián, en cambio, lo importante no es tanto hacer nueva o vieja política sino que esta sea “decente”, porque hay “gente joven con ideas muy viejas y que defiende postulados reaccionarios, como Albert Rivera”.

Xavier Domènech considera que la nueva política debe contener más elementos de democracia y de participación y el gran reto es construir un “poder popular que permita que nunca más volvamos a ser mercancía en manos de políticos y banqueros”, recordando uno los lemas del 15-M. Domènech se ha atrevido a describir a los “monstruos” del momento actual -uno de los capítulos de la revista Vell/Nou- definiendo al bipartidismo como a un “zombi” que está acabado, a Ciudadanos como a unos “vampiros” que “chuparán la sangre a las clases populares con medidas como el contrato único” y a Mas como a un “Frankestein”, por las muchas veces que, aparentemente, ha cambiado de ideas en los últimos años.

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