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Javier de la Rosa apunta a que el pequeño Nicolás quería estafar a los Nuñez y los Pujol, entre otros

El financiero explica que el ex diputado del PP catalán, Julio Ariza, le dijo que el presunto estafador venía de Moncloa, aunque el empresario de medios lo niega. También asegura que Villarejo le pidió clientes para su despacho de abogados siendo comisario. 

El abogado y financiero Javier de la Rosa con el entonces president de la Generalitat, Jordi Pujol

PATRICIA LÓPEZ

@patricialopezl

MADRID-. El financiero catalán que movió los hilos económicos de la Casa Real y de la familia Pujol durante la época del boom económico, Javier de la Rosa, declaró ayer ante el juez del caso del pequeño Nicolás. El fin, desvelar algunas de las incognitas que guarda sobre sus relaciones con el presunto estafador y con el comisario jubilado José Manuel Villarejo durante el tiempo que duró la Operación Catalunya orquestada por el Ministerio del Interior, que dirigía Jorge Fernández Díaz. 

Se declara arruinado y en busca de ayuda desde que salió de prisión. Ese es el motivo de que De la Rosa, según ha contado al juez Arturo Zamarriego, tragara con que Francisco Nicolás Gómez Iglesias era una enviado de Moncloa que le solicitaba su agenda de personas influyentes a cambio de dinero y de solucionarle sus problemas.

El principal objetivo era el abogado Cristobal Martell, defensor de la familia Pujol y del ex presidente del Fútbol Club Barcelona, José Luis Nuñez. Y aunque el financiero asegura que a priori pensó que el pequeño Nicolás llegaba para ayudar, en realidad ahora parece haberse dado cuenta de que el fin era la estafa. 

La declaración del financiero era una de las más esperadas en el procedimiento. En el verano de 2014, en el hotel Meliá de Madrid, De la Rosa dejó que Francisco Nicolás le grabara una supuesta confesión sobre los trapos sucios empleados por Interior contra el independentismo catalán y la familia Pujol. 

Objetivo, la familia Nuñez

Ha quedado sin aclarar quién es la persona que pone en contacto al ex bancario catalán con el pequeño Nicolás, pero lo que sí ha reiterado De la Rosa es que confiaba en que era un enviado "del Palacio de la Moncloa" porque el empresario Julio Ariza se lo garantizó. 

En la declaración de Nicolás ante la policía este cuenta que fue el empresario de Intereconomía quien hizo el contacto a tres bandas, al contactar a Miguel Bernad -secretario general del sindicato ultra Manos Limpias ahora en prisión- con él y con Javier de la Rosa. 

Sin embargo Ariza -ex diputado del Partido Popular y estrecho colaborador durante una época de Fernández Díaz en Catalunya- niega tajantemente a Público tener ninguna relación con ellos, más allá del interés periodístico. 

Lo que sí ha quedado patente en la declaración de Javier de la Rosa es que llevó a Francisco Nicolás al despacho del abogado Cristobal Martell, porque este "estaba interesado en los clientes de Martell". Estos eran la familia Pujol y José Luis Nuñez. 

Para algunas de las partes del procedimiento consultadas por Público, "es curioso que si el objetivo del pequeño Nicolás era hacer un trabajo para vicepresidencia del Gobierno que consistía en salvar España, al menos así parecía con las primeras declaraciones y también con la grabación que le hizo al propio Javier de la Rosa, según esta declaración uno de los intereses principales era la familia del ex presidente del fútbol club Barcelona, algo que no tiene ninguna relación ni sentido con esa misión patriótica". 

Clientes para Villarejo

De la Rosa también ha dado explicaciones sobre su relación con el comisario José Manuel Villarejo, a quien acusó de dejarle a deber miles de euros por la información que le proporcionó a él y a la UDEF sobre la familia Pujol. Hasta el momento, la versión del financiero era que el policía se había hecho pasar por el abogado Manuel Villar y le habría ofrecido inmunidad y dinero a cambio de declarar contra su amigo el ex president de la Generalitat. 

Ahora dice que no cobró nada, a pesar de haber autorizado a Nicolás que grabara esa acusación y otras más en un audio del móvil, pero explica que el comisario Villarejo le ofreció arreglarle un problema que tenía con "la ejecución" de una vivienda y que también le solicitó que le buscara clientes para su despacho de abogados, Stuart & Mackenzie. 

Esta es una de las empresas a nombre del funcionario ya jubilado, que se autodefine como agente encubierto con sociedades al servicio del Estado a pesar de no cumplir los requisitos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que regula esa figura en las investigaciones. Es más, el comisario Villarejo está dado de alta en el Colegio de Abogados de Madrid como ejerciente desde 2009, aunque es incompatible esta actividad con la de funcionario en activo de los Cuerpos de Seguridad del Estado. 

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