Esquerra Unida i Alternativa, socio electoral de ICV, abre hoy su quinta asamblea. Miralles seguirá al frente de una formación que vive un momento dulce en contraste con el drama de IU, que ellos se empeñan en resolver. Eso sí, a él, que sigue “aspirando al socialismo”, le gustaría tener más peso en la coalición con ICV y que ésta fuera a más. Y que el tripartito fuera más allá en las políticas de izquierdas.

La crisis revaloriza el papel de los poderes públicos en la economía. El mercado les da la razón…

Nuestras ideas y modelo no han cambiado. La economía debe estar al servicio de las personas y en las últimas décadas la política y las personas han servido una determinada forma de economía. Nosotros responsabilizamos a quienes nos han llevado a esta situación y pedimos más regulación, más estado y más control democrático. La crisis existía antes. Cuando a Zapatero le costaba hablar de ella ya se palpaba. En Catalunya un 18% de la población vive al límite de la pobreza… Mil catalanes se van al paro cada día!

Gobiernan Catalunya. ¿El tripartito ha sido eficaz ante la crisis o ha faltado agresividad?

Veníamos de CiU diciendo que la mejor política industrial era la que no existía. Y nos encontramos encima de la mesa el cierre de Samsung, un pelotazo urbanístico. Hemos actuado con previsión. La pasada legislatura impulsamos el acuerdo de internacionalización de la economía y calidad de la ocupación. Y ahora, en julio, hicimos un debate de la crisis y tomamos medidas severas de contención de gasto. Para mi faltó ser menos dogmáticos con la deuda. Quisimos ser los primeros de la clase con el déficit cero y la realidad nos ha llevado a endeudarnos. Se habría podido hacer antes para políticas sociales.

Quieren evitar que la crisis “la paguen los trabajadores”. ¿Deben pagarla las empresas?

Han de pagar los que la han generado. La mejor forma de que pase es cambiar aspectos estructurales con políticas fiscales más progresivas pese a que provoque repelús al PSOE. Y hay que cumplir con la financiación. Son miles de millones para gasto social.

Crítican los “pactos nacionales” de Montilla con CiU...

Sí. El acuerdo de Govern es muy potente en el terreno social, medioambiental, democrático y de autogobierno y es nuestra hoja de ruta, que debe generar complicidades. Depender de lo que diga la derecha desnaturaliza y descafeina el pacto con el PSC y ERC. El Govern encarna una mayoría social que piensa diferente de CiU. Combatiremos la sociovergencia porque sería un paso atrás como ya se ve con la nueva ley de educación.

¿Cuál es el plan para escorar a la izquierda el Govern?

Necesitamos más complicidad social para conseguir los objetivos del Govern. Nuestros adversarios, los poderosos, tienen muchos instrumentos y no basta con la mayoría parlamentaria de izquierdas. No podemos contentarnos con la gestión, hay que trabajar con las organizaciones sociales. Sólo así será viable completar el giro hacia la izquierda.

Han lamentado que ICV no les facilite cargos públicos. ¿Falta confianza mutua?

La pasada fue la primera legislatura que acabó sin escisiones en el grupo parlamentario. Queremos seguir en la cultura de coalición que permite ampliar la base electoral porque más gente se identifica con esta conjunción si es más compartida al margen de siglas. Es lo que llamamos Coalición Política. A veces las decisiones se comunican mucho después de tomarse. Hay que compartirlas desde el primer momento.

Viendo su buen momento, ¿IU es un problema?

Cuando a IU le va mal nos afecta negativamente. Ningún modelo es exportable, pero a IU se la conoce, desde hace demasiado, más por sus divisiones que por sus propuestas. Deben dejar de mirarse de reojo, abandonar la lógica gobierno-oposición y ponerse al día.

¿Revertirá IU la situación? ¿O debe refundarse?

IU tiene que ser una organización más de calle, distanciada de la lógica institucional. La Asamblea Federal será la última ocasión para dar el paso. Nosotros llevamos tiempo explicando esta receta y hoy por hoy está extendida. Hace falte un acuerdo político sobre qué hacer, una lista unitaria y una dirección compartida como paso previo para reformular IU.

La implicación de EUiA en IU ha aumentado. ¿Puede llegar a la cima con un coordinador catalán?

Ya estamos muy arriba. Llevaremos una delegación decisiva y nuestro senador [Joan Josep] Nuet coordina la Comisión Unitaria de IU. Desde aquí, con Madrid, Aragón y otras comunidades, hemos conseguido que la Asamblea se haga y que no hubiera choque de trenes. Nuestra corriente [conocida como Nacional II o tercera vía] es decisiva. Por tanto EUiA ya está al más alto nivel.

¿El nuevo líder de IU saldrá de esta corriente y no del PCE o los ‘gasparistas’?

El nuevo coordinador, con nuevas funciones, debe ser el que genere más consenso en la Asamblea. La visión de que unos ganan y otros pierden no tiene futuro. Ahora hay que evitar centrar el debate en el quién y no en el qué.

En las últimas Asambleas eran grandes valedores de Llamazares. ¿Erraron?

No, políticamente acertamos. Pero igual que digo que el PCE se ha tenido una actitud de oposición permanente a Llamazares, también los suyos tuvieron una visión excluyente del partido y del peso del PCE en IU. Llamazares no fue capaz de ampliar apoyos.