PALMA.- El juez que instruyó el caso Nóos, José Castro, ha considerado este martes que las descalificaciones de su investigación expresadas la semana pasada en el juicio por el fiscal Pedro Horrach son síntoma de "una enfermedad recurrente".

"No es nada nuevo", ha declarado Castro a la llegada a su juzgado al ser preguntado por las críticas del fiscal, quien el 15 de junio, en su informe final en la vista de Nóos, acusó al instructor de "construir un andamiaje sobre sospechas y conjeturas de gran calado y aplauso mediático" para imputar a la infanta Cristina.

"Sería bueno que el señor fiscal moderara un poquito el ejercicio de su derecho de libertad de expresión, porque todos ya lo hacemos y créame que a veces nos cuesta trabajo, como en este caso", ha manifestado el titular del juzgado de instrucción 3 de Palma.

A preguntas de los periodistas, ha señalado que no se plantea "tomar ninguna medida" para defenderse de las descalificaciones de Horrach. "No sé lo que hará la junta de jueces pero, en cualquier caso, en ella no debiera yo intervenir", ha añadido respecto a una posible intervención colegiada de sus compañeros.

El Decano de los jueces de Palma, Francisco Martínez, no descarta convocar una junta de jueces para analizar estos ataques y decidir los pasos a seguir por parte de los magistrados. [El Decano es la única figura de la Justicia que es elegida por sufragio directo entre los jueces en activo de un territorio]

Francisco Martínez no descarta solicitar una reunión con la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Illes Balears.

Mientras, el fiscal jefe de Palma, Bartomeu Barceló, ha salido en defensa de Horrach: "no ha sido el abogado defensor de la Infanta; se ha limitado a cumplir con lo que establece el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal".

Recurrió al 'Yo acuso' de Zola

El pasado 15 de junio, durante el trámite de conclusiones del juicio de Nóos, Horrach recurrió al famoso "Yo acuso" de Émile Zola para denunciar los juicios paralelos contra la infanta que, a su juicio, se produjeron durante la instrucción de la causa que dirigió Castro.

Este alegato de Zola en el proceso judicial abierto al capitán Alfred Dreyfus en 1898 ha sido un recurso para denunciar los abusos del poder, como hizo el propio Pablo Neruda en su país.

“Cuánta vaciedad. Todo es crimen, Cristina de Borbón es infanta de España: crimen. Es licenciada en Ciencias Políticas y trabaja en La Caixa: crimen. En los registros domiciliarios no se encontró ningún papel comprometedor contra ella: crimen. Visitó el Instituto Nóos para recoger a su esposo: crimen. Tiene una sociedad junto a su cónyuge: crimen. Ni un solo testigo habla en su contra: Crimen. No se turba ante las preguntas del instructor: crimen. Todo crimen. Siempre crimen”, dijo Horrach en su 'Yo acuso'.

“Han sido dos años de pérdida de tiempo que está en los arrabales de una sospecha desquiciada por algunos medios de comunicación”, proclamó Horrach mientras denunciaba que Castro se había movido entre "malabarismos jurídicos engañosos" y se había dejado llevar por el "condicionamiento mediático" al admitir en el proceso "sospechas y juicios paralelos" de la acusación popular que ejerce Virginia López-Negrete en representación de Manos Limpias.

Horrach denunció en la vista "abuso de derechos", “afirmaciones calumniosas y sin apoyo fáctico alguno”, así como una fase de instrucción que se había dejado llevar por “mareas mediáticas predominantes” y la construcción de un "andamiaje sobre sospechas y conjeturas de gran repercusión mediática” para someter a Cristina de Borbón a "una persecución" en lugar de una investigación.