Este artículo se publicó hace 3 años.
Una jueza no suprime las visitas a un padre investigado por presuntos abusos sexuales a su hija de cuatro años
Después de dos meses, el Juzgado de Instrucción 15 de Madrid ha convocado para el próximo 4 de mayo a las partes para decidir sobre la adopción de medidas cautelares. Mientras, la madre deberá entregar este miércoles a su hija a su exmarido en virtud del régimen de visitas.
Madrid-
El pasado 20 de febrero una pediatra del Hospital de la Paz, en Madrid, examinó a una niña de cuatro años en el servicio de urgencias y, a tenor de la exploración física y por lo referido por la niña, la doctora consignó en su informe que podría tratarse de un posible abuso sexual infantil y trasladó el caso al juzgado, como es su obligación.
La investigación recayó en el Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid que, este lunes, dos meses después, realizó la prueba de la cámara Gesell, un recurso judicial para evitar el trance a las víctimas menores de edad de tener que declarar ante un tribunal. La cámara Gesell consiste en una habitación, con mobiliario infantil, donde los menores son interrogados por un psicólogo, mientras que en otra habitación contigua el juez, el fiscal y las partes del proceso hacen un seguimiento a través del espejo que permite asistir a la declaración del menor. El juez y el fiscal pueden intervenir, formulando preguntas al psicólogo a través de un pinganillo. La prueba de este lunes con el testimonio de la niña de cuatro años provocó una honda impresión a los asistentes, según ha podido saber este diario.
La pequeña, diagnosticada de vulvovaginitis aguda (una inflamación de la vulva), contó tanto a la pediatra de La Paz como a la psicóloga en la cámara Gesell las cosas que le hacía su padre en sus genitales, según ha podido saber este medio. Sin embargo, aún hoy no se han tomado medidas cautelares por parte del juzgado para suspender temporalmente el régimen de visitas al padre, separado de la madre de la niña en 2018.
La jueza Esperanza Collazos, titular del Juzgado de Instrucción 15 de Madrid, no se ha pronunciado sobre la medida cautelar de supresión temporal de régimen de visitas que ha formulado la madre en tres ocasiones, desde el pasado 20 de febrero, cuando se judicializó el caso del presunto abuso sexual del padre hacia su hija. Por fin, este martes, la jueza ha decretado una providencia donde cita a las partes a una comparecencia el próximo 4 de mayo para valorar la adopción de medidas cautelares.
Hasta ahora las medidas cautelares las ha impuesto la madre por su propia iniciativa, arriesgándose a las sanciones judiciales que conlleva el incumplimiento del régimen de visitas. Porque esta mujer no está entregando a su hija a su exmarido desde que la pediatra alertó de un posible caso de abusos sexuales. Este miércoles le toca al padre disfrutar de la niña y, sin esa orden cautelar de supresión del régimen de visitas, la mujer seguirá delinquiendo.
La Fiscalía, por su parte, tampoco se ha pronunciado sobre la petición de la madre, lo que podría provocar inseguridad e indefensión de esta mujer, en su afán de proteger a su hija, según indican abogados de familia a este medio, que también explican que lo habitual si hay un investigado por presuntos abusos sexuales es tomar medidas cautelares. La Fiscalía de Madrid no ha querido explicar su postura, porque, según señala un portavoz, no comentan los casos relacionados con menores. También los abogados tanto de la madre como del padre han declinado comentar el caso, a la espera de la resolución judicial.
La niña, según ha sabido Público, sufrió previamente otro episodio de vulvovaginitis aguda, una afección que, entre otras causas, puede estar provocada por llevar ropa apretada y el uso de jabones agresivos en la zona genital. La madre no acudió entonces a una comisaría de Policía ni al juzgado de guardia, y no lo ha hecho en esta ocasión tampoco ante la afección genital de su hija. En las dos ocasiones llevó a la pequeña al médico. Y la última vez, antes de acudir a las urgencias del Hospital La Paz, lo hizo al Hospital Quirón, por su seguro privado, donde diagnosticaron la dolencia y remitieron a la madre a La Paz para una valoración apropiada.
En dicho hospital, ante las preguntas de la pediatra, la niña relató episodios compatibles con presuntos abusos sexuales. El diagnóstico clínico posiblemente no será determinante en este caso, puesto que existen varias causas para llegar a una vulvovaginitus aguda. Pero la declaración de la niña sí podría ser el factor clave.
Mientras, el padre, que negó los hechos ante la jueza, protagonizó el sábado pasado un altercado al presentarse ante la vivienda de la madre de malas maneras para reclamar a su hija. La Policía intervino, pero archivó la diligencia por presunta violencia de género, denegando orden de protección contra la mujer, según ha sabido este diario.
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