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¿Otra legislatura fallida como la de Rajoy? Plazos y escenarios de la investidura de Sánchez

El Gobierno socialista ha puesto sobre la mesa la sombra de la repetición electoral. El único caso en que esto ocurrió fue en la XI Legislatura, que se saldó con el Gobierno en funciones más largo de la historia de España.

Pedro Sánchez, durante el debate de la moción de censura en el Congreso de los Diputados. CONGRESO.ES

El récord del bloqueo político en España está en 315 días. 10 meses en los que el Gobierno de Mariano Rajoy se mantuvo en funciones, desde el 20 de diciembre de 2015, cuando se celebraron las elecciones generales, hasta el 30 de octubre de 2016, momento en el que Rajoy obtuvo de nuevo la confianza del Congreso para ser jefe del Ejecutivo. En medio, dos comicios y una investidura fallida fruto del fracaso de las negociaciones entre los grupos políticos.

Pedro Sánchez cumple este viernes dos meses en funciones, 60 días que, de momento, distan mucho del récord alcanzado entre 2015 y 2016. Sin embargo, en el marco de las negociaciones con Unidas Podemos para formar Gobierno, los socialistas ya han puesto sobre la mesa la posibilidad de repetir las elecciones si finalmente no son capaces de lograr los apoyos suficientes en la Cámara Baja.

La XI legislatura pasó a la historia como un episodio inusual, una anomalía que no se corresponde con el normal desarrollo de un ciclo político y de una investidura. De hecho, arrancó con una ronda de consultas “fallida”, en la que Felipe VI, tras reunirse con los líderes políticos, quiso designar a Rajoy, el líder del partido más votado, como el candidato a la investidura; una oferta que el entonces presidente del PP declinó, algo que nunca antes había sucedido.

Una semana después, el rey designó a Pedro Sánchez como candidato y se fijó una fecha de investidura (el 1 de marzo), pero, tras firmar un pacto con Ciudadanos y tratar de atraerse a otras fuerzas políticas, el líder socialista no obtuvo la confianza de la Cámara. Dos meses después, se publicó el decreto de convocatoria electoral de unos comicios que se celebraron el 26 de junio de 2016 y que constataron el fracaso de los partidos y el triunfo del bloqueo político.

Pedro Sánchez todavía tiene margen para sacar adelante su investidura, pero la irrupción de un hipotético escenario electoral, introducido por el propio PSOE, puede definir algunos de los plazos previstos en su intento de ser designado presidente del Gobierno.

El 2 de julio entra en juego el "reloj de la democracia"

La fecha de una posible investidura todavía no se conoce, aunque el Ejecutivo en funciones ha expresado en varias ocasiones su intención de que la primera sesión tenga lugar en julio. Sí que se sabe que el próximo martes, 2 de julio, Sánchez se reunirá con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para fijar un día.

Esta fecha pondrá en marcha, más de dos meses después de las elecciones, el denominado “reloj de la democracia”, es decir, que definirá los plazos y los tiempos que el líder del PSOE tiene para obtener los apoyos necesarios en el Congreso. El Reglamento de la Cámara determina que, dos meses después de la primera votación, si no se ha logrado sacar adelante la investidura, la presidenta del Congreso “someterá a la firma” del rey el decreto de convocatoria de elecciones.

Dos votaciones en 48 horas

Una vez conocida la fecha de la primera sesión de investidura, Sánchez tendrá dos intentos para salir elegido. Se celebrará un primer Pleno en el que el candidato debe exponer su programa de Gobierno ante la Cámara, y que contará con la intervención del resto de grupos. Al día siguiente se procederá a la primera votación, donde el líder socialista necesita la mayoría absoluta del Congreso (176 diputados) para salir elegido.

Este es el escenario más complicado para un PSOE que, de momento, ni siquiera cuenta con los apoyos de Unidas Podemos. Si este primer intento resultara fallido, se celebrará una segunda votación 48 horas después en la que el candidato precisará de la mayoría simple de la Cámara (más votos a favor que en contra). En este escenario, si Sánchez ya hubiera obtenido los apoyos de Unidas Podemos y de otros partidos, como Compromís, el PNV o el PRC, al líder socialista le bastaría con la abstención de ERC.

Sin límite de intentos, salvo los dos meses de plazo

No existe ninguna limitación en el número de veces que se puede celebrar una sesión de investidura. La única limitación en este sentido viene impuesta por el plazo de dos meses que el Reglamento del Congreso estipula que deben pasar desde el primer intento fallido y hasta la publicación del decreto de elecciones.

Sin embargo, si Sánchez no resulta elegido en su primer intento, el proceso se reinicia, y es necesario que el rey vuelva a convocar una nueva ronda de consultas para designar a un candidato. Desde el PSOE han apuntado en las últimas semanas que posiblemente no traten de tener una segunda oportunidad, por lo que se iría directamente a elecciones sin una nueva sesión de investidura. En 2016, tras el fracaso de Sánchez en el Congreso, el rey convocó dos rondas de consultas más, pero no designó candidato en ninguna de ellas.

El escenario electoral

Si finalmente se repite una investidura fallida como la de 2016, el bloqueo político conducirá a la repetición electoral. Aunque todavía no se manejan fechas concretas (hasta que no se fije la de la investidura), el Gobierno ha manifestado su intención de celebrarla en julio.

Los plazos fijados en este sentido son los siguientes: deben transcurrir dos meses desde la primera votación hasta la convocatoria de elecciones (si no se inviste a un presidente) y tienen que transcurrir 54 días entre la publicación del decreto de convocatoria y la celebración de los comicios.En España, además, es costumbre que la jornada electoral se celebre en domingo.

Teniendo en cuenta estos plazos, se pueden manejar tres fechas probables de investidura y de elecciones. Una primera votación el 10 de julio y, si hubiera elecciones, se celebrarían el 3 de noviembre; Una primera votación el 17 de julio, con hipotéticos comicios el 10 de noviembre; o una primera votación el 24 de julio, donde las elecciones, en caso de estar ante una investidura fallida, se celebrarían el 17 de noviembre.

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