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La lista única sin políticos y condicionada a unas elecciones constituyentes sacude el tablero político catalán

La ANC y Òmnium Cultural avalan una candidatura unitaria sin partidos para el 27­S,
pero la CUP condiciona su aval a que no sirva para gobernar sino para medir el apoyo
del independentismo y como previa a la celebración en pocos meses de unos nuevos 
comicios, que serían constituyentes.

Manifestación por la independencia de Catalunya durante la última 'Diada'.- EFE

MARC FONT

BARCELONA.-A menos de tres meses para las elecciones catalanas del 27 de septiembre, todavía se desconoce qué listas se presentarán y prácticamente a diario salen a la luz nuevas propuestas que sacuden un tablero político cambiante. Cuando parecía que la iniciativa había pasado a manos de la candidatura de la confluencia de izquierdas que están cerrando Podem, ICV, EUiA y Procés Constituent (PrC), la propuesta de lista unitaria independentista sin políticos en activo ha variado el escenario, sobre todo después de los matices introducidos ayer por la CUP que implicarían la celebración de unas segundas elecciones autonómicas en pocos meses, a las que se daría un carácter constituyente.

Vayamos por pasos. El presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, ha asegurado este miércoles durante el pleno del parlamento autonómico que tiene como objetivo que los comicios del 27-S “tengan el carácter máximo de plebiscitarios, y esto requiere hacer cosas nuevas”. A preguntas del líder del PSC, Miquel Iceta, Mas no ha querido concretar si será o no candidato para las elecciones, un hecho que si se diera impediría articular la candidatura unitaria del independentismo sin políticos en activo. Ayer por la noche, el secretariado nacional de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) aprobó, después de una maratoniana reunión, avalar la propuesta de Òmnium Cultural de la lista cívica soberanista sin partidos ni políticos para el 27-S.

Sólo unas horas antes, el diputado de la CUP Quim Arrufat había anunciado en el Parlament la posición de la formación de la izquierda independentista, todavía pendiente de ser ratificada por sus asambleas territoriales. La CUP opta por el a la lista civil sin políticos, pero con una serie de condiciones determinantes para que su apoyo sea definitivo y no opte por presentar una candidatura propia. Los requisitos planteados por la CUP son que esta lista civil no llegaría a conformar gobierno, sino que el objetivo del 27-S sería calibrar realmente el apoyo con el que cuenta el independentismo, dotando de esta manera a los comicios de un carácter realmente plebiscitario.

Para que el planteamiento sea viable, sería necesario que esta lista ganara claramente los comicios y fuera imposible la formación de una mayoría alternativa, dando por supuesto que la más que probable Catalunya en Comú -con este u otro nombre- no pactaría en ningún caso con PP o Ciudadanos. Una vez constituido el nuevo parlamento se haría imposible la investidura de ningún presidente -ya que la lista civil no presentaría candidato e impediría la elección de cualquier persona de las otras formaciones-, de manera que pasados dos meses de la primera votación se deberían convocar nuevas elecciones, a celebrar probablemente en febrero. Estos nuevos comicios, según expuso Arrufat, tendrían un carácter “constituyente” y ya concurrían los partidos políticos con candidaturas separadas, ya que también existiría el compromiso de que la lista unitaria del 27-S no volvería a presentarse. Obviamente, aquí los resultados y las posteriores alianzas podrían ser otros. Durante este interregno, Artur Mas se mantendría como presidente en funciones, pero sin capacidad legal para evitar la convocatoria de las nuevas elecciones, planteadas como constituyentes.

Aval de Junqueras

La propuesta de la CUP ha generado sorpresa, pero ha sido bien recibida por ERC. Desde Argentina, el presidente de la formación, Oriol Junqueras, ha manifestado que seria “una manera de demostrar que son unas elecciones excepcionales que sustituyen un referéndum que ha sido repetidamente ilegalizado por parte del gobierno español. Se trata de comprobar cuánto apoyo tiene la opción independentista”. De esta manera, la presión pasa ahora a Artur Mas, que en un primer momento propuso a la ANC y a Òmnium sumarse a su candidatura, la llamada “lista del presidente”, algo que generó tensión en las dos entidades. Posteriormente, llegó la idea de Junqueras de la lista sin políticos, bien vista por Òmnium y luego por la ANC, y ahora la CUP va un paso más lejos y propone combinar en cinco meses unas elecciones plebiscitarias y otras de constituyentes.

¿Y en qué contexto llegan todas estas propuestas? Precisamente en el momento de mayor debilidad del independentismo en las encuestas. Si hacemos caso del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) -que depende del Gobierno catalán y es el equivalente al CIS español-, los ciudadanos que tienen como opción preferente que Catalunya sea un Estado propio son el 37,6%, según el barómetro de junio, lejos de un apoyo que osciló del 44% al 48,5% entre octubre de 2012 y octubre de 2014, justo antes de la consulta independentista del 9 de noviembre. Además, también según el último estudio del CEO, en un hipotético referéndum el 42,9% de los catalanes votaría un a la independencia, mientras que el 50% optaría por el no. En diciembre de 2014 fue la primera vez en los últimos años en el que los partidarios del no superaron a los del .

A pesar de contar con sólo tres diputados, pero con una proyección en las encuestas que le harían multiplicar por tres o por cuatro su representación parlamentaria, la CUP tiene un papel decisivo en la articulación de una candidatura unitaria independentista. Se constató en una encuesta de Òmnium Cultural, publicada el domingo por el diario Ara, según la cuál la lista civil sin políticos obtendría la mayoría absoluta, con 75 de los 135 diputados del Parlament. En cambio, si la lista sólo cuenta con el aval de CDC y ERC se quedaría en 52, mientras que la CUP en solitario sumaría 10. Finalmente, si no cuaja la propuesta y cada formación va por libre, CDC se quedaría con 30 escaños, ERC con 25 y la CUP con 12, sin llegar a la mayoría absoluta independentista. Por lo tanto, parece evidente que sería el aval del partido de la izquierda independentista lo que dispararía el apoyo de la lista unitaria, al ampliar su espectro ideológico y perder carácter partidista.

Nombres importantes en la confluencia de izquierdas

Obviamente, todos estos movimientos en el flanco independentista pueden condicionar el papel a jugar por la candidatura de confluencia que están a punto de cerrar Podem, ICV, EUiA y Procés Constituent (PrC). De momento, aunque sólo sea a título personal, la líder de PrC, la monja Teresa Forcades, se ha mostrado partidaria del esquema dibujado por la CUP, convirtiendo el 27-S en unas elecciones plebiscitarias y celebrando en el mínimo plazo posible otros comicios constituyentes, en los que optaría por Catalunya en Comú. “Entiendo que hay dos pasos, el primero es independencia sí o no, como un plebiscito pero sin atarte las manos con un gobierno, y las elecciones posteriores entrar en un confluencia [de izquierdas]. En ningún caso este plebiscito sustituye que la ciudadanía pueda decir que país quiere”, ha dicho en una entrevista en Catalunya Ràdio.

En todo caso, será la asamblea de Procés Constituent la que decidirá la posición del movimiento y las negociaciones para articular la candidatura de izquierdas están muy avanzadas, aunque según fuentes consultadas probablemente no cerrarán hasta la semana que viene. Pero la hipotética lista unitaria civil del independentismo podría perjudicar las opciones de la confluencia de izquierdas, que perdería su condición de novedad ante un artefacto político inesperado. Las expectativas de Catalunya en Comú son elevadas y se mueven en una horquilla de entre 22 y 31 escaños, según las últimas encuestas publicadas. Y precisamente su mejor resultado lo obtendría si Mas concurriera encabezando la llamada “lista del presidente” y ERC y la CUP con listas propias. En este escenario, y según un sondeo de El Periódico, Catalunya en Comú seria la segunda fuerza y estaría en condiciones de disputar la victoria, mientras que su representación disminuiría si hay una lista única independentista.

Paralelamente al cierre de los últimos flecos de la negociación, Podem, ICV, EUiA y Procés Constituent también deben encontrar la persona que encabece la lista. Cada formación ha escogido a su candidato -Albano Dante Fachín, Podem; Joan Coscubiela, ICV; Joan Josep Nuet, EUiA; y Teresa Forcades, Procés Constituent- pero ninguno de ellos liderará la candidatura. Se da por hecho que quién lo hará será alguien sin vinculación orgánica con alguna formación y, según las fuentes consultadas, lo más probable es que sea una mujer. El medio en catalán Crític publicó ayer un listado de personas que pueden tener un papel clave en la confluencia, alguna de las cuáles figurará en la candidatura. En el listado aparecen, entre otros, los nombres de Gerardo Pisarello (Barcelona en Comú), Itziar González (Parlament Ciutadà), Jordi Bonet (Podem), Núria Lozano (EUiA), Esther Vivas (PrC), Ernest Urtasun y Sara Vilà (ICV) y la veterana socióloga Marina Subirats.

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