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Maniobras de última hora para suspender el juicio de la Gürtel

El número dos de la trama dice que no hay tiempo para resolver su petición de apartar
del tribunal al magistrado De Prada antes del 4 de octubre. En la Audiencia Nacional siguen adelante, a la espera de resolver el incidente de recusación.

El considerado número dos de la trama Gürtel, Pablo Crespo. - EFE

J.PÉREZ /  EFE

MADRID.- El considerado número dos de la trama Gürtel, Pablo Crespo, ha pedido que se suspenda el juicio de la primera época de la trama, previsto para el próximo martes, mientras se resuelve el incidente de recusación planteado por él para que se aparte del tribunal al juez José Ricardo de Prada.

Crespo presentó su recusación contra De Prada hace escasos días y la Audiencia Nacional dio de plazo hasta el mediodía de este miércoles a todas las partes para que se pronuncien. El extesorero del PP Luis Bárcenas se ha adherido a la recusación del magistrado planteado por el número dos de la trama, según fuentes jurídicas.

La Audiencia Nacional tiene previsto celebrar el juicio el próximo 4 de octubre y fuentes jurídicas consultadas sostienen que hay plazo para resolver la recusación que consideran “débil” y de la que es posible que sea archivada. En caso de que sea aceptada, el magistrado que sustituiría a De Prada no sería el ponente, ya que el encargado de la sentencia es el juez Ángel Hurtado. Por ello, es muy posible que no pida un tiempo adicional para estudiar la causa sino que se sume al tribunal y comience el juicio el martes, como está previsto.

El abogado de Crespo, Miguel Durán, reclama en el escrito presentado este miércoles que se proceda, "tan pronto como sea posible", a la suspensión del juicio y que se le comunique "con la antelación suficiente" la identidad del juez que se encargará de la instrucción del incidente de recusación.

Crespo solicitó el pasado miércoles la recusación de De Prada debido a su amistad con el primer instructor de la causa, Baltasar Garzón ─primer instructor del caso Gürtel─, así como por los supuestos vínculos de la hija del magistrado con un abogado de una de las acusaciones. La Fundación Baltasar Garzón ha negado haber pagado dinero alguno a De Prada por las ponencias en las que ha participado y la hija del magistrado no percibe un sueldo del despacho de Gonzalo Boyé.

Este miércoles acaba el plazo para que las partes se pronuncien respecto al incidente y la defensa del extesorero del PP Luis Bárcenas se ha adherido a la petición de apartar a De Prada, de talante progresista. Para la defensa de Crespo, en vista de que solo quedan seis días para la celebración del juicio, "no existe tiempo material para tramitar todo este incidente y resolverlo adecuadamente" antes del martes, por lo que considera que debe aplazarse. En su escrito, pide además a la sección segunda de la Sala de lo Penal (encargada de juzgar el caso) que se le notifique el magistrado que se encargará de instruir el incidente de recusación.

La sección segunda está compuesta por cinco magistrados, de los cuales dos ─Enrique López y Concepción Espejel─ ya han sido recusados del juicio de la "primera época" de Gürtel por sus vínculos con el PP, ya que el partido está acusado como partícipe a título lucrativo. Los otros tres ─De Prada, Ángel Hurtado y Julio de Diego─ son los encargados de juzgar a la trama corrupta crecida alrededor de los gobiernos del PP.

Crespo pide que se le notifique el juez instructor del incidente para que las partes puedan recusarle "si concurrieran causas para ello", y añade que varios magistrados de la Sala de lo Penal apoyaron en su día "expresa y ostensiblemente" a Garzón cuando fue condenado por el Tribunal Supremo por las escuchas de Gürtel. Estos magistrados a los que Pablo Crespo achaca apoyos a Garzón son Javier Martínez Lázaro, Clara Bayarri y Ramón Sáez Valcárcel, y también menciona a dos de los seis jueces instructores de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz y Fernando Andreu.

"El asunto que se rebate en relación a este incidente recusatorio lo entendemos de tal trascendencia que, de no cuidar al máximo la pureza del procedimiento y la neutralidad absoluta en cuanto a su sustanciación, equivaldría a colocar, por lo menos a mi defendido ─pero también al resto de partes acusadas─, en una clara posición de perjuicio", afirma el escrito.

También dejaría puesta, a su juicio, "una formidable carga explosiva en la mismísima clave de bóveda de todo este macrojuicio si, luego que fuera dictada la correspondiente sentencia, la misma estuviera dañada por un vicio tan notable e indeseable como el de la parcialidad de alguno de los magistrados".

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