Este artículo se publicó hace 4 años.
¿Por qué la marea pensionista tiene tanta fuerza en Euskadi y no en el resto del país?
El movimiento por unas pensiones dignas realiza este jueves una huelga en Euskadi y Navarra junto a varios sindicatos. Sus integrantes apuntan hacia la "transversalidad" y el pasado de movilización obrera como los factores que han contribuido al éxito de las movilizaciones.
Bilbao-
Lo que empezó como una consigna se ha convertido, a fuerza de corearla, en un concepto claro, definido y rotundo. "Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden", gritan desde hace dos años en las concentraciones y manifestaciones de la marea vasca de pensionistas. Este jueves volverán a reivindicarlo mediante una huelga general que pondrá a prueba la fortaleza de un movimiento convertido en referente a nivel del Estado.
"Esto no es un efecto de la naturaleza. Tampoco somos algo surgido de la nada", dice a Público Xabier Isasa, uno de los militantes de este movimiento, poco antes de entrar a una rueda de prensa en Bilbao. Tanto él como sus compañeras y compañeros llevan un inicio de año frenético: enero ha sido, por excelencia, el mes de preparación de la jornada de huelga por pensiones, trabajo y vida digna que tendrá lugar este jueves 30.
El pasado 15 de enero cumplieron dos años de movilizaciones
Ni efecto de la naturaleza, ni surgimiento de la nada: existen distintos factores que contribuyen a explicar por qué este movimiento de personas jubiladas ha tenido un éxito superior en Euskadi, donde el pasado 15 de enero cumplieron dos años de movilizaciones. Desde entonces, lunes tras lunes, se concentran en un amplio número de municipios.
"A nivel mediático lo más conocido es Bilbao, pero solamente en Bizkaia hay unos 50 pueblos donde están a día de hoy participando", apunta Isasa, quien apela, en primer lugar, a un factor que puede encontrarse en las hemerotecas: "no hay que olvidar la tradición luchadora de este pueblo en distintos ámbitos, sobre todo en el industrial".
Imanol Zubero, sociólogo y profesor de la Universidad del País Vasco (UPV), apunta en ese mismo sentido. "Muchos de los jubilados de hoy en día son personas que tienen un pasado en la industria, así como un pasado de militancia sindical y aprendizaje de lucha muy fuerte", afirma.
En efecto, muchos participantes del colectivo de pensionistas provienen de los movimientos de lucha obrera que se generaron en los años setenta y ochenta en Euskadi, principalmente en la zona industrial de Bizkaia. De hecho, algunas de sus caras más conocidas provienen del mundo sindical.
"Estamos hablando de las generaciones que lucharon durante el final del franquismo y la ‘transacción’ del 78, con gran bagaje organizativo y una cultura política y sindical que necesitamos mantener las trabajadoras más jóvenes. Ese ímpetu ha facilitado una organización rápida del movimiento", señala por su parte Endika Alabort, economista e integrante del sindicato CNT, una de las organizaciones que llama a participar en la huelga de este jueves.
Mikel Noval, representante de ELA –el sindicato mayoritario de Euskadi, que también forma parte de los convocantes de esta jornada– subraya que en este territorio "hay una mayor dinámica de movilización y respuesta a las políticas neoliberales y de concertación social". "Aquí hay un movimiento social y sindical diferente al del Estado español", sostiene.
Alabort habla precisamente de una "cultura organizacional muy fuerte", mientras que Zubero subraya que se trata de "un activo que no les ha costado poner en marcha otra vez, ya que simplemente han cambiado de objetivo: lo que antes eran reivindicaciones de mejoras salariales o mantenimientos de puestos de trabajo, ahora lo han llevado al campo de las pensiones".
"Diversidad y pluralidad"
Existe además otro factor que casa a la perfección con el "gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden" que se escuchará en la huelga de este jueves. "Hemos sido capaces de conservar la diversidad y la pluralidad, manteniendo fuera de la organización tanto a partidos como a sindicatos, y también a asociaciones próximas a ellos", subraya Jesús García, integrante de la plataforma de pensionistas de Portugalete.
A pocas horas de tomar parte en la jornada de huelga, este militante reivindica que "dentro del movimiento de pensionistas no hay siglas". "Nuestra base son las asambleas y las concentraciones. Se forman coordinadoras de gente voluntaria, que quiere participar en los pueblos, y se coordinan a nivel provincial y autonómico. Si conseguimos mantener esto, tiraremos para adelante", resalta.
"Nuestra base son las asambleas y las concentraciones"
Por su parte, Zubero cree que los integrantes de estas plataformas "han sido capaces durante mucho tiempo de mantener una transversalidad casi desconocida en Euskadi en cualquier movimiento social". "Por la propia constitución ideológica y política de la sociedad vasca –subraya este sociólogo–, todos los movimientos sociales que ha habido desde los ochenta siempre tocan en un momento u otro con la divisoria de identidad nacional, que siempre ha acabado dividiendo. Hasta ahora se habían mantenido a salvo de esa divisoria".
Críticas a la movilización de los pensionistas
Ahí radica, precisamente, uno de los grandes retos del movimiento tras la huelga de este jueves. En las semanas previas a esta convocatoria surgieron voces de pensionistas contrarias a la huelga. Hubo incluso militantes conocidos de esa marea que publicaron artículos de opinión sumamente críticos con la convocatoria. Por su parte, CCOO, UGT y CGT optaron por alejarse de la misma, aduciendo que se trata de una movilización con tintes nacionalistas.
Tales críticas han sido rechazadas de manera tajante por los sindicatos convocantes –desde los nacionalistas ELA y LAB hasta la anarcosindicalista CNT– y por el propio movimiento de pensionistas, que continúa reivindicando su pluralidad y autonomía. Todo eso se pondrá a prueba en las próximas semanas.
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