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Moción de censura El 'marianismo' en el Partido Popular, al borde del barranco

El PP ha visto sus peores temores convertidos en realidad de la noche a la mañana. Diputados conservadores reconocen que la situación es demoledora, pero fuentes del Gobierno saliente aseguran que el gabinete, y el propio expresidente, "han pasado cosas peores que esta". El lunes se reúne el Comité Ejecutivo de los conservadores para analizar la situación, pero nadie quiere avanzar acontecimientos.

El secretario general del PSOE Pedro Sánchez, saluda presidente del gobierno Mariano Rajoy. /EFE

El PP ha visto estos días cómo sus peores temores se convertían en realidad. La moción de censura de Pedro Sánchez le ha convertido en flamante presidente del Gobierno, y ha desterrado a Mariano Rajoy del Palacio de La Moncloa. La era Rajoy ha terminado, pero nadie ha sabido despejar las incógnitas sobre qué le depara el futuro al ya expresidente.

Pese a las críticas de su antecesor, Rajoy impuso sus propios métodos, sus tiempos,  diluyendo poco a poco el sello Aznar

Con la marcha de José María Aznar acabó una forma de hacer política: pese a las críticas de su antecesor, Rajoy impuso sus propios métodos, sus tiempos, su forma de hacer política, diluyendo poco a poco el sello Aznar. El aznarismo dio paso al marianismo, conocido por sus tiempos largos, su estrategia de dejar a sus enemigos cocerse a fuego lento, su proverbial paciencia.

Rajoy acostumbraba a dejar que los problemas se desinchasen solos, a intervenir lo menos posible, a decretar una política internacional de seguidismo con Bruselas, a intentar pasar desapercibido siempre que hubiera ocasión.

Se rodeaba de perfiles técnicos en su gabinete, y evitaba en la medida de lo posible los medios de comunicación -no así el coordinador general y los vicesecretarios-. Gürtel, Púnica y otros nombres que no le gustaban eran borrados de su vocabulario; quien generara incomodidad se convertía en "ese señor del que usted me habla", una condición vitalicia.

No obstante, Rajoy llegó al poder por obra y gracia del dedo de Aznar, que lo designó su sucesor desde lo más alto, mientras gobernaba; Rajoy perdió dos elecciones generales y ganó otras tres, pero el debate de su sucesión previsiblemente se abrirá pronto, con el PP en sus horas bajas, chupando el banquillo de la oposición.

A todas luces, esta posición de debilidad le restará peso para marcar los próximos pasos a seguir, pero ni en el partido ni en el Ejecutivo saliente quieren anticipar escenarios.

Las respuestas, el martes

"Hay preguntas que nadie va a contestar en este momento". Fuentes del Gobierno saliente respondían de este modo a las preguntas sobre la hipotética sucesión de Rajoy, rechazando aclarar también si hoy por hoy se contempla que pase a liderar la oposición.

El Gobierno saliente: "Nadie va a dar ninguna respuesta. Todo lo que haya será ruido"

Durante la mañana del viernes, ante esta cuestión, la exministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, se limitó a afirmar que estas respuestas serán desveladas "en su momento". "Éste no es el momento de esa cuestión ni de cuestiones relativas a la situación personal de Mariano Rajoy", zanjó.

Las respuestas, afirman desde el Ejecutivo saliente, llegarán el próximo martes, tras el Comité Ejecutivo que analizará la situación, después de dos semanas sin convocatorias para los órganos directivos de la formación conservadora. "Nadie va a dar ninguna respuesta. Todo lo que haya será ruido", sentencian.

Con estos mimbres, el PP sólo avanza que se prepara para hacer una dura oposición al nuevo Gobierno. "Daremos toda la caña que nos dejen", afirma un diputado conservador.

En última instancia, reconocen su desolación. El golpe ha sido duro, pero aseguran estar habituados a este tipo de situaciones, como también lo estaría, según este relato, el primer presidente expulsado del poder con una moción de censura. "Rajoy está acostumbrado. Hemos pasado cosas peores que esta", zanjan.

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