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MARTA CALVO Sin cadáver y sin autopsia: la estrategia del descuartizador de Marta Calvo para salir indemne

El hecho de entregarse y confesar que dispersó su cuerpo podría ayudarle a eludir la condena por homicidio. La Guardia Civil investiga su vinculación con la muerte de otras dos mujeres por sobredosis de cocaína tras practicar sexo.

El presunto autor de la muerte de Marta Calvo en su traslado del juzgado a la prisión. / EFE

j. pérez

Descuartizar un cadáver no es un delito en sí mismo, a no ser que se encuentren pruebas de un crimen o que mediante el descuartizamiento se pretendía deshonrar la memoria de la fallecida. De otra manera, es una infracción administrativa de la policía mortuoria.

En la jurisprudencia española existen numerosas condenas de personas por homicidio y profanación de cadáveres porque su descuartizamiento deshonró de la memoria de la víctima. Este último delito es sancionado en el artículo 526 del Código Penal con prisión de tres a cinco meses o multa de seis a 10 meses.

La estrategia defensiva de Jorge Palma, el descuartizador confeso de Marta Calvo, pasa porque no se encuentre su cadáver. Así no se podría realizar una autopsia que pueda descartar su versión de que la muerte de la joven fue accidental como aseguró en su declaración del 4 de diciembre.

Sin cadáver, sí puede haber delito de homicidio o de asesinato en España, a diferencia de lo que muchas personas creen debido a la influencia de la cultura penal norteamericana. Una muestra es el crimen de Marta del Castillo, en 2011, donde el tribunal llegó a la convicción de que había sido asesinada y condenó a sus autores.

Ahora bien, la jurisprudencia exige adoptar más cautelas que las ordinariamente exigibles en el caso de que no aparezca el cuerpo. En suma, que haya pruebas concluyentes.

Jorge Ignacio Palma ha declarado que contactó con Marta Calvo para tener una “fiesta blanca”, una cita sexual con cocaína. Dice que al despertarse descubrió que ésta había fallecido, por lo que descuartizó su cadáver y lo hizo desaparecer.

La Ley de Enjuiciamiento Criminal exige que el juez recoja todos los vestigios o pruebas materiales para el posterior juicio, pero no requiere el cadáver sino "pruebas razonables" de que el hecho se ha producido y que incriminen al autor.

Confesión y perdón

Jorge Palma está bien asesorado por un penalista de dilatada experiencia. Su estrategia procesal pasa también por el silencio, en tanto no conozca las pruebas que la Guardia Civil va acumulando contra él debido al secreto del sumario dictado por la juez de guardia, ante la que pidió perdón.

Confesión inicial y perdón son otros posibles atenuantes. "Colaboraremos en la investigación pero mantenemos que no se trata de un homicidio sino de una muerte accidental", aseguró aquel día su letrado, Óscar Fernández, a las puertas del juzgado.

El colombiano aparenta colaborar, pero un mes después de la desaparición sigue sin encontrarse los restos de la joven que desmembró y tiró sus trozos en varios contenedores de basura, según su versión.

Cientos de toneladas de basura son removidos en el vertedero de Dos Aguas (Valencia), mientras el Grupo de Especialidades Subacuáticas de la Guardia Civil se ha sumado a la búsqueda de los restos de la joven.

Posible criminal en serie

Tampoco se encuentran rastro de sangre que confirme este descuartizamiento en el lugar que él ha indicado, ni se habrían detectado suficiente consumo de agua en su vivienda como para limpiar este presunto escenario.

Jorge Palma es investigado ahora como un posible criminal en serie y un presunto depredador sexual que repite un patrón.

Hay dos mujeres que han muerto en 2019 en situaciones similares a las de Marta Calvo, pero no se implicó penalmente a Jorge Palma porque se dictaminó que habían muerto de sobredosis. Una falleció en abril y el pasado junio pasado.

En ambos casos existen precedentes de consumo de drogas, una posible muerte por sobredosis tras una cita sexual, por lo que se está tratando de determinar la relación de estos casos con el de Marta Calvo.

Otras dos mujeres han declarado a las Fuerzas de Seguridad que habrían sobrevivido a un encuentro con Palma para una “fiesta blanca”.

Una de ellas sostiene que se negó a tomar cocaína y dice que Palma le forzó a beber una bebida alcohólica con una sustancia nociva. Fue al baño y descubrió que le había introducido cocaína en sus genitales, por lo que abandonó la vivienda, según Levante-EMV.

Otra joven de 19 años ha declarado que tuvo un encuentro con Palma horas antes de la muerte de Marta Calvo. Asegura que el hombre se puso "muy violento" y "muy insistente" en que ella tomara cocaína y que se la introdujera en la boca y en los genitales, "mientras que él solo bebía agua". Ella le echó de su casa.

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