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Montilla se reconcilia con lo barones del PSOE

Zapatero habla de refundación el Estado de las Autonomías y unge a Elena Salgado como artífice única del acuerdo de financiación

ANA PARDO DE VERA

'El nuevo modelo de financiación crea el verdadero Estado de las Autonomías'. Con esta frase, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dejó claro ayer, en el Consejo Territorial del PSOE, que había concluido uno de los objetivos más ambiciosos de su Ejecutivo.

Una ardua tarea de 'más de un año y más de cien reuniones' que casi cuesta a Zapatero el enfrentamiento más grave de un Gobierno socialista con un Govern de la Generalit, además con un president del PSC, José Montilla.

Por eso, la puesta en escena del Consejo Territorial del PSOE, en la madrileña sede de Ferraz, fue tan ilustrativa como el contenido del encuentro. Los socialistas convocaron el Consejo el lunes, un día después de conocerse el acuerdo de financiación, que la vicepresidenta segunda Elena Salgado había hecho público el domingo. Para ello, tuvieron que suspender otro acto anunciado para ayer en el que se iban a constituir las organizaciones sectoriales del partido.

José Montilla, Rodríguez Zapatero y Elena Salgado fueron, por este orden, los grandes protagonistas de la reunión y los tres se mostraron visiblemente satisfechos, aunque con distinto grado de contención. El presidente del Gobierno abrió el turno de palabra en el encuentro, a puerta cerrada, empezando por 'felicitarnos todos', según fuentes socialistas.

Zapatero destacó 'la talla del partido y la coordinación entre éste y el Gobierno' para alcanzar el nuevo modelo de financiación. Con la reforma se logra 'el verdadero Estado de las Autonomías, entendiéndolas como parte integrante del Estado', aseguró. Más tarde, y ante los medios de comunicación, el jefe del Ejecutivo fue más allá al subrayar que 'las autonomías son tan Estado como el Gobierno central'.

El presidente, que en absoluto disimulaba su orgullo por el pacto, insistió en la 'unanimidad' alcanzada por un modelo que es 'el que más se parece a la España real' y que 'consolida el Estado del bienestar', gracias una financiación prioritaria para los servicios básicos. Por haber logrado un acuerdo con estas características, los socialistas 'somos-concluyó- el partido que más se parece a España'.

Durante su declaración ante la prensa, rodeado del Consejo Territorial en pleno, el jefe del Ejecutivo quiso agradecer y elogiar públicamente la labor de la vicepresidenta económica, responsable del sprint final que permitió al nuevo modelo salir a flote.Elena Salgado, que mostró un entusiasmo mucho más discreto que su jefe, sólo intervino en el encuentro a puerta cerrada del Consejo. Lo hizo desde su perspectiva de ministra de Economía. 'Aunque nadie lo dice públicamente -sostuvo-, este modelo atiende a las necesidades generadas por la crisis y la situación económica de las autonomías, con cuentas negativas'. El sistema, según la vicepresidenta segunda, servirá para facilitar a las comunidades autónomas que salden sus deudas con el Estado, pues el proceso de devolución se retrasa cuatro años.

El presidente del Gobierno hizo su rueda de prensa después de hacerse la foto de familia con el 'hijo pródigo', como calificó un dirigente socialista a José Montilla. Estaban allí todos los barones -con Patxi López y José Antonio Griñán de estreno como lehendakari y presidente andaluz, respectivamente-, los tres vicepresidentes del Gobierno, los portavoces de Congreso y Senado, los secretarios generales socialistas de las distintas comunidades y de Ceuta y Melilla, el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Pedro Castro; la cúpula del PSOE y el secretario general de Juventudes Socialistas (JSE), Sergio Gutiérrez.

No faltaba nadie, porque después de dos Consejos Territoriales sin asistir y muchas reuniones ausente de Ferraz, el presidente de la Generalitat estaba allí, con sus compañeros y sonriendo en la foto, algo poco habitual. 'Pero si yo me siento cómodo en todas partes...', comentaba un Montilla, siempre con la sonrisa en la boca, a los periodistas que le dieron la bienvenida.

Sin embargo, cuando el president sentenció que 'bien está lo que bien acaba', en referencia al modelo de financiación, en la mente de todos estaban sus palabras de hace un año. El 20 de julio de 2008, en el multitudinario acto de clausura del congreso del PSC, Montilla le espetó a Zapatero: 'Te queremos José Luis, pero queremos más a Catalunya'.

La relación entre socialistas catalanes y Gobierno tiritaba de frío, a la vista de que el Govern no avanzaba en sus reclamaciones de financiación. Catalunya se 'asfixia', reprochaba Montilla a Zapatero en un artículo en El País días más tarde. 'El PSC no actuará con disciplina resignada en Madrid', dijo a los suyos tras el verano de 2008.

La mala relación del presidente del Gobierno con Pasqual Maragall, que llevó a la dimisión de este, volvió a la memoria de los catalanes. Pero la sangre no llegó al río y tras muchas conversaciones -casi todas por teléfono-, José Luis Rodríguez Zapatero convenció a José Montilla. O viceversa.

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