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Negociaciones para la investidura Siete claves en la semana decisiva para la investidura de Pedro Sánchez

Concretar “los instrumentos” para la negociación bilateral entre Gobiernos sobre el conflicto de Catalunya y la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE sobre Junqueras son los últimos escollos para cerrar un acuerdo entre PSOE y ERC. Los socialistas todavía aspiran a que Sánchez sea elegido presidente antes de final de año.

El rey Felipe VI recibe en audiencia al secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. - EFE

La semana del 16 de diciembre, casi con toda seguridad, no será la semana de la investidura de Pedro Sánchez, pero sí será la semana decisiva para saber si España tendrá por fin Gobierno y cuándo lo tendrá.

Tras designar el jefe del Estado a Pedro Sánchez como candidato a la Presidencia del Gobierno, por tercera vez, en La Moncloa y en el PSOE sólo se trabaja para sacar adelante la investidura y cuanto antes. Este lunes, Sánchez se reunirá por la mañana en el Congreso con el líder del PP, Pablo Casado; y la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Y, a partir del martes, empezará una ronda de llamadas con los diecisiete presidentes autonómicos y el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincia (FEMP). Paralelamente, la portavoz socialista, Adriana Lastra, se reunirá con todos los grupos parlamentarios del Congreso, en un ronda que concluirá a lo largo de la semana.

En esta ocasión, se da casi por hecho que más pronto que tarde Sánchez será investido presidente del Gobierno con la abstención de ERC, y que el acuerdo está muy cerca de cerrarse. Pero los republicanos catalanes siempre son imprevisibles en sus decisiones finales. Aunque hay muchos condicionantes externos que también juegan su papel, estas son siete claves que pueden determinar el resultado de una semana decisiva para la investidura de Pedro Sánchez.

1) La negociación bilateral entre Gobiernos

La petición de ERC de que el Gobierno de España y la Generalitat se sienten en una mesa de diálogo para afrontar el conflicto de Catalunya es la clave del acuerdo. Entre las delegaciones de PSOE y ERC que han negociado durante estas semanas, hay entendimiento casi total en otros temas como financiación, inversiones o políticas sociales y laborales. Pero siguen sin llegar a una solución sobre “los instrumentos” para enmarcar esa negociación.

El PSOE sigue queriendo llevar ese diálogo entre gobiernos a las comisiones bilaterales, mientras que ERC quiere sacar esa negociación del ámbito del Estatut y llevarla a un marco más específico y singular. Los socialistas han presentado fórmulas para vincular esa mesa negociadora al terrero parlamentario, pero tampoco han convencido a los republicanos esas propuestas.

La diferencia está en “cómo vender” la mesa de negociación. ERC necesita que se visualice que han conseguido sentar al Gobierno socialista para hablar de “tú a tú” con el Gobierno de la Generalitat de autodeterminación o del referéndum de independencia. El PSOE necesita que quede claro que apuesta por el diálogo en el marco de la legalidad y que se sepa que no va a negociar absolutamente nada que puede suponer la independencia de Catalunya.

2) La sentencia del Tribunal Superior de la UE

Uno de los motivos por los que se difuminó la posibilidad de que en la semana del 16 de diciembre hubiera investidura se debe a que el jueves, día 19, se conocerá la decisión del Tribunal de Justicia de la UE en torno a la inmunidad parlamentaria de Oriol Junqueras.

La decisión del Tribunal Supremo de no permitir a Junqueras salir de la cárcel para formalizar su condición de eurodiputado puede ahora ser revocada por el tribunal europeo, aunque nadie sabe concretar cuáles serían las consecuencias prácticas de esta decisión, una vez que Junqueras ya ha sido condenado a 13 años de cárcel.

Pero, además, esta decisión judicial puede también tener repercusión en Carles Puigdemont, quien está fugado, pero no ha sido condenado por sentencia alguna. El expresident podría tener inmunidad si se le concede su condición de eurodiputado. Esto, además, arrastraría otras derivadas como la posibilidad de que Puigdemont volviera a ser candidato o un adelanto de las elecciones en Catalunya.

Lo cierto es que lo que ocurra el jueves va a tener consecuencias directas en la decisión final que adopte ERC sobre la investidura.

3) El Congreso de ERC

Y dos día después de la decisión del tribunal europeo está el Congreso de ERC, previstos para los días 21 y 22 de diciembre. Nadie duda que el debate sobre dar o no el apoyo a la investidura de Sánchez marcará el cónclave republicano y las bases de ERC están muy divididas en torno a qué decisión se debe tomar.

El mayor temor entre los socialistas es que del Congreso pueda salir un mandato concreto e imperativo sobre la posición final de ERC, que haga imposible continuar las negociaciones. Lo que parece que está claro es que del contenido de las resoluciones que adopte el Congreso de ERC se conocerá con más claridad el posicionamiento de los republicanos y su voluntad de acuerdo.

4) Los barones del PSOE

A estos factores externos, la investidura de Sánchez también se puede complicar por los conflictos internos en el partido. Como en las bases de ERC, en el PSOE hay mucha división interna y no todos están a favor de que la investidura y la gobernabilidad dependa de los republicanos catalanes. Emiiano Gacía-Page y Javier Lambán han levantado su voz en contra del acuerdo con ERC, pero en el partido hay muchos más dirigentes que comparten sus planteamientos.

Esto, en ningún caso, impediría que saliera adelante la investidura de Sánchez si hubiera acuerdo con ERC, pero si colocaría al líder del PSOE en una posición muy incómoda dentro de su partido y que condicionaría sus decisiones. Además, hay dirigentes dispuesto a posicionarse públicamente en contra si el contenido del acuerdo final con ERC supone excesivas concesiones al independentismo.

5) El papel de Ciudadanos

Este lunes se reunirán por primera vez Pedro Sánchez y la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas. En principio, la posición del partido naranja es muy clara: dará su apoyo a Sánchez si el PP se abstiene. Sin embargo, el partido de Pablo Casado está instalado en el “no” y nada indica que cambiará su posición.

Se ha especulado con un “sí” de Ciudadanos sin condiciones, con el argumento de que el PSOE no tenga que depender de los independentistas. Sin embargo, no parece nada probable que Arrimadas dé su voto favorable a un Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. No obstante, los vaivenes habituales del partido naranja le hacen ser tan impredecible como ERC. El voto favorable de los diez diputados de Ciudadanos serian suficientes para que Sánchez saliera investido presidente sin contar con ERC.

6) Investidura más Presupuestos

Otro aspecto que se está encima de la mesa de negociación con ERC es que el apoyo a la investidura vaya conjuntamente con un compromiso inicial de respaldar los Presupuestos Generales del Estado.

Sánchez no quiere verse abocado a que, tras la investidura, no tenga los instrumentos económicos para que pueda sacar adelante sus políticas. Aquí el PSOE sí esta dispuesto a ser generoso en torno a las inversiones del Estado y dentro del nuevo sistema de financiación autonómica que se tiene que afrontar.

Para Sánchez sería todo un éxito que el hipotético acuerdo de investidura fuese acompañado de algún compromiso de ERC de apoyo a los planes presupuestarios del Gobierno e, incluso, con algunos acuerdos programáticos en los que ambas formaciones coinciden.

7) La fecha

Y en este panorama, en el aire sigue estando al fecha de la investidura. Los socialistas todavía ven posible hacerla antes de final de año. Esto supondría fijar el primer pleno el 27 de diciembre y que Sánchez, en segunda votación, fuese elegido presidente el dia 30. Esta duda, a buen seguro, se despejará tras la celebración del Congreso de ERC.

Algunas fuentes incluso apuntan a una investidura con el primer pleno el 2 de enero, que llevaría la elección de Sánchez al domingo día 5. Pero muchos creen que no sería necesaria tanta prisa y que, si el acuerdo está conseguido, llevar la investidura a la segunda o tercera semana de enero.

Lo único que está claro es que si las negociaciones se estancan o no se llega a un acuerdo, Sánchez no irá en ningún caso a una tercera investidura fallida. Esa vez el "reloj de la democracia" tendrá que esperar.

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