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manu levin - titulares al banquillo

¿Por qué no existen imágenes del juez Escalonilla?

Manu Levin en La Base
Manu Levin en La Base.

¿Tú dirías que tu primo, o tu vecina, o tu madre, o tu jefe, han escuchado alguna vez hablar en la tele, en relación a Podemos, a Pablo Iglesias y a Irene Montero, de que había algo muy feo con unas "niñeras"? ¿O que había un caso, un proceso –algo– en los juzgados, llamado Neurona y que tenía que ver con cosas super chungas que pasaban en Podemos, con corrupción, o algo así?

Yo me apuesto lo que queráis a que sí, a que vuestro primo, vuestra vecina o vuestro jefe han oído alguna vez y hasta han hecho algún comentario sobre las "niñeras de Podemos" y el "caso Neurona". Y me apuesto también lo que queráis a que, lo que seguramente no han oído cuando todo eso se archivó, es que era todo mentira, que no existía ninguna "niñera" y que no había ningún "caso Neurona". Así funciona esto.

Decía todo esto porque las imparciales, consistentes y bien motivadas causas judiciales de Juan José Escalonilla Morales contra todo lo que huela a Podemos no servirían para cumplir la función difamatoria que cumplen si no fuera por la inestimable cooperación del poder mediático, que ha sido la principal herramienta en manos de quienes han mandado siempre en este país para destruir a sus adversarios políticos.

Ya lo vimos en el programa que le dedicamos a otro gran español, el bueno del juez Manuel García Castellón. Los grandes medios de comunicación en España han puesto una y otra vez sus tribunas al servicio de la intoxicación valiéndose de procesos como los que ha intentado llevar adelante este juez, que se abren con mucho ruido pero que después siempre se archivan en el más estruendoso silencio. Hagamos, si os parece, el mismo ejercicio que hicimos el otro día con García Castellón: portadas de ABC, La Razón y El Mundo cuando Juan José Escalonilla Morales abrió el caso fake conocido como "de la niñera".

Fotos a toda página de Pablo Iglesias e Irene Montero con uno de sus  bebés, y de Teresa Arévalo, una dirigente de Podemos a la que han querido joderle la vida con todo esto denigrándola y llamándola "niñera", todo para dañar a ese partido y a quienes estaban al frente, claro.

Titulares de portada: "De niñera de los Iglesias a alto cargo en Igualdad". "Montero usa de niñera a un alto cargo. Teresa Arévalo aparece en varias imágenes cuidando a la hija de la ministra". "La justicia investiga a Irene Montero por administración desleal en el caso de su niñera". 

Ese es el modus operandi. Y así entienden el periodismo los dueños de estos diarios basura y de todas las televisiones de este país: como un arma para destruir a sus enemigos con lo que sea, utilizando a bebés, denigrando a compañeras, jodiendo la vida a quien sea necesario. No son periodistas, son criminales sin escrúpulos y como tal merecen ser tratados. Si hubiera Justicia, serían ellos los que acabarían sentados ante un juez.

En el caso de Escalonilla, yo creo que nos parece normal, o incluso bien, que esto sea así y que no se nombre a los jueces en los medios por los imaginarios que tenemos sobre los tribunales y sobre el poder judicial como si fuera un poder tecnocrático, no político, como si fueran simples funcionarios que aplican con neutralidad las leyes y que por lo tanto carecen de interés en tanto personajes públicos con poder.

Y no es así, los jueces son un poder, un poder que interviene de forma decisiva en los conflictos políticos y sociales más importantes de nuestro país. En el lawfare, pero también en librar a corruptos, en condenar a raperos, en los desahucios o en conflictos laborales colectivos. Son uno de los tres poderes del Estado, igual que el poder legislativo o el poder ejecutivo. Y de la misma manera que todo el mundo es capaz de reconocer y de decir varios nombres de diputados o de ministros, la gente también tiene que saber quiénes son, cómo se llaman y qué cara tienen los jueces que ejercen su poder para intervenir en la realidad social y política del país.

Y a mí que esta gente goce de la más absoluta impunidad mediática me parece alucinante y una prueba evidente de a quién protege y a quién persigue el poder mediático. Porque de Teresa Arévalo a Gara Santana, dos trabajadoras que no hicieron nada malo, han sacado imágenes hasta en la sopa. Las piezas que hemos escuchado las muestran todo el rato. Y en este país se han sacado en portadas de periódico imágenes de activistas sociales, de profesores catalanes, de titiriteros. Pero de jueces como Escalonilla no hay fotos en internet y jamás se le menciona en TV o radio, ni por supuesto aparece su cara. Cuando en realidad, hace mucho tiempo ya que esto no es ni el "caso niñeras" ni el "caso neuronas" ni el caso Savolta, es el "caso Escalonilla".

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