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El nombre de Patxi López genera amplio consenso para presidir el Congreso

Las negociaciones a cuatro bandas para la composición de la Mesa de la Cámara Baja no se cerrarán hasta última hora de este martes al depender de múltiples combinaciones y de resolver la exigencia de cuatro grupos que plantea Podemos.

El secretario de Acción Política del PSOE, Patxi López, durante la reunión de la Ejecutiva Federal en Madrid. / EFE

JUAN ANTONIO BLAY

MADRID.- Apenas 24 horas antes de abrirse la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados surgido de las pasadas elecciones generales del 20 de diciembre, la incertidumbre rodea el resultado de las negociaciones para conformar la composición de la Mesa de cámara parlamentaria, un órgano clave para ordenar la actividad legislativa y que en esta legislatura adquirirá un mayor protagonismo. Sin duda, es todo un paradigma de la complejidad política que se avecina.

No obstante, a media tarde del lunes comenzó a cuajar un amplio consenso en torno al nombre del diputado socialista Patxi López para presidir el Congreso de los Diputados. López, exlehendakari y miembro de la dirección del PSOE, fue propuesto formalmente unas horas antes por el líder de su partido, Pedro Sánchez, como el candidato del grupo socialista para dirigir la cámara.

“La verdad es que tiene un bagaje institucional importante; nos parece una buena elección”, dijo a Público Miguel Gutiérrez, negociador de Ciudadanos para la composición de la Mesa del Congreso de los Diputados, el primer eslabón de una larga serie de negociaciones que las formaciones políticas deberán abordar al inicio de esta legislatura.

El nombre de Patxi López “ha sido acogido favorablemente por varios grupos políticos con representación en la cámara”, admitieron fuentes de la dirección del PSOE, informa Manuel Sánchez. Entre ellos, según otras fuentes parlamentarias, se encuentran el PNV, ERC y Democràcia i Llibertat. Desde Podemos no hubo un pronunciamiento formal respecto a este nombre concreto ya que centran su negociación en un “ámbito más amplio que el de los nombres en sí”, dijo un portavoz a Público.

"Va para largo"

En cualquier caso, las negociaciones para la conformación de la Mesa, integrada por nueve miembros –presidencia, cuatro vicepresidencias y cuatro secretarías- “va para largo", según reconocieron diversas fuentes parlamentarias consultadas por Público. “Lo más probable es que hasta última hora del martes no haya una solución; incluso podría cerrarse el propio miércoles por la mañana antes de iniciarse la sesión plenaria”, dijo a Público uno de ellos.

Por su parte, el PP sigue manteniendo la postura de alcanzar la presidencia de la Cámara Baja, aunque se admite que “la situación es difícil”, dijo un portavoz parlamentario a este periódico. El propio Jesús Posada, presidente durante la X Legislatura que concluye hoy mismo, reconoció en unas breves declaraciones en los pasillos de la Cámara que le gustaría seguir en el puesto, “pero las cosas están como están”.

Mariano Rajoy propondrá este martes los nombres de los candidatos a presidir tanto el Congreso de los Diputados como el Senado, cámara en la que los populares tienen mayoría absoluta. Las mencionadas fuentes dijeron que los nombres propuestos serán Jesús Posada y Pío García Escudero, este último con la reelección asegurada.

Los candidatos de Ciudadanos a la Mesa de la Cámara baja se darán a conocer hoy por el líder de la formación naranja, Albert Rivera. “No aspiramos a la presidencia”, explicó Gutiérrez. Pero sí a una vicepresidencia y a una secretaría. Desde Podemos se guarda una discreción total sobre los nombres de los puestos a ocupar que, según las fuentes consultadas, también serán dos.

Junto al nombre de Patxi López la dirección socialista ha propuesto a la andaluza Micaela Navarro para ocupar una vicepresidencia y a la gallega Pilar Cancela para asumir una secretaría. Para el Senado, el veterano Joan Lerma es propuesto para una de las vicepresidencias y Juan Carlos Raffo para una secretaría.

El escollo de Podemos

Un gran escollo para cerrar una negociación consiste en la exigencia de Podemos de reclamar la formación de cuatro grupos parlamentarios: uno para la marca Podemos propiamente dicha, con 42 escaños; otro para En Comú Podem, su marca catalana, que logró 12 escaños; otro más para la coalición Compromís-Podemos, con 9 escaños obtenidos en la Comunitat Valenciana; y otro adicional para En Marea, la marca en Galicia, que obtuvo 6 escaños. Estas tres agrupaciones cumplen el requisito de 5 escaños y el 15% de votos en cada una de las circunscripciones en las que se presentaron.

Sin embargo, según el criterio de los letrados del Congreso de los Diputados, estas agrupaciones electorales en varios territorios incumplen lo reflejado en el artículo 23.2 del reglamento de la Cámara que, expresamente, indica que en ningún caso pueden constituir grupo parlamentario separado los diputados que pertenezcan a un mismo partido ni tampoco los que, en tiempo de las elecciones, “pertenecieran a formaciones políticas que no se hayan enfrentado ante el electorado”.

El criterio de los letrados de la Cámara Baja es compartido ampliamente por los grupos políticos con representación parlamentaria. Los socialistas consideran que esta percepción “tan generalizada entre los grupos parlamentarios” es un escollo muy difícil de salvar a la hora de hacer una interpretación abierta de este precepto, informa Manuel Sánchez.

Desde el PSOE se estudia plantear a Podemos una reforma del reglamento para que estas marcas territoriales del partido morado “tengan algún tipo de visibilidad propia”. Otras fuentes estiman que podría recuperarse la solución que dio en la III Legislatura (1986-1989) el presidente de la Cámara, el socialista Félix Pons, a la ruptura interna que sufrió el grupo conservador Coalición Popular creando las agrupaciones de diputados que podían optar a una representación similar a la de los grupos sin tener que integrarse en el grupo mixto.

La sesión constitutiva del Congreso de los Diputados –igual ocurrirá en el Senado a la misma hora– arrancará a las diez horas del miércoles bajo la presidencia de una Mesa de edad formada por el parlamentario con más años como presidente –salvo sorpresa de última hora será el actual ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, de 71 años– asistido por los dos parlamentarios más jóvenes –la socialista valenciana María Such, de 25 años, puede ser una-.

A continuación se procederá a la elección del presidente, por llamamiento y en papeleta, y si en una primera votación ningún candidato logra la mayoría absoluta de los votos –176 respaldos– se procederá a una segunda elección entre los dos más votados, resultando elegido quien más votos obtenga. En una segunda votación los diputados depositarán sus papeletas para las vicepresidencias y las secretarías, siendo elegidos los cuatro de cada instancia con más votos.

El último trámite de esta sesión consiste en la jura o promesa de los diputados de acatar la Constitución, requisito imprescindible para adquirir la condición plena de diputado. En esta ocasión hay expectación por conocer qué fórmulas emplearán no pocos parlamentarios electos en candidaturas como Podemos, con sus diversas coaliciones territoriales, o ERC y Democràcia i Llibertat, formaciones que respaldan el proceso de independencia para Catalunya en los próximos 18 meses, según el acuerdo adoptado por el Parlament catalán.

La nueva Mesa del Congreso de los Diputados deberá establecer el calendario de plenos de la Cámara para su primer periodo de sesiones. El primer cometido del nuevo presidente será comunicar al rey la constitución de la Cámara y su composición. A partir de ese momento el jefe de Estado llamará a consultas a los líderes de las formaciones políticas con representación parlamentaria para, posteriormente, proponer un candidato para que se someta a una sesión de investidura.

Así, por ejemplo, el primer pleno se celebrará, según establece el reglamento de la cámara, en los quince días siguientes a su constitución para la solemne sesión de apertura de la legislatura con la presencia del rey, que dirige un mensaje a los parlamentarios de ambas cámaras en sesión conjunta. Habitualmente esta sesión se celebra con un presidente del Gobierno investido y un Ejecutivo en plena capacidad de actuación. En esta ocasión, por primera vez, no será así.

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