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Odebrecht La Audiencia investiga la primera presunta rama de Odebrecht en España por un blanqueo millonario

Cita como investigado al dueño peruano de una pequeña empresa zaragozana sospechosa de haber canalizado varios millones de dinero sucio de la constructora brasileña que montó la mayor trama de corrupción de Latinoamérica.

La sede de la constructora Odebrecht en São Paulo. ODEBRECHT

La Audiencia Nacional investiga a la empresa zaragozana Eathisa Ingeniería y Servicios por su presunta participación en las actividades de blanqueo de la constructora brasileña Odebrecht, sospechosa de haber organizado una descomunal trama de sobornos y financiación de campañas políticas para conseguir contratos que, según el testimonio de su dueño, Marcelo Odebrecht, llegó a mover miles de millones de dólares entre 2001 y 2016, y cuyos tentáculos alcanzaban a varios gobiernos de países latinoamericanos, de Brasil a Perú, de Ecuador a Argentina y Guatemala, de Colombia a México, Panamá y Venezuela, y también africanos, como los de Mozambique y Angola.

Las investigaciones de la trama, que salpican a cuatro expresidentes peruanos, entre ellos Alan García, que se suicidó la semana pasada, a Lula da Silva y a Dilma Rousself en Brasil, al vicepresidente de Rafael Correa en Ecuador y a altos cargos de los colombianos Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe, llevaron a la Agencia Tributaria a someter a una inspección a la empresa zaragozana. Se trata de una filial de la firma peruana del mismo nombre, fundada en 2012 y que intervino en movimientos de dinero por más de nueve millones de dólares vinculados a contratas de Odebrecht y sospechosos de encubrir, al menos parcialmente, operaciones de blanqueo.

Esta sería la primera presunta ramificación de la trama latinoamericana localizada en España, donde hace dos años fue detenido Rodrigo Tacla Durán, un abogado con doble nacionalidad española y brasileña sospechoso de ser el cerebro de la división con la que Odebrecht oscurecía y luego lavaba el dinero que destinaba a comisiones, y que habría operado con una empresa alojada en un centro de negocios de Pontevedra.

Pagos bajo sospecha

Las pistas que señalaron a Eathisa fueron aportadas por una comisión rogatoria remitida por EEUU a Ecuador, según revelaron medios de ese país como El Comercio, El Universo y Plan V.

La información remitida por las autoridades estadounidenses, que incluye más de medio centenar de correos electrónicos, señalan pagos de Odebrecht a la empresa zaragozana por un valor superior a los nueve millones de dólares vinculados a asistencias técnicas de obras en la zona franca de un puerto en Dubai y al acueducto La Esperanza, la refinería El Pacífico (hoy inactiva) y el poliducto Pascuales-Cuenca en Ecuador.

Las investigaciones apuntan a que Odebrecht habría pagado sobornos por 33,5 millones de dólares para hacerse con estos tres últimos proyectos, en los que Eathisa participó y en los que también subcontrató trabajos con otras empresas. Hacienda y la Audiencia Nacional tratan de esclarecer si esos pagos corresponden a trabajos efectivamente ejecutados o encubren operaciones de ingeniería financiera vinculadas a la corrupción.

En otra comisión rogatoria, en este caso remitida por Brasil, aparece otra transferencia sospechosa de 553.176 dólares de Eathisa a una firma llamada Cipsa, la cual realizó pagos a Klienfeld, una de las empresas offshore de Odebrecht.

Dos empleados, cuatro apoderados

Eathisa es una pequeña empresa fundada en Zaragoza en noviembre de 2012 que dos años después alcanzó un volumen de negocio de 19,4 millones de euros y acumulaba activos por valor de cuatro, para caer su facturación en 2015 a 248.549 euros (casi la mitad en deudas pendientes de cobro) y reducirse sus activos en casi tres millones y medio, según los datos del Registro Mercantil que ofrece la web de rating Infocif. Tuvo resultados negativos en ambos ejercicios.

Fundada por Aitor y Dolores Elexpe Tudela, el primero responsable de la matriz peruana de Eathisa, su objeto social inicial fue la consultoría técnica y la asesoría financiera, aunque cuando solo llevaba cuatro meses operativa amplió su actividad al extranjero, donde se habilitaba para operar “ya directamente, ya indirectamente, mediante la titularidad de acciones o participaciones en sociedades de objeto idéntico o análogo” y, ocho después, lo extendía a “la ejecución de todo tipo de obras a ser realizadas a nivel nacional o en el extranjero, en forma directa o mediante cualquier tipo de asociación con otras empresas”.

La firma, que cuenta únicamente con dos empleados pese al elevado volumen de negocio que movía hace unos años, en la que los Elexpe figuran como administradores solidarios y que lleva dos años sin presentar cuentas, tiene su sede en un pequeño habitáculo de la planta decimoquinta del World Trade Center de Zaragoza, al que se mudó hace un par de años desde un despacho más amplio del mismo edificio.

Sin embargo, en el Registro constan cuatro apoderados: Aitor Elexpe, Felipe-Andrés Millar Alfonso, ejecutivo de Eathisa en Chile, el empresario chileno Marco-Antonio Rodriguez Campos y Luis-Roberto Villalobos Flores.

“¿Puedo haber sido utilizado? No lo sé”

Aitor Elexpe, que confirmó en conversación telefónica con Público desde Perú tanto la inspección de Hacienda a la empresa zaragozana como su citación en la Audiencia Nacional como investigado por blanqueo, asegura no tener nada que ver con la trama de Odebrecht. “Cobramos trabajos que realizamos, otra cosa es de dónde pueda proceder el dinero con el que nos pagan. No somos una empresa de de papel, y seguimos trabajando”.

“Que ha habido una trama de corrupción parece evidente, pero otra cosa muy distinta es que Eathisa haya participado en hechos delictivos conociéndolo. ¿Puedo haber sido utilizado? No lo sé. Nuestra empresa cobraba por trabajos realizados, que están hechos, y es transparente”, añadió.

Elexpe fundó la empresa, especializada en ingeniería, montajes y equipos, hace 23 años en Perú y comenzó a trabajar con Odebrecht en 1998, en una relación que se cortó en 2014, explica, cuando la constructora brasileña se negó a reconocer unos trabajos valorados en tres millones de dólares. “Hemos trabajado casi veinte años con ellos, tanto en contratos públicos como privados y en varios países. Hasta hace cinco años a nadie le extrañaba que nadie trabajara con Odebretch: era Dios, operaba en toda Latinoamérica y en EEUU”, señala, mientras insiste: “Tengo el respaldo de los trabajos hechos. Les sacamos muchas veces las castañas del fuego con soluciones técnicas”.

¿Y qué llevó a una empresa peruana que operaba con éxito en el ámbito internacional a abrir una filial en España en plena crisis? “Los costes estaban aquí por las nubes, y otras empresas estaban fichando a nuestros ingenieros. Decidimos abrir allí para contratar ingenieros”, señala.

Elexpe, que ha cerrado varias de sus filiales y ha despedido a parte de las plantillas desde que comenzaron a aparecer las informaciones que vinculaban a la empresa con la trama de Odebrecht (“Me arruiné”, dice), insiste: “Jamás me he reunido con ningún político y en mi vida he pagado una mordida ni he participado en actos ilegales”. Además, considera lógica tanto la investigación de la Agencian Tributaria como la de la Audiencia Nacional: “Evidentemente, a la luz de lo que ha pasado, es normal que nos pidan información. Pero todos los pagos corresponden a trabajos realizados. Tenemos los antecedentes, las labores previas y las obras. Tenemos la conciencia muy tranquila, no tengo absolutamente nada que ocultar”.

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