Será un verano extraño. Abundarán las mascarillas, faltarán las fiestas populares y no habrá grandes corrientes turísticas. Euskadi mira ya hacia la temporada estival más rara de su historia, aunque todavía falta un misterio por revelar: elecciones autonómicas en julio sí, elecciones autonómicas en julio no. De un lado está el lehendakari. Del otro, la oposición en su conjunto.

De momento solo hay algo en lo que coinciden todos, desde el lehendakari en la sede del Gobierno Vasco hasta los líderes de los partidos en sus respectivas viviendas: aún no se sabe qué pasará el 5, 12 o 19 de julio, fechas tentativas para una cita electoral que no despierta apoyos más allá de las paredes de Ajuria Enea (sede del Gobierno Vasco) o de Sabin Etxea, el cuartel general del PNV.

Iñigo Urkullu aún está deshojando la margarita. Seguirá haciéndolo hasta por lo menos el 14 de mayo, cuando volverá a sentarse junto al resto de representantes políticos –distancia de seguridad mediante– para conocer de primera mano qué opinión les merece el informe jurídico elaborado por el Gobierno Vasco en torno a la posibilidad de ir a votar en julio.

"Elecciones tiene que haber porque es un imperativo legal y un derecho de la ciudadanía. El asunto es: de aquí a octubre, ¿cuál es el mejor momento desde el punto de vista sanitario y cuál es el mejor momento para que las instituciones sean capaces de atender a los grandes retos que tienen?", se preguntó el líder del PNV, Andoni Ortuzar, en los micrófonos de Radio Euskadi.

Ahí está, precisamente, una de las claves de esta historia. En una reunión mantenida el pasado jueves, el lehendakari entregó a los líderes de los partidos vascos un documento rubricado por Sabino Torre, viceconsejero de Régimen Jurídico del Ejecutivo autonómico, en el que se destaca que en otoño puede haber un repunte de los contagios por coronavirus y que "previsiblemente" julio será un mes apropiado para organizar una cita electoral que, admiten propios y extraños, se parecerá muy poco a cualquier otra cita electoral anterior.

Urkullu también aportó otros informes de carácter técnico que apuntalaban su teoría de organizar las elecciones en el próximo mes de julio, lo que a su vez permitiría conformar el nuevo Gobierno Vasco a lo largo del verano. Las encuestas realizadas hasta ahora coinciden en señalar que el PNV lograría una clara victoria y sumaría mayoría absoluta con sus actuales socios del PSE.

La mayoría de los sondeos se efectuaron de cara al 5 de abril, el día en el que tendría que haberse votado. Sin embargo, la crisis del coronavirus obligó tanto a Urkullu como al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, a retrasar las citas electorales en sus respectivas comunidades. Ahora se plantea una duda: hasta qué punto la crisis socioeconómica derivada de la emergencia sanitaria puede afectar en los resultados autonómicos.

"Iremos a la reunión del 14 de mayo a decir que este debate ahora no toca", afirmó el coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi, en un video difundido este lunes tras la reunión de la mesa política de la coalición soberanista. En tal sentido, anunció que llevará a la cita con Urkullu "un informe en términos sanitarios" que se contrapone a los presentados por el lehendakari.

En EH Bildu creen que no se dan las garantías "democráticas ni sanitarias" para llevar a cabo un proceso electoral. "No hay datos que digan si en julio habrá condiciones para hacer unas elecciones", señalan fuentes de la coalición abertzale.

Solo el PNV

La posición de EH Bildu es compartida por Elkarrekin Podemos-IU. "En la mesa, ningún partido político estaba por hacer elecciones excepto el PNV", afirmó este lunes la candidata de esta plataforma de izquierdas, Miren Gorrotxategi, en una entrevista en el programa "Euskadi Hoy" de Onda Vasca.

Urkullu tampoco ha encontrado aliados en el PP. "Desde el primer momento hemos exigido que unos hipotéticos comicios en julio cuenten con las garantías sanitarias y de legalidad democrática para su celebración, y corresponde al lehendakari demostrar que existen esas garantías", señalaron a Público fuentes de la formación conservadora.

En esa línea, calificaron el informe presentado por el mandatario vasco a la oposición como una "opinión de parte", al tiempo que indicaron que aún no ha habido ningún pronunciamiento sobre el Consejo Asesor de Enfermedades Infecciosas de Euskadi. Frente a ello, en el PP vasco –que se presenta en coalición con Ciudadanos– creen que Urkullu ya tiene la decisión tomada.

De hecho, la última palabra la tendrá el lehendakari, quien cuenta con la potestad suficiente para decidir cuándo serán las elecciones. Lo que no terminan de ver claro en las distintas sedes políticas es si lo hará a pesar de no despertar apoyos más allá de sus propias filas. El tiempo –no habrá demasiado si quiere convocar en julio– lo dirá.