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El órdago de Rivera devuelve 
a Rajoy toda la presión para
lograr la investidura

Los presidentes del PP y el de Ciudadanos concluyen a las once y media la reunión de más de una hora y media que han mantenido en el Congreso, la tercera que celebran para tratar de desbloquear las negociaciones para la formación de Gobierno.

El presidente del Gobierno en funciones y del PP, Mariano Rajoy (i), durante la reunión de hoy en el Congreso. EFE/Mariscal

JUAN ANTONIO BLAY 

MADRID.-  Los presidentes del PP, Mariano Rajoy, y el de Ciudadanos, Albert Rivera, han concluido a las once y media la reunión de más de una hora y media que han mantenido en el Congreso, la tercera que celebran para tratar de desbloquear las negociaciones para la formación de Gobierno. C's ha impuesto seis condiciones al PP para apoyar la investidura de Rajoy

Entre las seis condiciones de Ciudadanos está la de que ningún cargo público imputado ocupe puestos en el Ejecutivo o se siente en un escaño; la eliminación de los aforamientos; la entrada en vigor de una nueva ley electoral con mejor proporcionalidad, y acabar con los indultos por corrupción política.  También aboga C's por la limitación de mandatos a ocho años y por la creación de una comisión de investigación sobre la presunta financiación irregular del PP

Al igual que la semana pasada, en la que acordaron establecer un canal de comunicación permanente entre ambos, Rajoy y Rivera han posado sonrientes para las cámaras, se han dado la mano y se han sentado alrededor de una mesa sobre la que había papeles y dos copas con agua.

Vestidos con traje oscuro y camisa blanca los dos, pero Rajoy sin corbata, se les ha visto relajados mientras ocupaban sus asientos en una sala donde ya se han reunido en dos ocasiones con anterioridad.

El jefe del Ejecutivo en funciones ha llegado diez minutos antes de la hora prevista al Congreso, donde le esperaba el portavoz del PP, Rafael Hernando, que se ha mostrado optimista. Aunque ha pedido no adelantarse a los acontecimientos, ha recalcado que "Rajoy está dispuesto a ser presidente del Gobierno, porque es lo que han decidido los españoles en las urnas".

Por su parte, Rivera ha llegado a la Cámara baja a primera hora de la mañana y ha permanecido reunido en su despacho con miembros de su equipo hasta el momento del encuentro con Rajoy. Quizás de esta nueva reunión salga alguna fecha para el debate de investidura, sobre la que Rajoy aún no ha dado ninguna pista.

Las condiciones políticas planteadas este martes por el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, como elementos "sine qua non” para abrir una negociación con el PP ha trasladado sobre Mariano Rajoy toda la presión para sacar adelante la investidura como presidente del Gobierno del candidato de la formación conservadora. La nueva situación, además, se ha planteado desde el partido naranja a escasas horas de celebrarse el encuentro entre ambos dirigentes hoy martes en el Congreso de los Diputados.

Hasta el anuncio de Rivera toda la estrategia del PP ha estado concentrada en las últimas semanas en trasladar sobre el PSOE la presión para que cambiase su voto “no” a Rajoy por el de la abstención en base a razones de Estado y de “responsabilidad política” y permitir así la investidura del candidato conservador y la formación de un Gobierno tras ocho meses de interinidad. También, de forma más moderada, sobre el propio partido de Ciudadanos.

Pero con la aparición sorpresa de Rivera este martes el panorama ha sufrido un vuelco radical en medio de una dinámica que estaba presidida por una apatía generalizada, especialmente por parte del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.

Desde que recibió el encargo del jefe del Estado el pasado 28 de julio para someterse a la investidura en un pleno del Congreso de los Diputados, el aspirante del PP se ha limitado a mantener dos reuniones meramente formales, una con el propio Rivera y otra con el líder socialista, Pedro Sánchez. Ambas sin resultados, a tenor de las declaraciones de los interlocutores.

Nuevo panorama

“Es evidente que el encuentro entre Mariano Rajoy y Albert Rivera de este miércoles toma una nueva dimensión de cara a la negociación entre ambas formaciones políticas para lograr la investidura de nuestro candidato”. Con esta reflexión resumía un veterano diputado del PP, cercano a la cúpula del partido y de su grupo parlamentario, la impresión causada en el seno de la formación conservadora el desafío lanzado por Rivera.

“El 95% de las exigencias de Ciudadanos se aceptaron y se han llevado a la práctica”

Pero en el PP se valora especialmente el hecho de que, con estas condiciones expuestas por Rivera, el líder de la formación naranja “de hecho se aviene a abrir una negociación formal con Rajoy y el PP”, agregan otras fuentes parlamentarias consultadas por Público. “Hasta ahora era un panorama que no se vislumbraba”, insisten.

Es más, las primeras impresiones expuestas en el seno del PP son de un “moderado optimismo” por entender que “por fin” se abre un proceso negociador. “Ahora es momento de sentarse a hablar de los puntos comunes y coincidentes de los respectivos programas que importan a los ciudadanos, como siempre ha sostenido Mariano Rajoy”, se insiste en el PP.

Sin problemas a priori para aceptar las condiciones

En relación al contenido de las seis condiciones planteadas por Albert Rivera (Rajoy fue informado por el líder naranja momentos antes de su comparecencia ante los periodistas) desde el PP se estima que “no son un problema”. Y se pone como ejemplo la negociación entre PP y Ciudadanos que culminó con la investidura, hace ahora poco más de un año de Cristina Cifuentes como presidenta de la Comunidad de Madrid.
“El 95% de las exigencias de Ciudadanos se aceptaron y se han llevado a la práctica”, reiteran las citadas fuentes parlamentarias de la formación conservadora. Y apuntan que algunas de esas condiciones “no pueden ejecutarse de la noche a la mañana, como una nueva ley electoral o la eliminación de los aforamientos porque implican cambios legislativos muy profundos. Pero el compromiso es aceptable”, resumen.

En el caso de la separación de los cargos públicos investigados por casos de corrupción desde el PP creen que “no debe haber problemas; Cifuentes ha actuado con contundencia, dentro de lo que ha sido posible, en ese sentido ya que también se planteó desde Ciudadanos”, dicen en el PP. Y añaden: “Por parte de la formación naranja no ha habido quejas más allá de los tiempos, pero algunas medidas requieren plazos”.

En relación a casos concretos como el de la actual senadora territorial Rita Barberá, cuyo equipo de gobierno durante su mandato como alcaldesa de Valencia e encuentra investigado, se explica que “no está investigada judicialmente, tan solo ha prestado declaración como testigo en una causa; si lo fuera, ya se verá”.

El optimismo mostrado desde las filas del PP se fundamenta, sobre todo, en el hecho de que el planteamiento formulado por Albert Rivera abre un horizonte claro para un cambio del sentido de voto de la formación naranja en la sesión de investidura de Rajoy, cosa que hasta el momento no se vislumbraba en Ciudadanos.

“Consolidar un apoyo a Rajoy de 169 diputados, incluso 170, antes del debate de investidura cambia totalmente el escenario de posibles abstenciones de terceros”, sostienen en el PP en clara alusión al PSOE. Desde Ciudadanos se considera que “lo primero es que el PP y Rajoy acepten las condiciones”, explica a Público un dirigente del grupo parlamentario naranja.

Y como premisa inicial hay un asunto sobre el que hasta el momento ha habido silencio total en el entorno de Rajoy: fijar una fecha para la celebración del debate de investidura en una sesión plenaria del Congreso de los Diputados. Sin ese dato Rivera aseguró en su comparecencia que no arranca nada: “No se negocia con un no candidato”, afirmó. Esa es la primera incógnita que Rajoy, con la necesaria complicidad de su amiga y compañera Ana Pastor, presidenta del Congreso de los Diputados, debe despejar. La pelota, ahora sí, está definitivamente en el tejado de Mariano Rajoy.

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