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Pablo Iglesias, Xavier Domènech y Ester Capella defienden que las izquierdas coordinen una agenda común

Los dos políticos de la izquierda y la exconsellera republicana de Justícia analizan la situación política y plantean propuestas en un debate organizado por Sobiranies y 'Público'.

Debate del Institut Sobiranies y 'Público' sobre la democratización del Estado.
Debate del Institut Sobiranies y 'Público' sobre la democratización del Estado. MONTSE GIRALT

"¿Es posible democratizar al Estado?" Esta es la pregunta que ha presidido el debate que Sobiranies, con la colaboración de Público, ha organizado esta tarde en el Ateneu Barcelonès. El ex-vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias, el ex coordinador general de Catalunya En Comú Podem Xavier Domènech y la exconsellera de Justícia de la Generalitat Ester Capella, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), han dialogado en un debate presentado por la presidenta del Ateneu Barcelonès, Isona Passola i moderado por el responsable de política de Público, Sato Díaz. Tres intervenciones en las cuales los ponentes han coincidido en su diagnóstico sobre el mal estado de salud de la democracia en España y la propuesta de desarrollar una agenda compartida.

Pablo Iglesias ha sido el primero en intervenir. Lo ha hecho con un análisis histórico de la evolución del sistema de partidos en España, donde cuatro formaciones –el PSOE, el Partido Popular (PP), Convergència i Unió (CiU) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV)– asumían la responsabilidad de la dirección del Estado. "Esto funciona hasta cuando salta el sistema de partidos en España", afirmó Iglesias. La situación, a su juicio, ha ido polarizándose hasta el punto de que pronto podría gobernar "la ultraderecha y la ultra-ultraderecha", lo que básicamente "plantea un desafío a los consensos del Estado". De producirse este escenario, "podría haber un proceso de involución democrática como el que ha habido en Hungría y Polonia, incluso más agresivo teniendo en cuenta la judicatura, la radicalización derechista de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y los medios de comunicación".

La alternativa a esta situación es una coalición "Frankenstein", donde "estaría el PSOE, que nunca asumiría estos términos" y "nunca reconocería que quieren liderar un bloque histórico aliado con Unidas Podemos (UP), ERC, EH Bildu y el PNV". Sin embargo, estas fuerzas "están llamadas a ejercer la dirección del estado". Para reconocerlo, es necesario asumir "en el sentido de Poulantzas, que el Estado es un espacio de intervención, y eso", ha dicho en referencia a la posibilidad de un gobierno PP-Vox, "acabará pasando si estos actores no lo asumen". Y si no lo hacen pronto, "lo hará la derecha y la ultraderecha, que en buena medida dominan ya el Estado", a través de sus aparatos, remachó.

En el turno de preguntas, Iglesias ha defendido la coalición de gobierno con los socialistas, un ejecutivo del que no ha negado tensiones: "Nosotros no entramos en el gobierno para que el PSOE quisiera, sino porque se lo impusimos contra su voluntad". "Incluso contra una parte de la izquierda, algunos pensábamos: o entramos o estamos muertos", agregó. Pero "precisamente porque entramos ahora hay una figura política como Yolanda Díaz". Díaz, ha insistido Iglesias, "no existiría si no hubiéramos entrado en el gobierno". Iglesias ha definido a la ministra de Trabajo como una "política transversal que puede tener unos resultados que nunca hubiésemos obtenido de haber sido yo el candidato".

Constitución secuestrada

Capella ha empezado su intervención defendido el proyecto independentista como "democrático". En contra de las tendencia a aislarse de determinados sectores del independentismo, ha asegurado que "no nos es ajeno todo lo que ocurra en el Estado español", en particular "este proceso de involución que a lo largo de muchos años se ha ido gestando" y que afecta a varias leyes y libertades. Un proceso, ha señalado, que "seguramente el proceso de Catalunya ha acelerado".

La ex-consellera de Justícia ha lamentado cómo en este proceso "la violencia de la extrema derecha se ha multiplicado de una manera desvergonzada" en las "calles y villas de todo el Estado español, y en Catalunya también". Una situación que, unida al dominio de la derecha del poder judicial y a "la falta de coraje de una izquierda", en referencia desgarradora al PSOE, hace que "estemos ante un jaque a la democracia". "Las damnificadas cada vez somos más", ha apuntado Capella, que ha querido poner el énfasis en la crisis constitucional que se vive desde hace años en España: "El marco constitucional actual está obsoleto, la Constitución Española está agotada porque se lo ha apropiado la derecha y la extrema derecha".

La ex-consellera de Justícia Ester Capella durante el debate del Institut Sobiranies y 'Público' sobre la democratización del Estado.
La ex-consellera de Justícia Ester Capella durante el debate del Institut Sobiranies y 'Público' sobre la democratización del Estado. Montse Giralt


En este sentido, precisó cómo "estamos ante una interpretación perversa de la Constitución, que acaba haciendo imposible su reforma" y que hace "imposible el reconocimiento al derecho a la autodeterminación", pero "porque la han secuestrado, no porque no sea posible interpretarla en términos más democráticos".

Para Capella, "está en juego el futuro de la democracia en el Estado español", lo que "nos afecta directamente, como ciudadanos". "No debe ser indiferente lo que pase en el Estado español", ha reiterado. "Hablar de la democratización del estado es hablar de la amnistía y del reconocimiento del derecho a la autodeterminación", ha planteado Capella, quien, volviendo a Catalunya, ha asegurado que ahora habrá que ver "si las fuerzas políticas catalanas serán lo suficientemente valientes para mantener este embate".

El debate monarquía o república

"¿Debemos seguir manteniendo el gobierno del Estado cuando no están resolviéndose los problemas? Y de lo contrario, ¿cuál es la alternativa?", se ha preguntado Domènech al comienzo de su intervención. Respondiendo a la pregunta del acto, el antiguo coordinador general de Catalunya En Comú Podem ha bromeado diciendo que "en términos metafísicos, el Estado se puede democratizar", y que la pregunta debería ser si "se puede democratizar el Estado ahora, en esa situación".

Tras valorar los cambios ocurridos en la última década, Domènech ha valorado que "hay una reacción del Estado, muy evidente, del poder judicial y la monarquía española". El discurso del 3 de octubre de 2017 del rey Felipe VI es "una muestra" de esta reacción: "Supimos poco después de que el PSOE estaba en contra e incluso el PP no estaba a favor". "Hemos visto una reacción muy fuerte" que "se expresa en términos sociales, en términos de género y en términos democráticos", ha insistido Domènech.

Pablo Iglesias durante el debate del Institut Sobiranies y 'Público' sobre la democratización del Estado. MONTSE GIRALT
Pablo Iglesias durante el debate del Institut Sobiranies y 'Público' sobre la democratización del Estado. Montse Giralt

También se ha referido al discurso del 3-O Iglesias, quien en el turno de preguntas ha rememorado como "en las horas anteriores tuve un debate con Enric Juliana", a quien ha descrito como un "eurocomunista" que "considera la monarquía como un mal menor respecto a que no la hubiese". "Él estaba convencido de que el discurso de Felipe VI iba a ser empático hacia el pueblo catalán, que iba a decir algo que iba a sonar como empatía, que incluso podría hablar en catalán, una lengua que habla", ha relatado Iglesias. No fue así y el mensaje que dio es un mensaje "en el Estado y desde el Estado", una "intervención política". Ha añadido que durante aquellos días estaba en contacto telefónico con el entonces presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, y que el tono del rey "no era el tono que quería el presidente del gobierno".

"Este tono y contenido se decide en la Casa Real", indicó, y es lo que "acaba por convertir a Felipe VI en un significante con poder dentro del Estado para muchos sectores reaccionarios". Sobre el debate sobre la república, ha dicho que ésta "no puede ser sólo un significante identitario, que no es poco: debe ser una política de Estado". "No puede ser una política memorialística", remarcó, "debe ser un proyecto que hable de proyectos públicos, de sanidad, que hable de un Estado que es plurinacional, de soberanías compartidas".

Construir la alternativa

A continuación, Domènech ha vuelto a centrar el debate en la cuestión de si el Estado "es transformable o no", y, en este último caso, "qué hacer con el Estado". Incluso para aquellos "que creen que no se puede transformar el Estado", este paso es necesario en su opinión, ya que "si no lo transformas no podrás hacer muchas cosas". "El Estado es un campo de batalla, no es un actor que puedas obviar", ha explicado. Para "poder actuar" es necesario, "más allá de debates de todo tipo", desarrollar "algún tipo de agenda compartida".

El ex coordinador general de Catalunya En Comú Podem Xavier Domènech durante el debate del Institut Sobiranies y 'Público' sobre la democratización del Estado. — MONTSE GIRALT
El ex coordinador general de Catalunya En Comú Podem Xavier Domènech durante el debate del Institut Sobiranies y 'Público' sobre la democratización del Estado. Montse Giralt

Domènech ha reflexionado sobre la aparición de la España Vaciada, "que yo creo que va a entrar con un grupo propio, y va a plantear una nueva crisis territorial". El problema, en cualquier caso, es "la construcción de una alternativa al gobierno del PP-Vox". Ahora mismo "el PSOE sitúa al resto de actores ante una disyuntiva: o nosotros o PP-Vox y eso a largo plazo es insostenible". "No es sostenible porque si no existe una agenda compartida se nota demasiado que son mayorías forzadas y eso aumenta el campo de acción de la derecha", ha notado. Domènech considera que "hay una mayoría [política], pero en la medida en que no existe un horizonte de proyectos compartidos, acabamos reaccionando en la agenda de la derecha". Esto "situa las contradicciones en el campo transformador, no en el de la derecha, cuando debería ocurrir lo contrario". En este sentido, ha matizado que el "PSOE de Pedro Sánchez no es el de Zapatero, es un PSOE que necesita de otras muchas fuerzas y de muchos otros votos" y, por este motivo, "hacen falta alianzas, no sólo discutir leyes como el audiovisual, sino reformar las leyes orgánicas, como la del poder judicial". Y ha terminado con una advertencia: "O resistimos o perderemos".

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