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Elecciones en Madrid La participación en las elecciones del 4M se dispara más de 11 puntos, hasta el 69%

A las 19 horas había votado un 69,27% de los madrileños llamados a las urnas, aunque la movilización en las zonas obreras (determinante para una victoria del bloque progresista) se compensó con la altísima participación en las conservadoras.

Decenas de personas hacen cola para votar en el Colegio Público La Navata, a 4 de mayo de 2021, en Madrid (España).
Cola para votar en el colegio público La Navata en las elecciones a la Comunidad de Madrid del 4M. EP

La izquierda lo ha fiado todo en el 4M a la movilización de los votantes progresistas. Debía levantarlos del sillón —o, en un día laborable como este martes, sacar de su puesto de trabajo a quienes tiene empleo— para que la suma del PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos lograse desbancar al PP de la Comunidad de Madrid. A las siete de esta tarde, un 69,27% de los censados ya había votado, con lo que la participación se ha disparado un 11,4% respecto a las elecciones autonómicas de 2019, cuando el porcentaje se quedó en un 58,13%.

Al cierre de los colegios electorales, una hora después, las cifras oficiales de la Comunidad de Madrid ofrecían un récord de participación del 80,73%. Un 16,46% más que hace dos años y un 10,37% más que en 1995, hasta ahora los comicios más concurridos, cuyos resultados desbancaron del poder al socialista Joaquín Leguina y auparon al popular Alberto Ruiz-Gallardón. Los datos reflejados a continuación, no obstante, corresponden a los difundidos a las 19 horas, cuando la participación era más de once puntos inferior a la definitiva.

La zona azul compensa la movilización de la zona roja

Si nos atenemos a los porcentajes más altos de la capital, Moncloa-Aravaca superó el 74%, Chamartín y Fuencarral-El Pardo el 73%, Retiro el 72% y Chamberí, Salamanca y Hortaleza el 71%. Esa pujanza en los caladeros de la derecha ha amortiguado la movilización en los de la izquierda, pues solo Moratalaz superó el 70% y San Blas y Villa de Vallecas se quedaron en el 66%, mientras que Carabanchel y Puente de Vallecas no alcanzaron el 63%, algo que sí se produjo en Villaverde.

Resulta indicativo, por ejemplo, que Usera fuese con un 60,57% el distrito con menor participación y que Centro —el único donde ganó Más Madrid hace dos años— no pasase del 62,28%, entre nueve y doce puntos menos que los barrios conservadores.

En cuanto a las ciudades de peso, Pozuelo de Alarcón sobrepasó el 77%, Villaviciosa de Odón el 76% y Las Rozas, Majadahonda, y Torrelodones el 75%, un porcentaje que solo superó un feudo de la izquierda, Rivas-Vaciamadrid. En cambio, pese al aumento de la participación, Alcalá de Henares rozó el 68% y Parla no pasó del 65%, lo que da la medida de que la movilización roja —pese al incremento de un 15% en urbes como esta última— pierde en comparación con la azul, cuya inercia la había hecho anteriormente más presente en los colegios.

La esperanza de la participación… en las zonas obreras

La peregrinación en masa de votantes, antes de conocer su distribución por distritos y municipios, era tan deseado como necesario para la izquierda. Sin embargo, hay dos matices importantes que —a falta de que se efectúe el escrutinio— podrían no favorecer a PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos.

Por una parte, el bloque de progreso depositaba la esperanza de recuperar la Real Casa de Correos, sede de la Presidencia, en una mayor participación en los barrios y ciudades obreras. No obstante, pese a la subida, los porcentajes han sido dispares en los distritos del sur y del este de la capital, aunque el impulso en el cinturón rojo y el Corredor del Henares invitaba a no caer en el pesimismo.

Por otra, la participación en los distritos conservadores de la capital también ha aumentado y, lo que resulta más preocupante, se ha disparado en los municipios del este y del norte, con subidas destacadas.

La incógnita antes de conocer el resultado del escrutinio es si el empuje en los feudos de la izquierda será suficiente para inclinar la balanza a su favor, pero también si el ejercicio del derecho al voto en los bastiones de la derecha —con subidas más pronunciadas, sobre todo en las ciudades residenciales— compensará la movilización en las zonas obreras, donde no todo el voto tiene por qué pintar de rojo.

De la misma manera, cabe preguntarse si el aumento de la participación en territorios azules —y antaño también naranjas y verdes— responde solo a una mayor implicación del votante conservador o, por el contrario, si el elector progresista dormido ha salido de su hibernación.

Habrá que esperar a lo que dicten las urnas, pues a las 19 horas las papeletas de los madrileños —pese a las colas y esperas— acariciaron más el metacrilato que dos años atrás, pero surge la duda ante un hipotético mayor apoyo al PP, Vox y Ciudadanos —lo de Cs es un decir, aunque lo confirmará el escrutinio—. Sobre todo, en los barrios y ciudades conservadoras, pese a que en algunas localidades a priori parecía complicado, ya que en los resultados anteriores llegaron a superar el 60 y hasta el 70% de los votos, encabezados en las de mayor entidad por el PP.

Distritos obreros, cinturón rojo y Corredor del Henares

Vayamos a los territorios clave para que el bloque progresista logre darle un vuelco a las encuestas. En el sur de la capital, la subida de los porcentajes de participación han sido acusados en Puente de Vallecas (62,21%, más de diez puntos que en 2019), en Villaverde (63,50%, once puntos más) y en Usera (60,57%, diez puntos más). La diferencia entre las cifras ofrecidas a las 13 horas es abultada, quizás porque muchos votantes han ejercido su derecho tras salir del trabajo.

Así, por la mañana bajaba un punto en Villa de Vallecas, pero antes del cierre de los colegios remontaba (66,31%, más de diez puntos), lo mismo que ha sucedido en Carabanchel (62,43%, casi nueve puntos más). En el este de la capital, Moratalaz ha tenido una participación del 70,79% (más de nueve puntos que en 2019), seguido de Vicálvaro (69,03%, casi once puntos más), Ciudad Lineal (66,67%, más de ocho puntos) y San Blas (66,20%, casi diez puntos más).

El estímulo en estos distritos de Madrid se ha visto acompañado por el empuje del histórico cinturón rojo, dominado por el PSOE en las pasadas elecciones autonómicas. Así, Rivas-Vaciamadrid ha registrado un 75,11% (más de quince puntos que en 2019), Getafe (72,76%, más de trece puntos), Leganés (70,94%, más de doce puntos), Alcorcón (70,50%, once puntos más), Fuenlabrada un 70,29% (diecisiete puntos más que en 2019), Móstoles (69,36%, quince puntos más) y Parla (65,03%, quince puntos más).

En el Corredor del Henares, otro feudo clásico de la izquierda, la participación también parecía permitir soñar al bloque progre. En Coslada la participación ha sido del 73,37% (más de catorce puntos que en 2019), seguida de San Fernando de Henares (71,41%, casi doce puntos más), Mejorada del Campo (67,89%, más de trece puntos) , Torrejón de Ardoz (70,26%, casi trece puntos más) y Alcalá de Henares (67,82%, más de once puntos).

La participación sube en los distritos de derechas

En los distritos conservadores del centro de la capital, en los que se ubican los barrios nobles, la participación ha subido de manera clara en Chamberí (71,89%, casi diez puntos más), en Salamanca (71,42%, casi diez puntos más) y en Retiro (72,16%, casi ocho puntos más). En los distritos donde se ubica la city, zona de negocios tradicional, ha subido sobre todo en Chamartín (73,74%, más de diez puntos) y en el heterogéneo Tetuán (64,41%, casi diez puntos más).

En el distrito más al norte, Fuencarral-El Pardo (donde se ubican el barrio residencial de Montecarmelo o la nueva zona de negocios de Las Tablas), aumenta la participación hasta el 73,03% (casi once puntos más que en 2019).

En los distritos del noreste, donde Ciudadanos fue el partido más votado en 2011, también sube la participación. Es el caso de Barajas (70,80%, casi nueve puntos más) y de Hortaleza (71,06%, casi diez puntos más), con zonas antaño populares —no en el sentido genovés— y otras residenciales creadas en las dos últimas décadas, como Sanchinarro.

Un aumento pronunciado en el este y el norte conservador

Al norte de la capital, en poblaciones donde en 2019 ganó el PSOE pero las fuerzas conservadoras obtuvieron la mayoría de los votos, aumentó la participación significativamente. Valgan como ejemplos Tres Cantos (73,51%, casi nueve puntos más), Alcobendas (71,30%, casi catorce puntos más), San Sebastián de los Reyes (71,13%, casi catorce puntos más) y Colmenar Viejo (69,84%, más de trece puntos).

Al este de la capital, en localidades donde hace dos años venció el PP y arrasaron las derechas, subió la participación notablemente en Boadilla del Monte (78,69%, más de quince puntos), Pozuelo de Alarcón (77,08%, casi catorce puntos más), Villaviciosa de Odón (76,22%, casi quince puntos más), Majadahonda (75,84%, más de catorce puntos), Las Rozas (75,58%, más de catorce puntos) y Villanueva de la Cañada (72,61%, casi catorce puntos).

Del verde Vox de Valdemorillo al verde Más Madrid de Centro

Aunque con un peso menos significativo, pero con una gran carga simbólica, en Valdemorillo la participación subía a las 19 horas más de doce puntos, del 57,07% al 69,44%. Encarna el pequeño municipio con un voto tradicional al PP que sufrió fugas en las pasadas autonómicas hacia Cs y Vox, entonces tercera fuerza conservadora que se impondría en las generales, celebradas seis meses después. Los analistas interpretan que, tanto en esa localidad del este como en otras similares, ese voto ultra regresará al partido liderado por Isabel Díaz Ayuso, al igual que el de Cs.

En el extremo opuesto a Vox —con permiso de Unidas Podemos—, el termómetro de Más Madrid apuntaba hacia Centro, caladero de la formación de Mónica García y único distrito donde ganó el verde esperanza en las pasadas elecciones. Entonces, el PSOE fue el partido más votado en el suroeste (Latina y Carabanchel), en el sur (Arganzuela, Usera y Villaverde), en el sureste (Puente de Vallecas y Villa de Vallecas) y en el este (Ciudad Lineal, Moratalaz, San Blas-Canillejas y Vicálvaro), el cinturón rojo capitalino. A las 19 horas, en cambio, la participación en el corazón de la urbe era del 62,68%, seis puntos y medio más que en 2019.

Sea como fuere, el resultado oficial, una vez realizado el escrutinio, marchitará todos estos porcentajes y otorgará el protagonismo al partido ganador o que logre sumar una mayoría que le permita gobernar. Nos quedaremos, simplemente, con la anécdota del récord de participación y, sobre todo, con que la movilización del electorado no tiene por qué beneficiar a la izquierda.

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