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Partido Popular "Con experiencia y sin opción de mando", en el PP hay una generación olvidada por Casado

En el PP hasta ahora las cosas iban en progresión, uno iba poco a poco escalando pero ahora llegaron estos que son mucho más jóvenes y lo quieren todo", afirman una voz 'popular' en conversación con 'Público'.

El diputado José Antonio Bermúdez de Castro (i), el senador Fernando Martínez Maíllo (c) y el exportavoz popular, Rafael Hernando (d), conversan durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso. EFE/Mariscal

marta monforte jaén

El Congreso extraordinario en el que se eligió a Pablo Casado como sustituto de Mariano Rajoy provocó una brecha generacional en el PP. La nueva dirección —conformada por amigos y compañeros de Casado, que lo acompañaron en su trayectoria política— es mucho más joven que la de su predecesor. Lo que a priori podría resultar positivo, genera incomodidad en esa generación intermedia "que no ha tenido opción de mano y se queja porque está en óptimas condiciones por experiencia y ganas de pelear", apunta una voz con larga trayectoria en las filas 'populares' a Público.

El Comité de dirección lo conforman perfiles similares, por edad, al del líder del PP. El secretario general y número dos del partido, Teodoro García Egea, tiene 34 años, al igual que el recién nombrado vicesecretario de comunicación, Pablo Montesinos, 4 menos que Casado. El exnúmero tres de la formación y persona de la absoluta confianza del líder de los 'populares', Javier Maroto, tiene 47. La flamante portavoz del Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, tiene 44. Otro de los nuevos vicesecretarios, el exalcalde de Boadilla del Monte, Antonio González Terol, 41. Mientras que Jaime de Olano tiene 49. Del equipo de dirección solo hay dos personas que superen los 50 años —y por poco—: Ana Beltrán, vicresecretaria de organización, (53) e Isabel García Tejerina (51), exministra con Rajoy.

Voces en el partido consideran que "de la generación de Rajoy a la generación de Pablo se ha saltado una generación intermedia como mínimo", la que va de los 50 a los 60 años y que encuadra a perfiles tan dispares como el de Alfonso Alonso, presidente del PP vasco, Alberto Nuñez Feijóo, el presidente de la Xunta de Galicia, Rafael Hernando, exportavoz del PP en el Congreso, José Antonio Bermúdez de Castro, exsecretario General del Grupo Popular en la Cámara Baja, Fátima Báñez, exministra de Trabajo o Fernando Martínez Maillo, excoordinador general del PP, por citar algunos ejemplos.

Todos ellos continúan en las filas 'populares' —con mayor o menor responsabilidad— a excepción de Báñez, a la que recientemente se le ha intentado fichar de nuevo, sin éxito. El problema —explican a este diario fuentes del PP— no radica en que estos perfiles continúen, sino que están siendo "ninguneados" por la actual dirección, que "prefiere colocar a amigos en las listas antes de hacer caso a quien tiene una mayor experiencia y conoce mejor los territorios". 

"Los amigos de Alfonso Alonso no son los de Pablo Casado, igual que los de Feijóo tampoco. Esto causa muchísimos problemas. En el PP hasta ahora las cosas iban en progresión, uno iba poco a poco escalando pero ahora llegaron estos que son mucho más jóvenes y lo quieren todo", afirman las citadas fuentes.

"La experiencia siempre ha sido un valor en el PP"

En el PP somos gestores, esa es nuestra mejor baza y Pablo se equivocó en la anterior convocatoria electoral. Ni los toreros ni los tertulianos te dan ninguna fiabilidad", asegura una experimentada voz 'popular' a Público. "La experiencia siempre ha sido un valor en el PP —asegura— no podemos prescindir de ella".

En el 28-A Pablo Casado lo fió todo a una carta: la renovación. Solo repitieron 12 de los 52 cabezas de lista de 2016, lo que se tradujo en un 80% de caras nuevas. La nueva dirección creía que el problema de la "marca PP" erradicaba en lo asociado que estaba su partido a la corrupción, por lo que hicieron borrón y cuenta nueva con el pasado. 

Uno de los casos más evidentes fue el de Fernando Martínez Maillo, excoordinador general y diputado durante dos legislaturas. El zamorano apoyó la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría, pero tras ganar Casado las primarias fue nombrado portavoz adjunto del PP. Sin embargo, tras disolverse las Cortes y —contrariamente a lo que el diputado creía— la dirección le relegó al Senado. Pero las urnas les devolvieron el golpe: Maillo recibió 3.430 votos más que la candidatura que su propio partido presentó al Congreso.

A juicio de los más críticos, prescindir de estas personas más experimentadas provocó la desmovilización hacia el PP el 28-A. Algunos dirigentes territoriales —como Alfonso Alonso o Nuñez Feijóo— demandaban cierta autonomía en su organización política, teniendo en cuenta las "sensibilidades" y "realidades" de cada comunidad autónoma. También a la hora de realizar las listas. 

Sin embargo, la dirección del PP ha vuelto a ir por libre, lo que ha provocado problemas de cara a los 'populares' vascos. Pese a las reticencias que existían entre los miembros de esa formación en Bizkaia, la lista de ese territorio volverá a ser encabezada por Bea Fanjul— miembro de Nuevas Generaciones— la representante de Nuevas Generaciones que cuenta con el aval de Casado. Por su parte, la lista de Guipúzcoa volverá a estar encabezada por Iñigo Arcauz, un dirigente al que se llegó a acusar de captar dirigentes para Vox y con el que la otra cara visible del PP guipuzcoano, Borja Semper, mantiene grandes diferencias. 

En la anterior convocatoria electoral el PP no obtuvo ningún diputado en Euskadi. Maroto, entonces número uno por Araba, se quedó a apenas 400 votos de conseguirlo, pero finalmente cayó del lado de la formación EH Bildu.

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