María Dolores de Cospedal se encuentra en una de sus situaciones más complicadas desde que está en política. Tras saberse que ella y su marido pidieron a Villarejo que espiara a Javier Arenas, muchas voces dentro del Partido Popular quieren que abandone sus cargos institucionales y orgánicos. 

Dentro del PP consideran que la responsabilidad de su destitución recae en Pablo Casado, que tiene que enfrentarse a la persona que le ayudó a conseguir la Presidencia del partido en las primarias frente a Soraya Sáenz de Santamaría.

Muchas voces dentro del partido conservador están exigiendo a Casado la expulsión de Cospedal, para dar fe así de la renovación que, en teoría, se está produciendo dentro del partido. Como poco, se pide que le apliquen el código ético de la organización, informa la Cadena SER. 

El código ético del partido dicta que está prohibido "ofrecer a un funcionario público un favor o servicio con independencia de su valor económico". Villarejo, por aquel entonces, era comisario de la Policía.

En toda esta vorágine, Cospedal aseguró durante una entrevista este viernes que estaba "cumpliendo con su obligación" cuando contactó con Villarejo, algo que ha tensado aún más su presencia en el partido. Sin embargo, la exministra de Defensa habría pedido tiempo a Casado para poder pensar una estrategia para tener una salida digna del partido, informa El Mundo.

La próxima semana será clave en todo este conflicto interio, ya que es posible que desde moncloa.com salgan nuevos audios que comprometan aún más a Cospedal, lo que aumentaría la presión sobre Casado, que tarde o temprano tendrá que tomar una decisión sobre la que fuera secretaria general del Partido Popular.