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PP Aznar pide una "refundación" del PP para evitar ser "desahuciado" por Ciudadanos

El ex presidente del Gobierno, en su nuevo libro 'El futuro es hoy. España en el cambio de época', reflexiona sobre el estado de la democracia, analiza la situación política de Catalunya y arremete contra Podemos.

El expresidente del Gobierno José María Aznar. - EFE

EUROPA PRESS

El expresidente del Gobierno José María Aznar considera que el PP que lidera Pablo Casado tendrá que hacer frente a "una verdadera prueba de supervivencia" y el centro-derecha reformista deberá plantearse una "operación de refundación que vuelva a integrar lo que hoy se ha dispersado". Tras asegurar que un partido emergente como Ciudadanos tiene "un recorrido muy grande", aconseja al PP recuperar una "imagen reconocible" para no convertirse en un partido "desahuciado".

Así se recoge en su nuevo libro 'El futuro es hoy. España en el cambio de época' (Ediciones Península), en el que el actual presidente de FAES reflexiona sobre el estado de la democracia y expone sus propuestas para el futuro. Esta nueva obra de Aznar saldrá a la venta la próxima semana.

El exjefe del Ejecutivo fija las elecciones catalanas del 21 de diciembre de 2017 como el momento en que Ciudadanos "deja de ser un proyecto de partido bisagra" y se convierte "en un serio aspirante a partido de Gobierno con posibilidades de ocupar el espacio político del PP". En su opinión, no se trata de un fenómeno como el de la sustitución de UCD por Alianza Popular (AP) a partir de 1982 sino de un proceso más parecido a lo ocurrido con Emmanuel Macron en Francia.

"Un partido emergente como Ciudadanos tiene un recorrido grande, a menos que cometa errores que, por su trayectoria hasta ahora, deberían ser muy notorios"

Según Aznar, si la progresión de Cs se confirma, se va camino de una "recomposición sustancial del mapa político español". Por eso, cree que el PP, después de perder el Gobierno y entrar en un proceso de renovación de su liderazgo, tendrá que hacer frente a una "verdadera prueba de supervivencia y el centro-derecha reformista tendrá que plantearse, en todo caso, una operación de refundación que vuelva a integrar a lo que hoy se ha dispersado".

Aznar considera que el PP no va a "desaparecer", pero corre el riesgo de responder a una posible crisis electoral buscando refugio en sus territorios tradicionales más seguros, lo que equivaldría a una fragmentación del partido, según añade. A su entender, lo que se avista es una "fragmentación profunda" de ese espacio político y electoral y ese resultado podría dar lugar a la "centrifugación de la derecha que todavía no se ha producido".

"Un partido emergente como Ciudadanos tiene un recorrido grande, a menos que cometa errores que, por su trayectoria hasta ahora, deberían ser muy notorios. Y el PP, si evita el riesgo de centrifugación y recupera el dinamismo de su proyecto político con una imagen reconocible para el electorado, no es un partido desahuciado", sostiene Aznar.

El mandato de Rajoy

El expresidente del Gobierno explica que en 2003 tuvo la posibilidad de designar a quien "creía que mejor podía asumir la Presidencia del PP y la candidatura a la Presidencia del Gobierno". "Seguramente hoy no podría haberlo hecho", confiesa, para reconocer que ese "método" —designación a dedo— hoy "no es recomendable".

Eso sí, Aznar rechaza el sistema de primarias que ha comenzado a instalarse en los partidos. "¿Significa eso que tenga que haber un referéndum o unas primarias de esas que se llaman 'abiertas'?. No lo creo necesario ni recomendable, ni hay experiencias que lo aconsejen", agrega.

Tras recordar la "mayoría concluyente" que recibe Mariano Rajoy en 2011, un "cheque en blanco del electorado" para superar la crisis y recuperar el rumbo del país, Aznar subraya que "es verdad" que desde el punto de vista económico las cosas "han mejorado sustancialmente" y han "ido cicatrizando las consecuencias de la crisis", pero destaca que en el "ámbito político e institucional", "el balance es muy distinto".

Rajoy, Aznar. EFE

Los ex presidentes del Gobierno Mariano Rajoy y José María Aznar. EFE

"España no es un país corrupto"

"No existe un poder mafioso que haya llegado a condicionar al Estado en sus funciones esenciales, como sí ha ocurrido en otros países

En cuanto a la corrupción, Aznar admite que hay más corrupción. "¿Hay más corrupción o ésta se percibe de una manera más exigente? —se pregunta—. Creo que son ciertas las dos afirmaciones y es evidente que el problema de la corrupción está en el núcleo de la crisis de la política tal y como vivimos y la sentimos".

Eso sí, el exjefe del Ejecutivo cree que, aunque en España hay "corrupción, sin duda", "no es de por sí un país corrupto". "No existe un poder mafioso que haya llegado a condicionar al Estado en sus funciones esenciales, como sí ha ocurrido en otros países ni tiene elementos de corrupción estructural que parezcan hereditarios", expone en su libro.

Precisamente hace casi dos semanas, Aznar compareció ante la comisión del Congreso que investiga la supuesta financiación ilegal del PP, donde negó que exista una "caja b" en su partido y que cobrara u ordenara el pago de sobresueldos "ilegales" a dirigentes de la organización que presidió entre 1990 y 2004.

Podemos, "Populismo en versión española"

"Podemos carece de personalidades carismáticas y abunda, en cambio, en caracteres descaradamente picarescos"

Una vez más, el expresidente del Gobierno carga contra el populismo, que, en su opinión, convierta la democracia en "una cáscara vacía". En el caso de Podemos cree que "es solo una parte del populismo en versión española".

"Y es además una versión invertebrada, para tomar la expresión orteguiana. Con una dirección universitaria que recuerda superficialmente a la del PSOE salido del Congreso de Suresnes (pero de una universidad mucho más floja y devaluada intelectualmente que la de entonces), Podemos carece de personalidades carismáticas y abunda, en cambio, en caracteres descaradamente picarescos", manifiesta.

Tras repasar algunos de los problemas que afectan a Alemania, Reino Unido, Francia o Italia, Aznar cree que España en términos de comparación "sale ganando" si bien subraya que sus males radican en "la relativa debilidad institucional en algunos ámbitos" así como en el "desafío separatista" que le hace aparecer como "un país con un problema serio de integridad nacional".

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