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El PP dificulta el desbloqueo de la comisión de secretos oficiales y rechaza la presencia de Bildu

Aunque no hablan de "vetos", en Génova continúan los ataques a los partidos independentistas y considerarían "sorprendente" que la formación vasca entrase a la comisión. Es el mismo argumento tantas veces repetido por el PP de Pablo Casado. 

Alberto Núñez Feijóo se quita la mascarilla para presidir la reunión de la Junta Directiva del PP de Galicia, en el Hotel Eurostars San Lázaro, a 18 de abril de 2022.
Alberto Núñez Feijóo se quita la mascarilla para presidir la reunión de la Junta Directiva del PP de Galicia, en el Hotel Eurostars San Lázaro, a 18 de abril de 2022. Álvaro Ballesteros / Europa Press

La aparente enmienda de Alberto Núñez Feijóo al PP de Pablo Casado no incluye, de momento, el desbloqueo de la comisión de secretos oficiales. En la recién renovada Génova 13 tampoco quieren que EH Bildu forme parte de la comisión parlamentaria que podría explicar el espionaje a más de 60 líderes y activistas independentistas. "Concederle a Bildu, por ejemplo, información sobre secretos de Estado para aplacar un problema del Ejecutivo no nos parece el mejor camino", aseguró este lunes el vicesecretario económico del PP, Juan Bravo. El Partido Popular lleva toda la legislatura rechazando la entrada de las formaciones independentistas a la comisión.

La revelación del presunto espionaje político masivo al independentismo entre los años 2017, con un Gobierno presidido por Mariano Rajoy, y 2020 ha puesto sobre la mesa la urgencia de desbloquear la comisión parlamentaria de secretos oficiales para que la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, dé ahí explicaciones sobre el ya conocido como 'caso Pegasus'.

Esta comisión parlamentaria se denomina oficialmente Comisión de control de los créditos destinados a gastos reservados y sus deliberaciones son totalmente secretas. En ella se da cuenta sobre los secretos oficiales, el gasto clasificado o la actividad del CNI. El veto cruzado entre partidos la mantiene congelada y la última vez que se reunió fue el 3 de marzo de 2019. Es decir, el poder legislativo lleva más de tres años sin fiscalizar las operaciones del CNI o las partidas presupuestarias clasificadas como "gastos reservados".  Y en el PP no urgen su reinicio.

Para constituir la comisión cada representante necesita 210 votos, o lo que es lo mismo, una mayoría cualificada de tres quintos. Esta aritmética implica que sea imprescindible el apoyo tanto del PP como del PSOE para entrar a la comisión. Socialistas y populares tienen la llave.

Una cosa y la contraria

En Génova parecen estar de acuerdo con el Ejecutivo en que la comisión de secretos es la mejor vía para esclarecer cómo, cuándo y porqué se intervinieron presuntamente los teléfonos móviles de hasta 63 personas vinculadas al independentismo. "No hay mejor sitio para explicarle al resto de formaciones políticas cuál es la explicación de esa situación que se ha producido de espionaje", reconoció Juan Bravo.

Pero no a todas las formaciones. "No nos parece lógico que la comisión de secretos oficiales pueda ser el mecanismo con el que el Gobierno pretenda desactivar el malestar puntual con sus socios parlamentarios", había dicho pocos minutos antes el vicesecretario económico de los populares en una rueda de prensa convocada tras reunión del comité de dirección de Alberto Núñez Feijóo. "Que Bildu esté en la comisión de secretos oficiales cuanto menos sorprende".

Fuentes de Génova aseguran en cambio que la mentada comisión parlamentaria "no es un órgano de representación de partidos políticos". El PP de Feijóo se escuda en la ambigüedad pero, aunque con menos rotundidad y espíritu de confrontación que Pablo Casado, mantienen su rechazo a la entrada del independentismo vasco en la comisión. "El PSOE debe verbalizar si le parece bien que partidos que combaten al Estado conozcan los secretos que ese mismo Estado tiene para intentar evitar los ataques que pueda recibir", dijo Bravo. Aunque en Génova evitan aclarar si votarían a favor del candidato de EH Bildu, estas declaraciones no allanan el terreno para el desbloqueo.

Si el acuerdo político no llega, existe otra vía para poner en marcha la comisión después de tres años. Meritxell Batet, presidenta de la Cámara Baja, podría modificar la resolución de 2004 que rige el funcionamiento de la misma necesitando solo el "parecer favorable" de la Mesa del Congreso, controlada por PSOE y Unidas Podemos, y de la Junta de Portavoces, para rebajar la mayoría de tres quintos.

En el PP tienen la mirada puesta en esta posibilidad. Fuentes del partido insisten en que en el Gobierno "no dependen de nosotros" para desbloquear la comisión de esta forma. Aunque están conformes con la normativa vigente, en la planta más noble de Génova lanzan un órdago a Sánchez para que sea Batet quien fuerce el desbloqueo de la comisión de secretos oficiales bajo uno de los mantras más repetidos por Pablo Casado: con el nacionalismo no. 

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