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El PP saca su reforma del aborto frente a casi toda la oposición

Finalmente hubo una fuga de voto en el grupo parlamentario popular aunque los conocidos diputados “pro vida” se ausentaron y otros cedieron a la presión de la dirección del partido. El PP justifica su iniciativa por “alarma social”. La anécdota en la votación fue la equivocación de Pedro Sánchez que votó “si” a la iniciativa de los populares

La vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos (i), conversa con su compañera de partido, la diputada y exministra de Sanidad Ana Mato.- EFE

JUAN ANTONIO BLAY

Las mayorías absolutas parlamentarias tienen la peculiaridad de que el resultado de las votaciones tras cualquier debate legislativo es conocido de antemano. Con la reforma de la actual ley del aborto, vigente desde 2010, propiciada por el Gobierno conservador de Mariano Rajoy ha pasado eso: la proposición de ley del grupo parlamentario popular ha superado el listón en el Congreso de los Diputados sin ningún problema.

La modificación legislativa que se inicia ahora elimina el apartado cuarto del artículo 13 de la “ley Aído” que permite que las jóvenes de 16 y 17 años, aun siendo legalmente menores de edad, puedan abortar sin el conocimiento de sus padres o tutores en el caso de que exista conflicto con ellos.

“Se prescindirá de esta información cuando la menor alegue fundadamente que esto le provocará un conflicto grave, manifestado en el peligro cierto de violencia intrafamiliar, amenazas, coacciones, malos tratos, o se produzca una situación de desarraigo o desamparo”, afirma el texto que se elimina.
La toma en consideración de la proposición de ley del grupo parlamentario popular fue aprobada por 184 votos a favor, 135 en contra y 4 abstenciones. En la bancada popular ha habido un voto negativo, el de la diputada madrileña Eva Durán quien, según fuentes parlamentarias, ha votado conscientemente en contra de las directrices de su grupo.

En la bancada popular ha habido un voto negativo, el de la diputada madrileña Eva Durán

La anécdota de la votación la ha protagonizado el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien por equivocación ha presionado el botón del voto “sí” cuando el presidente Posada ha abierto el tiempo de la votación de esta polémica proposición de ley de la formación conservadora. Evidentemente su voto se ha sumado a los de la bancada popular.

A partir de ahora la iniciativa del PP tendrá una tramitación rápida en la Cámara baja – apenas tiene dos artículos y tres disposiciones finales – antes de pasar al Senado, cámara en la que el PP también tiene mayoría absoluta suficiente para dar luz verde a la reforma con carácter prioritario.

En la votación ni siquiera ha podido contrastarse si existía “disidencia” interna en el monolítico grupo del PP. Los diputados “pro vida”, al menos tres – José Eugenio Azpiroz, Lourdes Méndez, y Javier Puente – no han participado en la votación. Tampoco ha habido presencia del Gobierno durante el debate de esta iniciativa; ni siquiera del ministro de Justicia. En el momento de la votación sí han estado presentes la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y los ministros Montoro, Fernández Díaz, Pastor y Alonso.

Eso sí, tanto Azpiroz como Méndez, dos diputados que no han destacado a lo largo de la legislatura por la intensidad de su trabajo legislativo o por sus iniciativas, han reclamado unos minutos de gloria ante los medios de comunicación. Un tiempo que han dedicado a tomar el pelo a los periodistas al reiterar su posición ideológica en contra del aborto y asegurar, al filo de las cinco de la tarde, que todavía no habían tomado una decisión sobre el sentido de su voto.

Para eliminar todo tipo de dudas el portavoz del grupo, Rafael Hernando, había asegurado horas antes, con toda rotundidad, que no habría fuga de votos, es decir luces rojas en el mar de luces verdes en el marcador de las votaciones. Para que ello fuese así, dijo, se había empleado “a fondo”. “He convencido a varios diputados”. ¿Cuántos? “A varios”. ¿Con qué argumentos? “Con los míos, suficientes”. Se explicó de esa forma con una ligera sonrisa en conversación informal con los periodistas.

La anécdota de la votación la ha protagonizado el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien por equivocación ha presionado el botón del voto “sí”

El debate no ha aportado nada que no se conociese con anterioridad. El grupo proponente, a través de su portavoz en este asunto, la diputada coruñesa Maite González, ha justificado la iniciativa por la “falta de consenso” que se produjo en el debate hace cinco años cuando se aprobó la ley – con el respaldo de cinco grupo políticos – y, sobre todo, por “la alarma social” en la ciudadanía al hacer posible “que las adolescentes pudiesen abortar sin el conocimiento de sus padres”.

La diputada socialista Carmen Montón, en el turno en contra, ha asegurado que la reforma se produce “a espaldas de los ciudadanos, por la puerta de atrás y de forma cobarde porque ningún ministro ha querido hacerse responsable de esta iniciativa”. Montón ha refutado el argumento de la alarma social al asegurar que “tras cinco años de vigencia de esta ley no hay ninguna constancia de alarma en la sociedad española, salvo las generadas por las presiones internas en su partido y desde la Conferencia Episcopal”.

El resto de la oposición, salvo los seis miembros de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), una de las dos formaciones de CiU, y otros dos diputados, de UPN y de Foro Asturias, no ha estado al lado de los populares. “Reforma indecente por un puñado de votos”, según Joan Baldoví (Compromís), “una reforma electoralista bochornosa”, en palabras de Carlos Martínez Gorriarán (UPyD), “es una limitación intolerable de la libertad de las mujeres, en opinión de Joan Tardá (ERC), han sido algunas de las expresiones escuchadas en el debate.

Ascensión de las Heras, de La Izquierda Plural, ha explicado que la reforma responde a “posiciones reaccionarias que el PP oculta a los ciudadanos. Se presenta sin argumentos justificados, solo por razones ideológicas, utilizando el cuerpo de las mujeres como moneda de cambio de forma electoralista y reaccionaria. No vamos a permitir ni un paso atrás en esta ley”.

En CiU ha vuelto a reproducirse la división que ya hubo en 2010. Por una parte, los seis parlamentarios democristianos de Uniò votando a favor; por otra, los diez liberales de Convergència pronunciándose en contra de la proposición de ley del grupo popular. Concepció Tarruella, de UDC, ha justificado “por coherencia ideológica” su apoyo. Lourdes Ciuró, en tono vehemente, ha asegurado que desde en su formación “no estamos dispuestos a entrar en las contradicciones internas que manifiestan y que responden a conflictos ideológicos sin resolver dentro el PP. No vamos a ser cómplices”.

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