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El PP se opone, una vez más, a elevar el control sobre Rajoy en el Congreso

El socialista Madina afirma que 'estamos en la legislatura de los vetos' y el popular Astarloa considera que 'lo único que quieren es desgastar al Gobierno como sea'

JUAN ANTONIO BLAY

Nada nuevo bajo la vidriera de la cúpula del Hemiciclo del Congreso de los Diputados al inicio del nuevo periodo de sesiones. El grupo parlamentario popular, con rostros visiblemente relajados tras el periodo estival, ha regresado al tajo igual que lo acabó: poniendo encima de la mesa su mayoría absoluta para vetar todo aquello que no sea de su complacencia. Así ha sido esta tarde en el pleno de la cámara al rechazar de plano una iniciativa del grupo socialista que pretendía aumentar el control parlamentario sobre la figura del presidente del Gobierno.

Y no se trataba de una medida revolucionaria, precisamente. Más bien era una iniciativa modesta: la modificación de la norma por la que se rige la institución establecía que el presidente del Gobierno debería comparecer ante un pleno extraordinario de la Cámara baja siempre y cuando lo solicitara la totalidad de los grupos de la oposición. Un cambio sustancial, sin duda, en relación a la situación actual en la que el presidente del Ejecutivo no está obligado a comparecer; ahora bien, para ser efectivoa la reforma debería ponerse de acuerdo toda la oposición, lo cual no siempre es fácil.

Ahora, el presidente del Gobierno tan solo lo hace cuando el propio Ejecutivo comunica a la cámara el momento de celebrar el debate sobre el estado de la nación; ni siquiera si se presenta una moción de censura el presidente en ejercicio está obligado a intervenir ni siquiera a estar presente. Incuso en las semanales sesiones de control del Congreso, tres al mes, puede ausentarse si  lo justifica 'por motivos de agenda', como ha ocurrido en no pocas ocasiones al margen del color político del inquilino del Palacio de la Moncloa.

El portavoz del grupo socialista en este debate, Eduardo Madina, ha justificado su iniciativa en base a que 'esta legislatura se está convirtiendo en la de los vetos. El día 1 de agosto el presidente Rajoy acudió a esta cámara forzado y lo hizo para mentir', ha dicho sin levantar el tono de voz, como es habitual en él. Y ha añadido: 'La última broma ha sido negar la celebración de un pleno extraordinario para conocer qué ha firmado el Gobierno sobre Siria. Aquí nadie explica nada sobre Siria, no sabemos qué ha formado el Gobierno y seguramente ni el propio Gobierno lo sabe'. Madina ha acabado su intervención con dos mensajes directos para el PP. 'El miedo no es buen compañero en política y, como saben, no se está siempre en el Gobierno', ha dicho.

El resto de grupos de la oposición ha apoyado la iniciativa, en algunos casos con matices como ERC y La Izquierda Plural, que han echado en cara al grupo socialista que esa reforma no se hiciera durante las dos anteriores legislaturas con mayoría socialista. Tardá ha recordado el fracaso de la reforma del reglamento durante la presidencia de Manuel Marín en el Congreso 'por no querer reconocer los derechos lingüísticos de catalanes, vascos y gallegos', mientras que el aragonesista Yuste ha calificado la iniciativa de 'parcheo'.

Sin duda el apoyo más explícito ha sido el de Rosa Díez, portavoz de UPyD, quien ha calificado de 'desprecio olímpico' la actitud de los populares en esta legislatura hacia las iniciativas que no surgen de sus filas. 'Desde que están en el Gobierno ustedes han vetado 47 de las 58 peticiones de comparecencia del presidente Rajoy. Algo está ocurriendo', ha añadido, 'porque la situación puede describirse como una democracia en minúsculas y además entre comillas'. La portavoz de Ciu, Montserrat Sourroca, también ha respaldado la iniciativa, así como los representantes del grupo mixto Baldiví (Compromís) y Fernández (BNG).

El portavoz popular, Ignacio Astarloa, un veterano parlamentario y ex secretario general de la Cámara baja durante muchos años, ha acusado a los socialistas de pretender hacer 'un uso partidista del reglamento', lo que, según sus palabras, es muy grave. 'De lo que se trata es de dañar al Gobierno, con lo que sea', ha añadido. Su principal argumento para estar en contra de la iniciativa de los socialistas lo ha sostenido en el hecho de que 'la iniciativa propone que las comparecencias las señale la minoría y no la mayoría. Pues eso no es así, señores socialistas'. Tras adjudicar a la bancada socialista la autoría 'genuina' del concepto del rodillo, ha justificado su rechazo a la propuesta 'por España, la Constitución y los españoles'. Y ya no ha añadido nada más.

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