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Precampaña La batalla entre Casado y Rivera por ver quién defiende más el español 

PP y Ciudadanos están inmersos en plena precampaña. Conscientes de que se disputan un espacio político similar, y de que su posición respecto a Catalunya es decisiva para ganar votos, tratan de demostrar a su electorado que actuarán "con firmeza" para "atajar el problema catalán", en sus palabras.

Albert Rivera y Pablo Casado en una imagen de archivo. EFE

PP y Ciudadanos están inmersos en plena precampaña. Conscientes de que se disputan un espacio político similar, y de que su posición respecto a Catalunya es decisiva para ganar votos, —el procés acaparará muchos de los titulares y será utilizado como argumento por parte de Casado y Rivera para atacar a Pedro Sánchez— tratan de demostrar a su electorado que actuarán "con firmeza" para "atajar el problema catalán", en sus palabras. 

En el caso de los 'populares', voces dentro y fuera del partido consideran que el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue demasiado "blando" al aplicar el artículo 155 y que eso les penaliza en las encuestas. "Nos dejaron el partido con 50 escaños tras la marcha de Rajoy" aducen fuentes de la dirección estatal. Consideran que el auge de Vox se debe, en parte, a este motivo. "Tenemos que recuperar a ese votante, convencerles de que nadie va a defender la unidad de España mejor que el PP", subrayan desde Génova. 

Los de Rivera libran otra batalla, convencer al votante que depositó su confianza en Inés Arrimadas —tanto como para darle la victoria en las autonómicas de 2017— de que ese voto no se "perdió" después de que la portavoz de Ciudadanos no intentase ser investida y descartara hacer la ronda de contactos. Arrimadas se colocó, cómodamente, como líder de la oposición y algunos votantes sintieron que ese voto había sido "inútil". 

En las estimaciones electorales del gabinete demoscópico Key Data para 'Público', efectuadas durante enero y febrero, la suma de PP+Ciudadanos+Vox se ha reducido en 420.000 votantes

Ahora Rivera y Casado se miden en las elecciones generales, una decisión que Pedro Sánchez tomó con la intención de movilizar a los votantes socialistas, asustados por la victoria derechista en Andalucía y el meteórico despegue electoral de Vox. En las estimaciones electorales del gabinete demoscópico Key Data para Público, efectuadas durante enero y febrero, la suma de PP+Ciudadanos+Vox se ha reducido en 420.000 votantes. 

Estas perspectivas electorales no han sentado bien en el PP. Casado, en rueda de prensa después de que la Cámara Baja rechazara tramitar los Presupuestos Generales del Estado, apostó por ofrecer un "frente común" —reeditando el pacto 'a la andaluza' con Ciudadanos y Vox— frente al "separatismo y al populismo" en las elecciones generales. Ahora, los 'populares' temen que ese bloque no sume y culpan a Rivera de la caída de voto de su formación. 

En Ciudadanos, por su parte, conscientes de que en estas elecciones se juegan mucho, intentarán dar el sorpasso al PP para liderar la oposición a Sánchez. "Es ahora o nunca", defienden desde el partido. Por ese motivo, Inés Arrimadas dejará Catalunya para concurrir a las primarias al Congreso por Barcelona, y es la razón de los fichajes de Rivera a expoliticos de PP y PSOE como Silvia Clemente, José Ramón Bauzá, Joan Mesquida y Celestino Corbacho. 

Rivera culpa al PP del "adoctrinamiento en Catalunya"

La pasada semana, Albert Rivera, durante una reunión del grupo parlamentario de Ciudadanos en el Congreso, criticó al PP por "permitir durante años el adoctrinamiento nacionalista", e hizo alusión al Pacto del Majestic, firmado por CiU  y el PP de Aznar en 1996, que permitió "que la inmersión lingüística obligatoria se impusiera al bilingüismo en Catalunya". 

Durante su intervención, Rivera anunció que si gobernaban, "la lengua común de España, el español, va a ser lengua vehicular en todos los colegios de España. Lo va a ser, y a quien no le guste, que se aguante", afirmó. El líder de Ciudadanos se contradijo poco después, al subrayar que quiere implantar un modelo con dos lenguas vehiculares (español e inglés) en las regiones con una sola lengua oficial, y tres (español, inglés y lengua regional) en el resto. 

Pablo Casado le ha devuelto el dardo a Rivera esta misma semana y ha asegurado que incorporará a su programa electoral una ley de lenguas para que el castellano sea vehicular en las escuelas de toda España; se señalice en esta lengua las zonas urbanas e interurbanas, y que las lenguas cooficiales sean "mérito pero no un requisito excluyente" en la convocatoria de oposición a empleo público.

El líder del PP ha concretado que la norma que plantean los 'populares' también incluye que el castellano se pueda usar en todas las comunicaciones públicas en el entorno administrativo: "Que esas comunicaciones administrativas sean obligatoriamente en castellano y en otra lengua cooficial en las comunidades donde las tengan. Pero tiene que ser en castellano. Por lo tanto, ningún español va a ser sancionado si no se le comunica en la lengua común de todos los españoles".

El Gobierno les responde: "El castellano ya es lengua vehicular en las escuelas españolas"

La ministra de Educación y Portavoz, Isabel Celaá en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. (JAVIER LIZÓN | EFE)

La ministra de Educación y Portavoz, Isabel Celaá en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. (JAVIER LIZÓN | EFE)

La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, ha asegurado este viernes que "el castellano ya es lengua vehicular en las escuelas españolas", en respuesta a las propuestas de Casado y Rivera.

El castellano es lengua vehicular en la escuela vasca, y en Catalunya también, porque se estudia en catalán pero también el castellano es lengua vehicular en algunas materias y algunos niveles", ha defendido Celaá en una entrevista a Europa Press, en la que niega que el castellano esté "discriminado". "Es la lengua prevalente en la vida económica, social y artística de España. Lo hablan 580 millones de personas en todo el mundo. No está en ningún riesgo de exclusión o discriminación", ha zanjado. 

Sobre la propuesta de Casado, Celaá considera que el PP "ha estado siete años gobernando y no ha incorporado ningún cambio en la escuela catalana", y ante la propuesta de Rivera recuerda que la medida que plantea supondría un cambio constitucional y legislativo de magnitud.

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