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Precampaña electoral El PSOE pasa de la lucha en el barro... al spa

Dos años y 364 días después del Comité Federal que derrocó a Pedro Sánchez, los socialistas se deshacen en "loas" a su líder, sin ninguna autocrítica por la repetición de elecciones, ni por no haber llegado a un acuerdo con Unidas Podemos

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez reúne a su Comité Federal.- EFE

“Guerra abierta en el PSOE”, “La batalla decisiva”, “Ferraz pide más seguridad ante posible altercados”, eran algunos de los titulares que llevaban en portada la Prensa el 1 de octubre de 2016, vaticinando el desarrollo del Comité Federal que se iba a celebrar ese día y que acabó con la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE.

Pero dos años y 364 días después nadie recuerda aquel PSOE “dividido y derrotado” -como lo describía al día siguiente El País- y, ahora, en torno al liderazgo de Pedro Sánchez, hay un partido entregado, complaciente y casi sumiso, como se pudo comprobar este sábado en el Comité Federal.

“Todo fueron loas”, fue la respuesta de un miembro del Comité Federal para resumir las intervenciones a puerta cerrada de los distintos dirigentes territoriales. Ni una autocrítica por la repetición de elecciones, ni por el hecho de no conseguir un acuerdo con Unidas Podemos, dándose la paradoja de que mientras la formación de Pablo Iglesias se rompe por los cuatro costados, en el PSOE hay más unidad interna que nunca.

A la reunión, la presidenta andaluza, Susana Díaz no acudió por “motivos personales”, según explicó Juan Cornejo. Y tampoco estuvo el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page. Pero ninguna de las ausencias, de dos dirigentes que tuvieron un protagonismo clave el 1 de octubre de 2016 para derrocar a Sánchez, se puede interpretar ahora como un gesto de discrepancia con el líder socialista.

Lambán: "Vamos a entregarnos en cuerpo y alma a estas elecciones"

Sí acudió el presidente de Aragón, Javier Lambán, -en su día también en el sector crítico- pero sus declaraciones despejaron todo atisbo de desavenencia: “Vamos a entregarnos en cuerpo y alma en esta campaña”, dijo; a la vez que aplaudía la apuesta de Sánchez por hacer un discurso en positivo y sin más reproches sobre lo ocurrido estos meses.

Todo este ambiente complaciente llevó a que fuese una de las reuniones del máximo órgano entre Congresos del PSOE más cortas que se recuerdan, y apenas hubo dos horas de intervenciones tras el discurso del secretario general.

Alguna fuentes consultadas justificaban este cierre de filas por la trascendencia de las elecciones del 10-N, advirtiendo de que el PSOE se juega mucho y que no está tan claro que pueda alcanzar esa “mayoría suficiente y clara” que reclama Sánchez para acabar con el bloqueo institucional, no depender de los independentistas catalanes y poder hacer un Gobierno cohesionado.

Sin embargo, los más veteranos del lugar recordaban que, en su día, en el Comité Federal estaba prohibido hablar bien del secretario general, y que este sábado todos se habían saltado aquella vieja norma del guerrismo.

Y es que los comités federales del PSOE ya no son lo que fueron y, como se oía este sábado en Ferraz, -según apuntó en un tuit la periodista May Mariño-, estas reuniones han pasado de ser una “lucha en el barro”, como hace tres años, a un spa.

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