Los presupuestos de la Generalitat encallan entre el Hard Rock y las estrategias políticas de final de legislatura
ERC negocia las últimas cuentas del Govern de Aragonès con la dificultad de las exigencias contrapuestas de los grupos con vista puesta en unas posibles elecciones.
Barcelona-Actualizado a
El Govern de Esquerra Republicana afronta con considerables dificultades la aprobación de los que -con toda seguridad- serían, si consiguen la luz verde del Parlament, los últimos presupuestos de Pere Aragonès como president de la Generalitat en la actual legislatura. Si bien es cierto que las elecciones en Catalunya tocarían en febrero de 2025, cada vez coge más peso la posibilidad de un "avance técnico" de unos pocos meses. Y en cualquier caso la proximidad de las elecciones no permitirá afrontar con sosiego la negociación de unos presupuestos a finales del año que viene. Por tanto las de 2024 se prevén como las últimas cuentas de la legislatura.
Pero está por ver si los presupuestos del año que viene se materializan en una negociación que puede definirse como lenta y dispersa. El Govern se muestra determinado a conseguirlo a pesar de la exigua fuerza en el Parlament del Consell Executiu, con el apoyo asegurado de solo los 33 diputados de Esquerra. Lejos de los 68 de la mayoría absoluta necesaria.
A día de hoy, todas las fuentes consultadas de los diversos partidos implicados en la negociación –ERC, Junts, PSC, CUP y comuns- indican que los presupuestos para 2024 se encuentran embarrancados en los escollos que plantean las estrategias políticas de los partidos para el final de legislatura. Y las cuentas tendrán muy difícil llegar a buen puerto, con el proyecto del centro turístico Hard Rock como ariete y caballo de batalla que puede suponer el torpedo definitivo.
Las últimas cuentas de la legislatura
Así las cosas, ERC negocia las últimas cuentas del Govern de Aragonès de esta legislatura con un PSC predispuesto al acuerdo aunque exigiendo el cumplimiento de acuerdos, y con los comuns, la CUP y Junts con exigencias contrapuestas. Para el Govern, la cuestión es únicamente de voluntad política y espera que se acaben aprobando.
La consellera de Economia i Hisenda, Natàlia Mas Guix, asegura que la negociación de los presupuestos para 2024 da pasos adelante con los grupos políticos: "Todo avanza correctamente y espero que podamos tener un acuerdo lo antes posible". Pero no es lo que cuentan desde la oposición. Según Mas Guix, "el trabajo técnico está hecho" y ahora toca encaminar las negociaciones políticas. La consellera dice que están buscando un acuerdo "amplio" para aprovechar un crecimiento "notable" de recursos que comportarán las cuentas. La oposición, por su parte, dice todo lo contrario.
Fuentes de la dirección del PSC reconocen la predisposición a pactar las nuevas cuentas aunque advierten que "el Govern debe cumplir al menos "con algunas" de las principales cuestiones contempladas en el acuerdo de los presupuestos pasados". El proyecto de la autovía B-40, desencallar el proyecto del gran centro turístico y de casinos Hard Rock y la ampliación del aeropuerto del Prat, son los tres ejes básicos que los socialistas exigen. Desde el PSC admiten que no se va a cumplir con toda la lista del acuerdo pasado, pero quieren una cierta visualización de avance en estos tres puntos fundamentales.
La oposición se muestra pesimista
Y las fuentes consultadas del resto de grupos parlamentarios no se muestran muy optimistas. Los comuns alegan también incumplimientos por parte del Govern en el pasado acuerdo con ellos, especialmente en materia de sanidad. Y sobre todo ponen como línea roja, para pactar las nuevas cuentas, cualquier paso que se dé para la materialización del Hard Rock.
Desde ERC se asegura que se están cumpliendo todos los compromisos y critican la posición de los comuns: "No es coherente que el año pasado llegáramos a un acuerdo y este no. Porque con el Hard Rock estamos en el mismo punto y no es el de decidir sí o no al proyecto. Este proyecto está ya en tramitación y debe seguir y cumplir los trámites pertinentes aunque no es lo que defiende ERC y la exigencia es del PSC". En cambio fuentes socialistas acusan al Govern de mantener paralizado administrativamente el Hard Rock "porque no hay un interés real a hacerlo posible", pero recuerdan que "hay un compromiso vigente".
Por su parte, la CUP y Junts también son formaciones muy críticas con las políticas del Govern y no parecen estar por la labor de acordar presupuestos. Las dos formaciones se muestran abiertos a la negociación, pero desde Junts admiten que será difícil que acaben apoyando unos presupuestos de un Govern del cual salieron hace un año y consideran "totalmente amortizado". Algunas fuentes de la negociación presupuestaria admiten que podría ser complicado vencer las dinámicas de final de legislatura ya que algunas fuerzas políticas miran ya hacia unas elecciones catalanas que muchos sitúan en el próximo noviembre. "Hay una cierta estrategia de desgastar el Govern y no salir en una foto de pacto para poder pugnar por parte de la cartera electoral de Esquerra", apuntan estas fuentes.
Para la líder d'En Comú Podem, Jessica Albiach, "en plena sequía el Govern no cierra la puerta a proyectos que son propios de negacionistas climáticos como el Hard Rock" y añade que "nosotros nos entestamos en conseguir el mayor presupuesto de sanidad de la historia y no se están cumpliendo los acuerdos ya que no se ha desplegado lo relativo a la salud bucodental y solo han puesto tres dentistas para toda Catalunya. Ni tampoco con el compromiso que la espera para la atención del médico de cabecera sea de 5 días como máximo o han reducido servicios con la concentración pediátrica".
En cuanto a la CUP, aseguran mostrarse abiertos a negociar los presupuestos pero acusan al Govern de no tener interés. Admiten una primera reunión "genérica" y critican la falta de convocatorias para una segunda reunión y ninguna respuesta al documento "de mínimos" que aseguran haber hecho llegar a la consellera Natàlia Mas. Con propuestas sobre "vivienda y desahucios, atención primaria y salud mental, cambio climático y sequía y muchas otras urgencias".
El Govern asegura que responderá las peticiones de la CUP pero para los anticapitalistas "está claro que el Govern ya tiene decidido quien quiere que sean sus socios y esto no va de políticas públicas sino de intercambio de favores políticos –en referencia al PSC y comuns y los apoyos al Gobierno del PSOE y Sumar por parte de ERC-. Y añaden: "¿Hace falta que en el 2024 invirtamos 1.000 millones en vivienda pública y evitemos los desahucios, o no?, ¿hace falta que el 2024 apostemos por la sanidad pública y acabemos con el modelo concertado, o no?, estas son las preguntas que debe responder el Govern".
Discrepancias sobre el ritmo de la negociación
Ni en el ritmo de la negociación hay acuerdo. Mientras fuentes de la presidencia mantienen que su voluntad es cerrar un acuerdo en "las próximas semanas" con el "máximo consenso posible", fuentes consultadas del resto de grupos de la negociación coinciden en que "el Govern dice que quiere presupuestos pero no parece tan determinado como hace un año en conseguirlos".
Así las cosas, con los presupuestos de la Generalitat ya en prórroga técnica todo apunta a que hasta después de las fiestas navideñas no habrá movimiento alguno y que difícilmente se logrará un acuerdo si las aritméticas parlamentarias, para aprobar las cuentas respectivas en el Parlament y en el Congreso de los Diputados, no se entrecruzan. Y mucho menos en un año superelectoral donde las formaciones estatales tendrán que afrontar las elecciones gallegas primero y vascas después, en que todas las fuerzas catalanas se enfrentarán en junio en los comicios al Parlamento Europeo y en que nadie descarta que se remate el 2024 con elecciones en Catalunya vitales para todos los grupos inmersos en la negociación presupuestaria.
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