Público
Público

El primer 20-N sin Franco en el Valle: entre la alegría democrática y el riesgo de un auge de la ultraderecha franquista

Este 20 de noviembre supone el primer aniversario de la muerte del dictador en el que sus restos no están en el Valle de los Caídos. Una realidad que supone una victoria de los demócratas. Sin embargo, en este 20-N también se corre el riesgo de vivir en las calles un auge ultraderechista.

Una vista del helicóptero que transportaba el ataúd del dictador Francisco Franco en el Valle de los Caidos (San Lorenzo de El Escorial, España. REUTERS / J.J. Guillén

ALEJANDRO TORRÚS

Los déficits de la democracia española, cuando hablamos de Memoria Histórica y de los derechos de las víctimas de la dictadura, son importantes. Gigantescos. Ahí están las recomendaciones de la ONU, que nos ha sacado los colores en más de una ocasión. También es innegable que hoy por hoy el Valle de los Caídos continúa siendo un lugar de exaltación de la dictadura franquista. Prueba de ello es que la tumba de José Antonio Primo de Rivera sigue en un lugar predominante y cuál ha sido la posición del prior de la basílica durante todo el proceso de exhumación de Franco. Sin embargo, y como dice el refranero popular, "que las ramas no nos impidan ver el bosque". 

Este 20 de noviembre es el primero desde la muerte de Franco en el que el dictador no estará en el Valle de los Caídos. Y eso es un avance. Una victoria de los demócratas. "La exhumación de Franco supuso un paso histórico. Puede pensarse que llega tarde y que no es suficiente, pero es una exigencia básica en un Estado de Derecho y es el principio de una ruptura política, simbólica y jurídica con el franquismo. Ahora, lo que nos jugamos, es que la exhumación no sea el cierre de un proceso sino el inicio de una política pública de Memoria Histórica", cuenta Marina Montoto, doctora en Antropología con una tesis especializada en Memoria Histórica. 

Atrás quedaron otros tiempos más oscuros de nuestro pasado más reciente. Por ejemplo, el primer aniversario de la muerte del dictador, en 1976, cuando los reyes de España junto a representantes del Ejército y del Gobierno acudieron al Valle de los Caídos a una ceremonia de homenaje al dictador y a "los caídos en la Cruzada española". Aquel día Juan Carlos y Sofía rompieron el protocolo establecido para orar ante la tumba del dictador y dirigirse, "en tono visiblemente afectuoso", según la crónica de El País, hacia la viuda del dictador, Carmen Polo

Las urnas mostraron un auge de la extrema derecha política y existe el riesgo de que este 20-N también muestre el auge de una ultraderecha franquista

Desde entonces, el aniversario del 20-N ha ido cayendo en importancia y en número de personas convocadas. Lejos quedan las grandes manifestaciones en la Plaza de Oriente, las marchas con Blas Piñar (líder de Fuerza Nueva) a la cabeza e, incluso, los Cara al Sol o las banderas franquistas en el interior del Valle de los Caídos, que quedaron prohibidos tras la aprobación de la Ley de Memoria Histórica. También los disturbios que se vivieron en el inicio del nuevo siglo. 

También ha habido otro tipo de avances. Por ejemplo, este año la iglesia de San Francisco de Borja, donde se ha celebrado en los dos últimos aniversarios una misa en honor al dictador, ha rechazado oficiar la ceremonia, según denunció el presidente de la fundación, Juan Chicharro, en una carta publicada en La Razón.

Sin embargo, este 20-N también supone un riesgo. Las urnas mostraron un auge de la extrema derecha política y existe el riesgo de que este día también muestre el auge de una ultraderecha que reivindica la figura de Franco.

Así lo alerta el periodista especializado en ultraderecha Miquel Ramos, que advierte de que la revitalización que vive la extrema derecha puede verse confirmada este 20-N en los diferentes actos que han sido convocados por organizaciones de extrema derecha. En València, por ejemplo, Ramos señala que desde hacía años sólo se celebraba una misa en memoria del dictador y que este año, a la conmemoración, se ha añadido un acto del partido fascista España 2000. 

"La normalización de la extrema derecha que estamos viviendo, gracias al auge de Vox y a la sobreexposición en los medios de comunicación de sus postulados, puede provocar que este año veamos un mayor número de protestas en las calles por el aniversario de la muerte de Franco y un mayor número de asistentes cuando ya llevábamos unos años en los que estos actos iban desapareciendo paulatinamente", advierte Ramos. 

La única realidad palpable es que el dictador Francisco Franco ya no está en el Valle de los Caídos

El periodista destaca que si bien Vox no reivindica como propia la celebración del 20-N, su auge y la visión que promueve del pasado reciente de la dictadura franquista favorece el fortalecimiento de organizaciones abiertamente fascistas que sí reivindican como propio el pasado de la dictadura franquista. "Hasta el momento Vox no se ha atrevido a reivindicar el 20-N y está dejando ese espacio a formaciones de ultraderecha clásica", incide Ramos. 

Así, los ultraderechistas tienen previsto celebrar, además de la citada en València, algunas manifestaciones en Madrid. El viernes, La Falange ha convocado una concentración a escasos metros de la sede del PP y el sábado está convocada una manifestación que irá desde Callao hasta la Plaza de Oriente, donde habrá un “acto público en defensa de la Unidad Nacional y contra la Ley de Memoria Histórica en la Plaza de Oriente”.

Sin embargo, que las manifestaciones estén convocadas no significan, de momento, que vayan a tener una afluencia de público. De momento, la única realidad palpable es que el dictador Francisco Franco ya no está en el Valle de los Caídos y que ese escenario es un punto de partida mejor que el de años anteriores.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias