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El PSN inicia los contactos, supervisados por Ferraz, para poder gobernar en Navarra

Los socialistas navarros y la dirección federal acuerdan no negociar con Bildu, aunque es necesaria al menos su abstención, y no poner en cuestión la identidad propia de la Comunidad Foral. La Comisión de Pactos se pronunciará sobre el acuerdo

Las candidatas del PSN al Gobierno de Navarra, María Chivite (c), al Parlamento Europeo Adriana Maldonado (i) y a la alcaldía de Pamplona Maite Esporrín (d) celebran el resultado electoral. EFE/Iñaki Porto

La secretaria general del Partido Socialistas de Navarra (PSN), María Chivite, está decidida a ser la futura presidenta de la Comunidad foral y, para ello, se reunirá la próxima semana con los candidatos de Geroa Bai, Podemos y Izquierda-Ezquerra para intentar aglutinar una mayoría superior al bloque de derechas agrupado en la formación Navarra Suma. Bildu quedará excluido de esta negociación.

Si Chivite alcanzase ese acuerdo, las cuatro fuerzas políticas sumarían 23 diputados -11 PSN; 9 Geroa-Bai, 2 Podemos y 1 Izquierda-Ezquerra- frente a los 20 que ha obtenido la coalición electoral formada por PP, Ciudadanos y Unión del Pueblo Navarro, lo que le permitiría llegar al Gobierno, siempre que Bildu, al menos, se abstenga.

Lo más importante es que el paso dado por Chivite cuenta con el pleno respaldo de la dirección federal, que ha decidido asumir el ruido político y mediático que va a provocar el hecho de que sea necesario para llegar al Gobierno, al menos, la abstención del partido abertzale.

Pero desde Ferraz y desde Navarra las cosas se tienen claras y asumen las tesis de Chvite que, desde el primer minuto, dijo que los socialistas navarros no iban a facilitar con su abstención el gobierno de la derecha.

Eso sí, todo ello con algunas premisas muy concretas: no se va a pactar ni a negociar con Bildu, ni para el Gobierno ni para ningún ayuntamiento; y no se cuestionará la identidad propia de esta comunidad, algo que nunca han planteado los socialistas.

Ni que decir tiene que en esta decisión ha pesado la advertencia del PNV que avisó de que si los socialistas dejaban gobernar a la derecha en Navarra se replantearían su previsible apoyo a Pedro Sánchez en una investidura. Y es que el apoyo de los nacionalistas vascos no sólo será clave para investir a la candidatos socialista, sino a lo largo de esta legislatura.

De esta forma, si fructifican las negociaciones que tienen muchas posibilidades de salir adelante, el PSOE podría volver a gobernar en Navarra casi un cuarto de siglo después, ya que el último presidente socialista fue Javier Otano en 1996, y apenas estuvo un año en el cargo.

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