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PSOE Cinco años de la caída de Pedro Sánchez: de la defenestración a la construcción de un partido a su antojo

El 1 de octubre de 2016 fue forzado a dimitir como secretario general del partido, pero cinco años después no tiene oposición interna en el partido, hace y deshace a su modo y afronta el 40º Congreso Federal como un paseo militar.

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante la reunión del Comité Federal socialista del pasado julio. E.P./Isabel Infantes
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante la reunión del Comité Federal socialista del pasado julio. Isabel Infantes / EUROPA PRESS

Hace cinco años, un 1 de octubre de 2016, el PSOE vivió uno de los episodios más "bochornosos" de sus 142 años de historia, según palabras de múltiples dirigentes socialistas, que todavía se recuerda con cierto rubor en las filas socialistas.

Pedro Sánchez afrontaba ese día un Comité Federal que estaba preparado para hacerle dimitir como secretario general del PSOE. Sus malos resultados electorales, la ambición que tenía la secretaria general andaluza, Susana Díaz, para hacerse con las riendas del partido; y un buen número de 'barones' territoriales que no compartían nada de la línea política de Sánchez conformaron una tormenta perfecta para que, por primera vez la historia de este partido, se echara de su cargo a un secretario general. El líder socialista perdió la votación interna y se vio obligado a dimitir, tras un espectáculo interno de voces, descalificaciones y enfrentamientos.

Sánchez estuvo a punto de abandonar la política, aunque sólo unas semanas después de aquel 1 de octubre tuvo que descubrir la palabra "resilencia".  Se presentó a unas primarias y contra todo pronóstico y todas las fuerzas vivas del partido en su contra volvió a ser elegido por la militancia como secretario general del PSOE.

Sánchez aprendió la lección y ya nunca volvió a ser el mismo. Diseñó una Ejecutiva con sus fieles y quienes le apoyaron en el proceso de primarias. Integró o se tuvieron que integrar los 'barones' que antes no le apoyaron. Y empezó a trabajar en las federaciones para hacer un partido a su antojo con los suyos, los que presumen de ser 'sanchistas' desde primera hora.

Su llegada al Gobierno con la moción de censura de junio de 2018 y sus dos victorias electorales siguientes, le reforzaron todavía más en su poder interno en el partido. "Esto será lo que diga Pedro", suelen decir diputados y dirigentes del partido ante cualquier cuestión que se les plantea, lo que a algunos le suena a aquella peña del Real Betis que en homenaje a su antiguo presidente Manuel Lopera se llamó: "Lo que diga don Manuel".

Sánchez tiene más poder interno en el PSOE del que tuvieron Felipe González o Zapatero

Y en este escenario Sánchez afronta el 40º Congreso, en la obsesión nacida de aquel 1 de octubre de evitar discrepancias internas, filtraciones, divisiones o mensajes diferentes en el partido. El líder del PSOE es el único candidato a la Secretaría General sin casi ser anunciado, porque no ha habido primarias. No hay ningún dirigente no sólo que le pueda hacer sombra, sino en el que se visualice un posición crítica, más allá de algunas posiciones territoriales puntuales de 'barones' como Emiliano García-Page o Javier Lambán.

Por no haber, no hay ni un nombre que se vislumbre como posible relevo, aunque sea de cara al futuro. "Ni en el PSOE, ni en el Gobierno hay un 'número dos', ni se vislumbra", dijo a Público un dirigente de la todavía dirección socialista.

Sánchez se ha hecho con el PSOE que le echó. Ahora prescindirá de quienes le apoyaron en las primarias para dar entrada en la dirección a personas que ha ido conociendo en esta etapa, tal y como ha hecho en el Gobierno, donde sí ha querido empezar a tender puentes con aquellos que no le apoyaron en las primarias una vez que Susana Díaz desapareció de la escena política.

Y cinco años después de aquel "bochornoso" 1 de octubre de 2016, el candidato que se definió como el "de la militancia" acude al 40º Congreso Federal con todo el apoyo orgánico atado y bien atado. Hay una opinión unánime entre los veteranos del partido. "Nunca nadie tuvo tanto poder interno en el PSOE, ni Felipe González ni José Luis Rodríguez Zapatero". Aunque no hay quien dejar de apuntar que en un Congreso del PSOE se puede saber cómo se entra, pero no hay seguridad total de cómo se sale.

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